Evacuado el lujoso complejo de Trump en Florida ante la llegada del huracán Irma

El lujoso complejo Mar-a-Lago, la "Casa Blanca de invierno" del presidente estadounidense, Donald Trump, fue evacuado este viernes junto con el resto del rico condado de Palm Beach (sureste de Florida) ante la llegada del huracán Irma.


Además, la Trump Organization se ha visto obligada a cerrar otras dos propiedades en el estado, el Trump International Golf Club de West Palm Beach y el Trump National Golf Club de Jupiter.

En la cuarta de sus posesiones en Florida, el club de golf Trump National Doral Miami, la empresa ha pedido a quienes tenían reservas para este fin de semana que busquen alojamiento fuera del camino del huracán.

"Nuestros equipos en nuestras cuatro propiedades en Florida están tomando todas las precauciones necesarias y siguiendo los avisos de las autoridades locales y estatales para garantizar que todo el mundo está a salvo y seguro", dijo este viernes un portavoz de la Trump Organization a la cadena CBS.

Mar-a-Lago, donde el presidente pasó buena parte de los fines de semana del invierno, es un exclusivo club social situado entre el océano Atlántico y el Canal Intracostero del Atlántico que ha sobrevivido a numerosos huracanes desde su construcción en 1920.

Trump y la primera dama estadounidense, Melania, pasarán este fin de semana en la residencia presidencial de Camp David (Maryland) con los miembros del gabinete y sus parejas.

Está previsto que desde allí sigan la evolución de la llegada de Irma al país y aborden los retos del Gobierno para el nuevo curso.

El presidente pidió este viernes a los ciudadanos a través de la red social Twitter que salgan de la ruta de Irma, un huracán "de proporción épica" y "quizás mayor" de lo nunca visto en el país.

El gobernador de Florida, Rick Scott, alertó, por su parte, de que la "mayoría" del estado sufrirá el impacto de Irma, un fenómeno de categoría 4 que alcanzará la costa estadounidense en la madrugada del próximo domingo.

Irma, el huracán más poderoso registrado nunca en el Atlántico, se ha cobrado la vida de al menos dieciocho personas y ha dejado enormes daños materiales a su paso por las Antillas Menores y Puerto Rico. 

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