Expofeira contra la crisis en Vilaboa

El puente de la Inmaculada, Vilaboa vive una de sus citas más clásicas del calendario, la tercera edición del año de la Expofeira que organiza el club de fútbol de Figueirido para recaudar fondos con los que mantener la actividad deportiva todo el año. A pesar de que los tiempos no son los más indicados ara el exceso consumista, la feria no dejó de recibir visitantes durante toda la jornada, desde las diez de la mañana, hasta pasadas las seis de la tarde, hora en la que estaba previso que los vendedores ambulantes cerrasen los puestos de venta instalados en el campo de la fiesta. La media habitual de vendedores que se dan cita en esta expofeira es de 150 puestos, que pagan una pequeña cuota por instalarse en el lugar. El precio, 22 euros, compensa de sobra la asistencia, dado que las personas que encuentra en la feria una forma de entretenerse en el festivo se cuentan por cientos. Además, el municipio de Vilaboa no tiene feria semanal, motivo por el que los vecinos aprovechan esta cita para hacer todo tipo de compras. Y es que, en Figueirido, aunque lo más abundante son los puestos de ropa y calzado, no faltan otros productos, como los alimentos tradicionales, dulces, plantas, animales de pajarería, instrumentos de agricultura y jardín, e incluso libros, ya que hace dos ediciones que un puesto se dedica a la venta de cuentos y ediciones infantiles. El presidente del Figueirido, José Juncal, valoró ayer positivamente las cifras de afluencia al recinto.

«Por la mañana vino un montón de gente, y como por la tarde aguantó sin llover, creo que se ha mantenido la buena afluencia », reseñó. La única fuente de ingresos del club de fútbol no es, sin embargo, el pago de tasas de los comerciantes, sino que también está el pago de los asistentes que dejan su coche en el aparcamiento habilitado para ello en el campo de fútbol. Cada coche aparcado supone un euro para el club de fútbol.

 

Respecto a los comerciantes, ayer todo eran quejas sobre las ventas. Según el presidente del Figueirido, «gente había un montón, pero ellos siempre se quejan. Puede deberse a la crisis, pero lo cierto es que cuando toca hacer limpieza, siempre hay un montón de cajas vacías que dejan ellos, y eso es porque venden la mercancía», explicó en tono positivo.

Comentarios