Las estafas más habituales en la red y fuera de ella

Las estafas son casi tan antiguas como el hombre, no obstante, gracias a Internet y a las redes sociales se han reinventado. Algunas de las formas más clásicas de estafar todavía siguen siendo efectivas y éstas conviven con nuevos métodos más sofisticados. Por lo tanto, en este tiempo más que nunca es esencial prevenir y adoptar todas las medidas de seguridad necesarias para combatirlas.

  • Nuevos timos a través de Internet y las redes sociales
  • Las estafas de siempre que perduran en la actualidad
  • Timos clásicos que han dejado de ser efectivos

 

Timos a través de Internet y las redes sociales

Internet y las redes sociales son en la actualidad un poderoso canal de comunicación para los estafadores, que ya no tienen que ir puerta a puerta buscando a sus víctimas. Las nuevas tecnologías son un arma de doble filo y en el caso de las estafas esta afirmación es completamente cierta. Los timos de siempre se llevan a cabo mediante diferentes vías y además surgen nuevas formas de estafa. 

Al navegar por la red, los usuarios se exponen a diferentes riesgos y, entre ellos, está el de ser estafado. Internet está plagado de publicidad engañosa que muchas veces anuncia premios inexistentes y que en ocasiones puede incluso esconder algún tipo de virus. No siempre es fácil saber discernir entre un anuncio fraudulento y otro que no lo es, pero se ha de hacer el esfuerzo para no ser víctima de una estafa. 

Por ejemplo, en la actualidad existen múltiples anuncios sobre casas de apuestas y muchos de ellos ofrecen dinero en forma de bonos y otras promociones. Sin embargo, es importante no dejarse llevar por la codicia y comprobar primero si la casa de apuestas es legal, qué licencias tiene o si utiliza un sistema de encriptación seguro. Siguiendo con el mismo ejemplo, si vemos un anuncio en el que se publicita la casa de apuestas Pastón, lo primero de todo es comprobar si Pastón es una marca segura o es una estafa. Para ello lo más efectivo es buscar información sobre el tema en páginas oficiales o portales especializados. 

Esta práctica sirve para todas las páginas webs que el usuario no conozca y en las que pueda hacer una compra. Antes de depositar ciegamente la confianza en una página es esencial conocerla a fondo y comprobar qué medidas de seguridad utiliza. De lo contrario, el riesgo de convertirse en la víctima de una estafa será mucho mayor. 

Las estafas de siempre en la época actual

Algunos tipos de timos han desaparecido, sin embargo, existen muchas otras estafas que siguen estando a la orden del día en la actualidad. Un ejemplo claro de ello son los trileros, esos profesionales habilidosos de manos que utilizan una pelota y tres cubiletes para engañar a su público. “¿Dónde está la bola?”, preguntan después de cada jugada. Y la respuesta siempre es la equivocada. Hoy en día este tipo de actividad está perseguida en España, pero todavía siguen dándose muchos casos de estafa relacionados con este juego, sobre todo en las zonas turísticas. 

Otro ejemplo de este tipo es el Timo del tocomocho. Éste consiste en hacer creer a la víctima que ha ganado un premio de lotería en un país extranjero y que para cobrarlo necesita pagar primero los gastos de envío o tasas. En una segunda versión de esta estafa el timador se acerca a su víctima con un billete de lotería supuestamente premiado y le explica que no puede cobrarlo porque tiene que volver de inmediato a su país. El estafador le propondrá entonces a la víctima que se quede con el billete de lotería y que a cambio le pague parte del premio. Por supuesto, en ambos casos el número de lotería no es real o, si lo es, no está premiado.

Timos clásicos que han dejado de ser efectivos

Algunos de los timos han adquirido tal popularidad en nuestra cultura que incluso existen expresiones basadas en ellos. “¡Esto es el timo de la estampita!”, escuchamos decir cuando creemos que algo no es justo. No obstante, los tiempos han cambiado y por ello algunas de las estafas que en su día fueron populares en el presente han desaparecido o ya no se dan con tanta frecuencia. 

Precisamente, este es el caso del timo de la estampita, una forma de estafa que caído en desuso. Para ejecutarlo se necesitan dos timadores: uno que hará el papel de persona vulnerable y otro que instigará a la víctima a que se aproveche de la inferioridad del primero. En este caso, el primer timador llevará consigo una bolsa o maletín lleno de billetes a los que no les dará ninguna importancia porque dirá que son estampitas. En este momento, aparece el segundo estafador y convencerá a la víctima de que compre el maletín por unos pocos billetes al estafador que está haciendo el papel de persona vulnerable. Al hacerlo, la víctima cree que se ha aprovechado de un pobre ingenuo, pero en realidad ha sido al revés porque el maletín que ha comprado está lleno de billetes falsos o recortes de periódico.

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