Espadas dijo a la jueza que ''investigó en profundidad'' los numerosos contratos de Vendex

El que fuera asesor de Gerardo Conde Roa cuando fue alcalde de Santiago, Ángel Espadas, confesó a la jueza instructora de la Operación Pokemon que en 2009, estando el Partido Popular en la oposición, hizo una investigación "profundísima" del Grupo Vendex por el ingente volumen de contratos.

"Me llamaba mucho la atención la ingente cantidad de contratos que (Vendex) estaba consiguiendo. La investigación se la pasé al que era mi jefe en aquel momento, Gerardo Conde Roa" y consistió en revisar "contratos, concursos, pliegos, adjudicaciones... Y aunque yo tenía la sensación de que se podía haber hecho unos pliegos a la carta, no lo pudimos demostrar".

En el audio incluido en el sumario de esta investigación que persigue desmontar una presunta trama de corrupción por contrataciones desde las administraciones públicas, Espadas, en un interrogatorio que supera las cuatro horas, niega "favorecimiento" o "labores de mediación" para adjudicaciones a GRS Local, interesada en gestionar las multas, y Aquagest, en este caso para la renovación que se intentó realizar del concurso de abastecimiento de agua.

Del administrador de la empresa GRS Ars Local, Àlex Ros Valls, dice que tenían una relación "muy divertida, muy informal... amigo quizás sea muy fuerte, pero es una persona que me parece amable y cercana" y de José Luis Míguez, delegado de Aquagest en Santiago, indica que es muy amigo suyo y que fue quien le presentó a Ros.

Rechaza que facilitase ayuda a Ros y aclara que "sé mucho de la mecánica y maquinaria diaria de los ayuntamientos" y esto a veces le servía para solucionarle dudas, como haría cualquiera, pero precisa que la mayor parte del tiempo que pasaban juntos era de ocio. "Jugamos al pádel, vemos fútbol, comemos juntos", en ocasiones puntuales, porque entre Galicia y Cataluña "nos separan mil kilómetros de distancia".

La magistrada Pilar de Lara le pregunta si él sabe que le llaman Puñales, jugando con su apellido Espadas, y contesta que no; pero de Míguez y el alias de Pesetas responde afirmativamente; mientras que, en cambio, el mote Ganadero para su compañero, el concejal dimitido Albino Vázquez, también lo ignora.

Espadas insiste en que él no tenía capacidad ejecutiva y en que no daba "un paso" sin que el regidor Conde Roa "estuviese enterado". Con un tono nervioso, afirma que Ros le dio "una serie de ideas" a Albino Vázquez, responsable de Movilidad, Seguridad Ciudadana, Tráfico, Grúa y ORA, para "mejorar el servicio de recaudación de multas y para el pliego", sin más, y también que Vázquez y él siguieron hablando aún cuando Espadas ya no estaba en el ayuntamiento.

Reconoce una comida en el asador Gonzaba, en A Coruña, entre Vázquez, Ros y él mismo. Los tres están imputados, al igual que Míguez. En cambio, de un mensaje de su autoría que le envía a Míguez desde el teléfono de Álex y que dice "Quiero chupártela. Te lo mereces", Espadas reacciona estupefacto y se pregunta si eso es suyo. "Yo no mandé ese mensaje", manifiesta, y no sabe explicar por qué Ros le agradece las gestiones a Míguez. Tampoco acierta a argumentar por qué espeta que ha sido un "corrupto" por Conde Roa en una conversación telefónica.

En el registro gráfico que la jueza le pone, sostiene que cuando salieron las informaciones por las que Conde Roa acabó dimitiendo con una condena por delito fiscal, "perdió el norte, la cabeza... Yo estuve tranquilo. Hice cosas que quizás no debería haber hecho. Cosas extrañas, reuniones fuera de agenda" e incluso tuvo que ir "casi a la puerta de un prostíbulo a buscarlo". "¿Delictivas?", le pregunta De Lara, y éste replica: "No!".

Consultado por la incomodidad con el secretario y el interventor de Compostela, a los que quisieron cambiar porque se negaban a firmar determinados papeles, asegura "yo era un hilo transmisor, nada más", "yo no ponía y quitaba interventores".

De José María Tutor, el jefe de Vendex en Galicia, esgrime que la relación apenas existía, que se vieron cinco o seis veces, y descarta que facilitase información a Doal, una de las filiales de este grupo, para hacerse con "la grúa". "Yo eché de mi despacho al señor Tutor. Una cosa es pedir información y otra cosa es trato de favor. Querían ganar el concurso. Fue muy agresivo comercialmente, no físicamente, y no me pareció bien. Mandé un recado a través de José Luis Míguez de que ese tío no volviese por aquí". De los supuestos enchufes, esgrime que "si en algún momento pasé algún currículo, yo hacía lo que me mandaban".

Ángel Espadas está acusado de prevaricación, uso de información privilegiada y cohecho. Estuvo en la prisión coruñesa de Teixeiro desde febrero a abril de 2013, y abandonó el penal previo pago de una fianza de 10.000 euros.

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