La editorial madrileña Gadir acaba de lanzar las cuatro Sonatas de Ramón María del Valle Inclán en un solo volumen por considerarlas «la cumbre del modernismo español», según el autor del prólogo, el profesor universitario y escritor Antonio Ferres.
El origen de la tetralogía —Sonata de otoño, Sonata de estío, Sonata de primavera y Sonata de invierno— está en unos relatos que el escritor (Vilanova de Arousa, 1866; Santiago, 1936) empezó a publicar en 1901 en prensa como las memorias del Marqués de Bradomín. Reelaboró esos cuentos durante los tres meses de convalecencia de un involuntario disparo en un pie para integrarlos en Sonata de otoño, que fue editada en 1902. Las restantes aparecen con una cadencia anual hasta 1905.
El Marqués de Bradomín relata episodios amorosos que se corresponden con vivencias del protagonista en cuatro etapas de su vida que se corresponden con las estaciones del año: juventud (Primavera), primera madurez (Estío), madurez plena (Otoño) y vejez (Invierno).
Humor
La editorial subraya que las Sonatas son «un libro de humor pues Valle Inclán hace parodia de las modas y los géneros literarios»Musicalidad
El profesor universitario Antonio Ferres considera que es el autor español que «más se ha preocupado por la forma y la musicalidad»
Sonata de otoño está localizada en Galicia. El protagonista despide a una mujer con la que tuvo una relación amorosa. El segundo texto se sitúa en México, donde entabla una relación con la Niña Chole, que también la tiene con su propio padre, un bandolero. El intento de conquistar a una novicia es la trama de la tercera parte, la Sonata de primavera, que está situada en ambientes vaticanos. El Marqués de Bradomín participa en una de las guerras carlistas, en la que es herido. Se recupera en un convento, en el que trata de seducir a una joven.
PARODIA. Fuentes de Gadir aseguran que «las Sonatas son un libro de humor, pues Valle ironiza y hace parodia de las modas y los géneros literarios con tanto talento que el resultado es una obra maestra, de enorme amenidad, transgresora, inclasificable antecedente del esperpento, cabría decir que entre el humor, la novela erótica y la novela histórica».
A través de las cuatro ‘Sonatas’, «vemos desfilar la Galicia feudal, idealizada patria del Marqués de Bradomín; el México ardiente, en páginas que anticipan el realismo mágico; a la Italia que pintaron los prerrafaelitas o a los personajes de la abigarrada corte carlista», indica Gadir.
Antonio Ferres resalta el valor estético de las cuatro piezas. «Valle Inclán es el escritor español que más se ha preocupado por la forma y la musicalidad de la prosa, sabe que el escritor es un mago —o quiere serlo— y conoce que la obra literaria es una aventura de la imaginación, una experiencia de lectura abierta». Percibiendo esta intención, el experto en literatura recomienda a«los lectores de las Sonatas que embriaguen con la musicalidad de las palabras».
