Factoría Naval entra en preconcurso de acreedores por tercera vez en cuatro años

Uno de los barcos sometidos a tareas de mantenimiento y reparación en el astillero en los últimos meses. a.a.
photo_camera Uno de los barcos sometidos a tareas de mantenimiento y reparación en el astillero en los últimos meses. a.a.

La crisis de Factoría Naval de Marín va camino de convertirse en un auténtico culebrón sin final, al menos de momento. El consejo de administración de la empresa presentó anteayer en el Juzgado Mercantil de Pontevedra un preconcurso de acreedores con el objetivo de alcanzar un acuerdo con las entidades financieras implicadas en su plan de viabilidad vigente que garantice el futuro de la actividad industrial.

Se trata del tercer preconcurso de acreedores que presenta la entidad en poco más de cuatro años, aunque la diferencia es que en la actualidad, según la estimación de fuentes del sector, los acreedores afectados serían fundamentalmente los bancos que han financiado al astillero y la Xunta de Galicia.

En esta línea, se entiende la medida como una forma de ejercer presión para resolver los problemas de financiación que la empresa ya detectó en diciembre del pasado año, tal y como desveló ayer a través de un comunicado. En aquel momento, la junta general de accionistas de Factoría Naval decidió el inicio de una negociación con las entidades bancarias con diversas propuestas de financiación.

Esfuerzos en vano

La dirección de la firma sostiene que «a pesar de los seis meses transcurridos y el esfuerzo realizado en el proceso de negociación no ha sido posible hasta el momento la disposición de las pólizas de crédito habilitadas en el acuerdo marco firmado en abril de 2012», en referencia al plan de viabilidad renovado el septiembre del mismo año para evitar el cierre de la actividad.

Asimismo, destaca que en estos meses, a pesar de ser uno de los principales objetivos, posiblemente debido a los problemas económicos que arrastra el astillero, tampoco logró la botadura del buque C-158 (el enorme velero que sigue en la grada a medio construir). La intención de la medida era «dejar libre la vía de mayor capacidad de generación de ingresos de la compañía», según el comunicado de la entidad.

Esta situación de gran dificultad económica, en especial, para lograr la liquidez necesaria que permita un correcto funcionamiento de la actividad industrial, el consejo de administración decidió el pasado 26 de mayo presentar el preconcurso de acreedores y tratar de lograr un nuevo acuerdo para la viabilidad del astillero en los tres meses de plazo de otorga la legislación.

«El esfuerzo de la empresa por sacar adelante el proyecto durante los últimos años ha sido y continúa siendo muy importante», señala la dirección de Factoría Naval, y pone como ejemplo «las numerosas contrataciones conseguidas tras la nueva orientación de la actividad hacia el mercado de las reparaciones».

«No obstante, el esfuerzo de gerencia y plantilla no ha sido suficiente y la empresa se ha visto obligada a iniciar este trámite con la esperanza de conseguir, durante las próximas semanas, el respaldo necesario por parte de las entidades financieras que dé viabilidad del proyecto y garantice al mantenimiento de los puestos de trabajo», finaliza el breve comunicado.

Poca actividad

Lo cierto es que, aunque con un nuevo impulso y la llegada de barcos para reparar cada cierto tiempo, la actividad del astillero no es todavía la deseada por la dirección y difícilmente podría considerarse suficiente para salir adelante tras la enorme crisis sufrida en los últimos años.

En este momento, además del velero que se está preparando para dejar a flote y liberar la principal vía de la grada, Factoría Naval trabaja en la reparación de un arrastrero congelador y está pendiente de confirmar otros tres contratos para los próximos meses. Además, la empresa mantiene un acuerdo con el astillero Nodosa (situado a su lado en el Puerto de Marín) para compartir las instalaciones de la primera y, en muchos casos, ha permitido también ocupar a parte de su plantilla en esos trabajos.

Tras más de cuatro años de profunda crisis, la firma ha pasado por varios expedientes de regulación de empleo temporales y también por uno extintivo que redujo la plantilla en cerca de 40 empleados, a pesar de lo cual, al menos de momentos, no ha sido capaz de dejar atrás sus problemas.

Cronología: Desde febrero de 2010 en una crisis permanente

Factoría Naval vive una profunda crisis desde principios del año 2010. El 18 de febrero presentó su primer preconcurso de acreedores, con una deuda estimada de 57 millones de euros, que en junio se convirtió en concurso y un mes después se cerró con la firma de un acuerdo que frenó la liquidación de la empresa, gracias a que los acreedores asumieron una quita del 33 por ciento del dinero.

Sin embargo, en diciembre de 2011 volvió a instar un preconcurso por insolvencia económica, logrando salir de la situación en abril del año siguiente, con un nuevo acuerdo entre las entidades financieras, los acreedores y la Xunta de Galicia. Las dificultades económicas obligaron a prorrogar el pacto en mayo y a sellar uno nuevo en septiembre, con una aportación de casi 16 millones de euros adicionales a las ayudas y la financiación anterior. Finalmente, en diciembre de 2012 los acreedores cobraron sus últimas deudas.

El futuro

Los esfuerzos realizados hasta el momento permitieron mantener abierto el astillero, pero este no ha logrado consolidar su actividad y sus planes de futuro.

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