Feijóo recorta y depura

El presidente de la Xunta culmina su espectacular reducción de altos cargos y ajusta cuentas con Lugo y Ourense por oponérsele en la sucesión de Fraga.

Sus rivales en el PP llamaban a Romay el ''dedo de Betanzos''. Análogamente, Feijóo es el ''dedo de Os Peares'', incansable estos días. Hasta ha designado personalmente a directores generales de algunas consellerías, aunque mantiene vacantes varias de las secretarías que dependen directamente de él.

Los nombramientos más espectaculares han sido los de los superdelegados de la Xunta, porque suponen el mayor recorte de altos cargos (de un 50% en total) e incluyen un claro ajuste de cuentas respecto al proceso de sucesión de Fraga hace ahora cuatro años.

A Coruña, controlada por Romay, apoyó a Feijóo desde el principio. Después se le sumó Pontevedra. Lugo y Ourense se le resistieron hasta que Barreiro y Cuiña se quedaron sin opciones.

En consecuencia, Feijóo ha puesto en A Coruña y Pontevedra a sendos delegados muy cercanos a los presidentes territoriales del partido. En cambio, a Lugo y Ourense, las de la ''boina'', las ha tratado como ''provincias traidoras'', imponiendo él a los representantes de la Xunta. En el PP aseguran que, a regañadientes, el lucense Barreiro dio su visto bueno al nombramiento de Raquel Arias, que ya ha percibido la hostilidad de sus compañeros de Lugo.

En Ourense, José Luis Baltar mantuvo su oposición hasta el final. El martes se reunió con Feijóo y apostó por el diputado Rosendo Fernández, mientras mostraba su oposición al alcalde de Arnoia, Rogelio Martínez, y proponía buscar una vía de consenso. Pero el miércoles, Feijóo le comunicó que al día siguiente iba a nombrar a Martínez, aunque Baltar mantenía su negativa.

Después, el barón ourensano dio su clásica voltereta y asumió en público uno de los argumentos de Feijóo, el de que cómo iba a oponerse a Martínez si es su presidente en la Diputación. Pero el alcalde Arnoia fue uno de los muy pocos dirigentes del PP de Ourense que en el 2004 se pronunció en público contra la escisión con la que amagaba Baltar.

Es la mayor derrota de Baltar en sus casi dos décadas al frente de la derecha ourensana, pues no se trata de aceptar a un candidato que no le gusta, sino tener que asumir que va a haber un contrapoder del PP en la provincia. Ahora ambos bandos se preparan para el congreso provincial, que debería celebrarse a finales de año.

Pero antes toca el gallego del domingo próximo. Ayer se daba por hecho que Barreiro y Rueda seguirían de vicepresidente y secretario general y que habría una amplia renovación en el comité de dirección. Pero todo depende de lo que diga Feijóo.

La comarca de Vigo emerge como 'provincia' autonómica
La quinta provincia gallega ya no está en Buenos Aires, sino en Vigo, que a efectos autonómicos se pone al nivel de A Coruña, Lugo, Ourense y Pontevedra, con una delegación territorial propia. La sede viguesa de la Xunta, en la foto, gana categoría, aunque deberá compartir servicios con la de Pontevedra. Vigo necesitaba un trato especial. Pero Galicia necesita que la Xunta disponga de un mapa coherente y estable.

Intriga hasta el final en el congreso del BNG
A una semana del congreso del BNG persiste la posibilidad de que por primera vez haya dos candidaturas en la segunda vuelta, en la elección de la ejecutiva, la de la UPG, encabezada por Guillerme Vázquez, y la de los posquintanistas, de Carlos Aymerich. Es seguro que en la primera vuelta, la del consello nacional, habrá tres listas (de Vázquez, Aymerich y Beiras), lo que ya sucedió en todas las asambleas desde el 2002.

Una vez elegidos los 50 miembros del consello, se nombra a la ejecutiva y al portavoz nacional. Para presentar lista hay que contar con 15 miembros en el consello. Sólo la UPG y Aymerich cuentan con ese respaldo para pasar a la segunda vuelta. A Beiras no le llega.

La UPG ha intentado iniciar las conversaciones para preparar una candidatura de consenso a la ejecutiva, de modo que no haya que negociarlo todo en las pocas horas que hay entre las dos vueltas.

Se trataría de pactar una lista de integración en la que cada grupo reciba el peso que logre en el consello, como se hizo en el 2006. Pero Aymerich se resiste el acuerdo. Los beiristas están tan dispuestos a pactar que en sus puntos mínimos ya no reclaman asambleas nacionales abiertas.

Los cálculos más optimistas de los posquintanistas les dan alguna opción de ganarle a la UPG, si le quitan una parte de sus delegados y arrastran a la mayoría de los beiristas. Parece muy difícil, porque hasta ahora el de la UPG ha sido el ejército más profesional y disciplinado. Por ello, Guillerme Vázquez es el favorito a suceder a Quintana.

Pero para completar la incertidumbre persisten las dudas de si la candidatura de Vázquez no es más que una pantalla tras la que se oculta el verdadero plan de la UPG.

  • PSOE: El blindaje de Caballero y Losada
    La tarea prioritaria de Pachi Vázquez en el PSOE debería ser preparar el relevo de Javier Losada y Abel Caballero como candidatos a las alcaldías de A Coruña y Vigo, sin descartar hacerlo también en Santiago y Lugo.

    Pero la foto de la nueva ejecutiva indica que Caballero se ha blindado colocando a sus peones, aunque no esté Abel Losada, y que Javier Losada ha hecho lo propio. Faltan dos años para las municipales. Hay tiempo. Pero tendría que percibirse la voluntad de cambiar. Por primera vez desde 1983 la alcaldía de A Coruña está en el mercado electoral.
  • Traballo: El polvorín de Mato y López Abella
    ''La Consellería de Traballo va a dar grandes momentos a los medios'', pronostican en el PP. Los primeros días ya han estado marcados por las diferencias entre la conselleira, la coruñesa Beatriz Mato, y la secretaria xeral de Benestar, la chantadina Susana López Abella.

    Sus desencuentros vienen de atrás, de la pasada legislatura en el Parlamento. El nombramiento de Abella fue impuesto por Feijóo, para compensar a Lugo. Mato, que llegó a la consellería a última hora, por descarte, tuvo que aceptarlo.
  • Parlamento: El reglamento del zapato de Beiras
    Feijóo ha dado instrucciones al grupo parlamentario del PP para que aproveche al máximo el reglamento a fin de contener a la oposición. PSOE y BNG denuncian que los ''populares'', que prometían promover una democracia participativa en Galicia, aplican el rodillo.

    Tienen razón, pero si en la pasada legislatura hubieran cumplido sus compromisos de regeneración, hoy habría un reglamento que garantizase el pluralismo, no el actual, impuesto por Fraga en 1993 y contra el que protestó Beiras zapato en mano.

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