Tener que hacer frente a una multa de 700 euros no es plato de buen gusto. Esta es la cantidad que un hostelero de Dena (Meaño) tendrá que pagar en los próximos días, un castigo que el afectado considera injusto, por lo que tirará de originalidad a la hora de cumplir con la ley.
José Santamaría Cacabelos lleva varias semanas recabando monedas de uno, dos y cinco céntimos y está dispuesto a pagar la multa utilizando exclusivamente calderilla. "É a única maneira de protestar que me queda", reconoce. La polémica se remonta a hace tres meses, cuando hicieron acto de presencia en el bar que regenta, situado en pleno centro de la parroquia, dos inspectoras de Sanidade. "Denunciáronme por non ter ben colocado o aviso de que non está permitido fumar", indica, a la vez que puntualiza que "só viron o panel que estaba na parte interior, pero non o exterior, que leva aí desde que esa lei entrou en vigor". De nada sirvieron las fotografías aportadas por Jorge Sanmartín. La Administración autonómica se mostró inflexible y, además, también le sancionó al considerar que el mando de la máquina de tabaco se encontraba al alcance de cualquier cliente. "Téñoo por dentro da barra. Pode que alguén lle poida botar a man, pero entón tamén podería abrir a caixa rexistradora", ironiza el afectado, que ya no tiene margen para recurrir. "Presentei unha apelación e non a tiveron en conta. Agora só me queda a opción do contencioso-administrativo, pero sería demasiado caro", asevera.
Así las cosas, el hostelero meañés opta por utilizar céntimos para abonar el pago de la multa. "Non penso dar ningún billete. Como moito, usarei moedas de 20 céntimos", asegura. El cambio no es un problema, ya que, además de la trapagerras del bar, también dispone de una máquina de bebidas y comidas que funciona durante las 24 horas del día.
De momento, Sanmartín ya ha reunido más de la mitad del importe. "Quero deixar ben claro que o que me fixeron é un atropelo", concluye mientras enseña parte de la peculiar recaudación.
