Feijóo, el presidente escaparatista

El jefe del Gobierno gallego dio su nuevo golpe de efecto al tener más conselleiras que conselleiros, un gesto que también revela que su intención es volver a presentarse a las autonómicas

El presidente de la Xunta que fue llevado por el PSOE a los tribunales hace cinco años al considerar que incumplía las normas de igualdad es ahora el que preside el primer Gobierno de Galicia con más mujeres que hombres, con cinco conselleiras y tres conselleiros, aunque uno de ellos sea el vicepresidente. Feijóo quería a una mujer al frente de la Consellería de Medio Ambiente, en la vacante que ha dejado el que va a ser el alcalde de emergencia de Santiago, Agustín Hernández. Y escogió a Ethel Vázquez, la hasta ahora directora general de la Axencia Galega de Infraestruturas, que era la opción femenina dentro de las que había para realizar el relevo dentro de la consellería. Por lo que parece, entre las posibilidades que se examinaron fuera de la Xunta también se buscaba un perfil femenino.

Como el balance de los gobiernos autonómicos que hemos tenido no es maravilloso y fueron mayoritariamente masculinos, nada puede aducirse contra este cambio de tornas. Bajo el mismo argumento, creo que sería muy positivo que se produzca lo antes posible esa revolución pendiente que supondrá algún día la llegada de una mujer a la presidencia de la Xunta.

Sin embargo, al frente del Gobierno gallego sigue un hombre que no está dispuesto a marcharse, sino a quedarse y a presentarse a las próximas elecciones, como también se deduce del nombramiento de Ethel Vázquez. Si Feijóo hubiese designado a otra de las personas de la Consellería de Medio Ambiente que aparecía en un lugar destacado en las quinielas, yo escribiría que quizá estuviese pensando en cumplir la regla de Aznar de los dos mandatos. Es lo que podría significar el nombramiento de Justo de Benito, hombre muy próximo al lucense José Manuel Barreiro, quien estuvo en el ostracismo en la Galicia de Feijóo, hasta que Rajoy lo encumbró como portavoz del Senado.

Con De Benito se habría quebrado ese principio de que en la Xunta ya no hay cuotas, que en realidad quiere decir que sólo hay una, la de Feijóo, que es la de las provincias que le apoyaron desde el inicio en la sucesión de Fraga, las de A Coruña y Pontevedra.

Pero sobre todo la intención de Feijóo de continuar se percibe en que sigue a lo suyo, que es dar golpes de efecto. En el 2009, en su primer día de presidente, llenó el Obradoiro de coches Citroên, para anunciar que se habían acabado los Audi que usaba él con Fraga y que mantuvo Touriño. Esta vez la foto se escenificó dentro de Raxoi, cuando posaron las cinco conselleiras. Feijóo sigue siendo una máquina de producir titulares, que son su escaparate, como demostró hace poco, cuando de repente, en Semana Santa, descubrió que en Galicia hay un problema con el precio de la gasolina.

Feijóo ya no piensa en irse a Madrid sin terminar la legislatura para intentar suceder a Rajoy. Eso ya lo sabíamos desde que El País publicó sus fotos con Marcial Dorado. Para hacer carrera en la capital de España necesita borrarlas y eso sólo puede intentar hacerlo con una nueva victoria en Galicia. Tras el varapalo de las europeas, la cuestión era si podía pensar en tirar la toalla, quizá para marcharse a Madrid de ministro sin aspiraciones o dejar la política.

Todo indica que Feijóo planea presentarse de nuevo, aunque ahora mismo el PP no estaría en condiciones de sacar la mayoría absoluta. Para recuperarse necesita salvar la dura prueba de las municipales, ante las que ya ha lanzado a Hernández en Santiago, maniobra que puede tener continuidad en Ourense con la bastante posible candidatura del conselleiro Jesús Vázquez. Creo que Feijóo sólo tiraría la toalla si constatase que su reelección resulta una misión imposible, pero para eso tendría que haber algo enfrente.

Las altas del PSOE de Santiago y la operación Pokémon

Besteiro tiene que actuar con firmeza ante el escándalo de las afiliaciones masivas de Santiago. Si sigue parado, el vendaval que sacude al PSOE puede llevárselo por delante. Llueve sobre mojado en el socialismo compostelano, investigado por financiación ilegal en la operación Pokémon, en la que está imputado por diversos enchufes el concejal Bernardino Rama, cuya mano se ve tras las altas masivas.

Beiras toma partido en la guerra interna de Izquierda Unida

Las elecciones europeas confirmaron que Cayo Lara es el Guillerme Vázquez de La Mancha, el equivalente en Izquierda Unida del líder que dirigió el BNG en los tiempos de la escisión y que en las autonómicas del 2012, con Paco Jorquera de candidato, dejó al Bloque por detrás de la entonces emergente Alternativa Galega de Esquerda. A IU le pasó algo parecido con Podemos, que en cierta manera es una escisión suya, pues de ese mundo procede su líder Pablo Iglesias, que fue su asesor en campañas electorales, como la gallega de hace dos años.

Podemos no rebasó a IU pero sí limitó al máximo sus posibilidades de crecimiento. Incluso el partido de Pablo Iglesias con sus cinco diputados tiene más que IU, ya que de los seis que obtuvo la lista que encabezaba Willy Meyer, uno es de Inciativa per Catalunya y el otro, de Anova. Pero Caya Lara no ha tenido el gesto de renunciar, como sí hizo Guillerme Vázquez en la que fue su mejor decisión al frente del BNG.

Sin embargo, en las aguas muy revueltas de Izquierda Unida están surgiendo movimientos de contestación a Cayo Lara y Meyer, no sólo por parte de la corriente de Gaspar Llamazares. También se mueve en las coordenadas de la renovación el propio secretario general del Partido Comunista de España, PCE, José Luis Centella. Se trataría de dar con retraso el paso que debería haber dado IU para hacer frente a Podemos, con el lanzamiento de su dirigente que más puede conectar con la indignación que alimenta a Pablo Iglesias, como es el diputado Alberto Garzón, quien sin embargo tampoco parece que estuviese dispuesto en su momento a ser el candidato en las elecciones europeas.

Esa apuesta por la renovación de IU no sólo cuenta con el apoyo de la líder de Esquerda Unida, Yolanda Díaz, sino también del propio Xosé Manuel Beiras, quien ya ha cargado públicamente contra Lara, Meyer y el secretario de organización de Izquierda Unida, Miguel Reneses. En la última reunión de la coordinadora de Anova Beiras defendió la apuesta por la renovación de IU, bajo la creencia de que favorecería su conocida apuesta por formar un frente amplio de todas las fuerzas a la izquierda del PSOE, idea que ya hizo suya en enero Pablo Iglesias, el gran emulador beirista a escala española.

Desde las elecciones Beiras ha mantenido diversos contactos en esa dirección y se espera que próximamente se reúna con Iglesias. De fondo está la gran cuestión de si esa coalición sería posible para las municipales, lo que tendría un relevante efecto en las ciudades gallegas, en especial si el BNG llegase a sumarse a esa alianza, algo que, sin embargo, parece muy difícil, por no decir imposible ahora mismo.

De momento, la pauta la está marcando desde Barcelona la plataforma ciudadana que promueve la candidatura a la alcaldía de Ada Colau, la que fue portavoz de la Plataforma Antidesahucios, y que intenta sumar a fuerzas como Iniciativa, las CUP y Podemos. Se trata de un movimiento que podría tener sus réplicas en Galicia y que, según muestran los resultados de las autonómicas y las europeas, resultaría muy relevante en A Coruña y en Vigo.

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