"Estudar as herbas é unha tarefa para toda a vida, non de cinco anos"

Braulio Mondragón pide más protagonismo para la botánica y advierte de que "hai que ter moita fe para avanzar no coñecemento"
El divulgador de Lantaño durante la Feira Tradicional celebrada en Caldas de Reis
photo_camera El divulgador de Lantaño durante la Feira Tradicional celebrada en Caldas de Reis

Como tantos otros gallegos nacidos en la década de los 50, Xosé Braulio Mondragón Abuín vino al mundo en una casa situada en el rural. Nació en Portas, vive en este municipio, y cuando era un niño que ayudaba a sus padres en los trabajos de la tierra le llamó la atención la gran variedad de hierbas. "Preguntábame que era cada unha e como se chamarían", recuerda.

Aquella curiosidad innata dio paso al estudio constante y minucioso del mundo vegetal, por medio de la observación, las consultas a expertos y la lectura. Actualmente señala que podría realizar la descripción detallada de alrededor de 150 especies.

"A botánica é un terreno moi extenso, inmenso e inabordable para moita xente", afirma Mondragón. "Hai que ter moita fe, moita continuidade e moita vocación para ir avanzando e conquistando o terreo do coñecemento", agrega.

Una de las personas que más le enseñó -y de las que más aprendió, puntualiza- es un monje del convento de San Francisco, situado en Louro (Muros). Conversando con el Padre Fermín debajo de una higuera pasaron muchas horas, y cuando el religioso se marchó a Noia, le regaló una copia digitalizada de su herbario, compuesto por 10.000 especies, que donó al Centro de Investigación Forestal de Lourizán.

La concentración de los seres humanos en ciudades está provocando un alejamiento del medio rural y del mundo vegetal que vive en este territorio. Esta tendencia agudiza el desconocimiento que hay sobre este tema. Mondragón expone que hubo un tiempo en el que la suma de la ignorancia y la superstición hicieron que nuestros antepasados viviesen de espaldas a las hierbas, desaprovechando sus numerosas cualidades.

"Por unha razón ou por outra, a ignoracia persite", lamenta. "Hoxe temos a oportunidade de coñecer as especies porque contamos con medios científicos", comenta antes de señalar que la batología es una rama de la botánica que estudias las hierbas por sus cromosomas, lo que permite determinar, de un modo infalible, la identidad de cada una.

"Os laboratorios fan estudos analíticos dos principios activos e hai unha metodoloxía científica fiable", recuerda. Mondragón señala que nuestros antepasados utilizaron una hierba como antídoto para aquellos que sufrían la picadura de una víbora, y los estudios determinaron que no provoca ningún efecto.

Hay una zarza que cuando enraíza su cabeza y sale una nueva planta, esta puede ser de una especie diferente a la que la originó. Este cambio no puede ser detectado por medio de un estudio morfológico, pero lo determina sin el menor género de dudas un batólogo, subraya.

Mondragón recuerda que en los tiempos del hambre el uso de las hierbas en la alimentación era mínimo, como sigue siendo actualmente, y en Galicia siguen si utilizarse algunas cuya presencia es frecuente incluso entre los adoquines, que en Francia son utilizadas para elaborar una sopa, cuyo nombre pone de relieve el prestigio que tiene en el país vecino: Sopa de la buena señora.

El tejo contiene una sustancia mortal que también es el principio activo de un fármaco de última generación que se utiliza contra el cáncer de pecho, ovarios y próstata. Hay hierbas que poseen un potente antioxidante y sirven para combatir enfermedades como la artrosis, la artritis o el ácido úrico, recuerda. De la alfalfa fermentada procede la warfarina, un principio activo que es la base de un anticoagulante denominado sintron y también se utiliza en la elaboración de matarratas, señala.

ERRORES. Denominaciones botánicas de géneros, especies y subespecies forman parte del vocabulario habitual de Mondragón, que habla con un cariño casi paternal de las hierbas y lamenta los errores en los que incurren especialistas o aquellos que son el producto de la frivolidad y el sensacionalismo de quienes aseguran conocer los secretos del mundo vegetal.

Hay quien se atrevió a afirmar que existe una especie de helecho, muy común en Galicia, que es comestible, y bastaría con comprobar que los animales no lo comen para llegar a la conclusión de que tampoco debe hacerlo el ser humano, mantiene. Además, los estudios a los que fue sometido demostraron que contiene una sustancia que puede producir cáncer de esófago o estómago, subraya.

La humilde margarita que crece en los prados estuvo perseguida en Alemania porque posee un principio hinóptico, pero también se puede elaborar con ella un sabroso té, sin que afecte en absoluto al sistema nervioso central.

"O estudo das herbas é unha tarefa para toda a vida, e non de cinco anos de carreira", advierte.

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