Ramón García: ''Hay formatos de tele que ni me gustan ni me apetece probar''

Ramón García en una foto promocional de su programa (Foto: Cadena Cope)
photo_camera Ramón García en una foto promocional de su programa (Foto: Cadena Cope)

Empezó poniendo copas en la discoteca de sus padres. "Eran otros tiempos: si había que echar un cable, se echaba". Con 20 años probó suerte en la radio local y ya no se apeó de los medios de comunicación. Después de alcanzar una enorme popularidad gracias a la televisión volvió a la radio. Hoy está en Pontevedra conduciendo ‘La tarde’ desde el Moderno

"El programa ha hecho hasta ahora solo dos salidas: a Badajoz y a Valladolid. Sois la tercera ciudad que visitamos". Ramón García (Bilbao, 1961) inició en 2004 en Punto Radio una nueva etapa profesional. Dejaba la televisión, "no por falta de ofertas, eh", y volvía al medio en el que precisamente había comenzado su carrera en los años 80. Desde la radio local dio el salto a ETB y a principios de los 90 ya estaba presentando 'No te rías que es peor', en TVE, la cadena en la que trabajó 16 años. Figura imprescindible en la historia de la televisión española reciente, siguen recordándole a día de hoy la pareja que formó con Ana Obregón en '¿Qué apostamos?', la vaquilla que lidiaban en 'El Gran Prix' o la capa que lució durante años retransmitiendo las campanadas de Nochevieja desde la Puerta del Sol (lo hizo durante más de una década). Ganador de tres TP de Oro, una Antena de Oro de Televisión y un Micrófono de Oro, desde 2011 trabaja en la Cadena Cope, donde esta temporada está al frente del magacín 'La tarde'. Hoy lo conduce desde Pontevedra (entre las 15.00 y las 19.00 horas, Café Moderno, entrada libre).

"Hay mucha gente que está redescubriendo a Ramón García en la radio", dijo hace unos días en una entrevista para ABC. Pero usted empezó precisamente ahí.

Claro, pero yo empecé en la radio en Bilbao. Cuando di el salto a nivel nacional fue con la televisión. Fuera de Vizcaya nadie me había escuchado antes. Aunque yo siempre he dicho que, pese a la popularidad que me dio la tele, soy un hombre de radio.

¿Se encontró un medio muy diferente al que había conocido?

No creas: al final siempre es un locutor hablando a un micrófono. Lo que ha cambiado fundamentalmente es la técnica. Cuando yo dejé la radio, la dejé pinchando vinilos. Imagínate: volví en 2004 y todo eran ordenadores.

¿Echa de menos la televisión?

La verdad es que no.

¿Y su cuenta corriente tampoco?

¡Qué va! Nunca he trabajado mirando la cuenta corriente. Lo que hace uno es ir superando etapas en la vida. Nada más. Hubo una época muy televisiva para mí. Ahora hay otra radiofónica. Y eso es lo bueno: estar haciendo lo que a uno le apetece en el momento en el que le apetece. Si algo me ha guiado, ha sido eso. Te aseguro que, si yo quisiese hacer televisión ahora, la estaría haciendo.

Así que ha tenido ofertas.

Las he tenido y las tengo. Pero hay formatos que no me gustan y que no me apetece probar. Y tampoco tengo tiempo. Hace años me pasó lo contrario: estando metido de lleno en la tele, que es cuando todo el mundo te quiere y se pelea por ti, también me llegaron ofertas para hacer radio que tuve que rechazar por esto mismo, falta de tiempo. Si acepto algo, a mí me gusta hacerlo bien. Aunque la puerta de la televisión no está cerrada ni mucho menos.

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