Erdogan vence en la primera vuelta de las presidenciales

El primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ganó en primera vuelta las elecciones presidenciales celebradas hoy con un 52,1% de los votos, según los resultados preliminares. Su rival más cercano, Ekmeleddin Ihsanoglu, obtendría el 38,8% y Selahattin Demirtas, el 9,2%, con el 98% del escrutinio, según el diario Hürriyet.

De confirmarse esta victoria por mayoría absoluta, Erdogan se haría con la presidencia de Turquía sin necesidad de acudir a una segunda vuelta, prevista para el próximo 24 de agosto. El ministro de Justicia, Bekir Bozdag, ya dio por seguro el triunfo de Erdogan en un mensaje en su cuenta de Twitter.

El propio Erdogan se mostró más cauto en Estambul, donde habló a sus seguidores y dijo que daría su valoración en Ankara en unas horas, cuando se sepan los "resultados finales" de las primeras presidenciales celebradas en el país por sufragio universal.

Aún así, recordó que con el actual escrutinio "nuestro pueblo ha mostrado su voluntad con claridad".

"Mientras viva continuaré sirviendo a mi país, por una mayor democracia y por el proceso de paz (con la guerrilla kurda)", agregó el primer ministro tras agradecer a sus seguidores su apoyo.

El presidente de Turquía tiene poderes limitados y un papel más bien ceremonial, aunque Erdogan ha subrayado que quiere emprender una reforma legal para otorgar más poder al jefe del Estado.

Para esa reforma se requiere un cambio constitucional que solo sería posible con una amplia victoria del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), que lidera Erdogan, en las elecciones legislativas de 2015.

Para enmiendas constitucionales se requiere el respaldo de dos tercios del Parlamento turco.

Hasta entonces Erdogan ha prometido una presidencia "activa", utilizando todas las funciones del cargo, como la posibilidad de convocar y presidir las reuniones del gabinete de ministros.

Erdogan, que ha estado al frente del Gobierno turco los últimos doce años, no ha ocultado su deseo de seguir en el poder al menos hasta 2023, cuando se conmemora el centenario de la fundación de la República Turca, y con Turquía, prometió, dentro del club de las diez mayores economías del planeta.

Unos 53 millones de turcos estaban llamados hoy a las urnas y la participación se situó en alrededor del 76,6 por ciento, por debajo del 89 por ciento registrado en las elecciones locales de marzo pasado.

Todos los analistas coincidieron en que una menor participación beneficiaría a Erdogan, ya que su electorado conservador es más fiel que el de los partidos laicos de la oposición.

El principal rival de Erdogan, Ekmeleddin Ihsanoglu, de 70 años, no ha despertado entusiasmo entre los votantes de los dos partidos opositores que lo propusieron como candidato conjunto, el socialdemócrata CHP y el nacionalista MHP, y sus resultados han estado por debajo de los apoyos que esas formaciones suelen obtener de forma combinada.

El tercer candidato, el joven político kurdo Selahattin Demirtas, ha logrado un muy buen resultado para su formación, el prokurdo BDP, que nunca ha tenido más del 7 por ciento de los votos, al conseguir la adhesión de votantes laicos turcos atraídos por su ideario de izquierdas.

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