«He cogido cines, pero nunca en este estado»

Una de las puertas abolladas y focos de luz en el suelo. g.g.
photo_camera Una de las puertas abolladas y focos de luz en el suelo. g.g.

PONTEVEDRA. Severino Pato tiene alma de empresario de la cabeza a los pies. El propietario de Coruña Films S.L., la empresa adjudicataria de los cines de Pontevedra, más conocida como Galicine, estuvo ayer en la ciudad para visitar las salas que tiene previsto abrir, «si por mí fuera, pasado mañana mismo».

Fiel a sus principios de no dejarse fotografiar, el coruñés realiza con Diario de Pontevedra un paseo por las instalaciones de los cines de Vialia. El motivo no es otro que mostrar al público en qué estado han quedado después de que la anterior empresa explotadora del negocio, Ábaco-Cinebox, abandonara el centro comercial tras acumular una deuda en concepto de alquiler de más de un millón de euros.

«He cogido muchos cines, pero ninguno de esta manera. Lo que les sirvió, se lo llevaron, y lo que no, lo destrozaron», aseguraba ayer durante su recorrido por los habitáculos de proyección, los pasillos y las salas para los espectadores.

La empresa firmó el pasado viernes, 4 de octubre, el contrato con Adif, propietaria del centro comercial Vialia, que le autoriza para explotar los cines pontevedreses durante un máximo de 20 años. Ahora está pendiente de la entrega oficial de las llaves, de las que ayer dispuso para permitir el acceso a un electricista.

«El estado en que nos hemos encontrado esto retrasará forzosamente la apertura, ya que tendremos que contratar a una empresa de electricidad, a un decorador, albañiles... Esto solo se puede definir como un acto vandálico. Se llevaron el mobiliario y los proyectores de 35 mm, aunque eso nos da igual, ya que nosotros solo trabajamos con formato digital y una torre de control conectada con distribuidores vía satélite», explica.

La idea de Galicine es conseguir abrir los cines de la capital de las Rías Baixas para la época navideña. «Ahora todo está en manos del Concello de Pontevedra. De él depende que tengamos cine pronto o tarde», señala Severino Pato, que reconoce que el Gobierno local, que le ha de facilitar todos los permisos para el acondicionamiento de las instalaciones, ha mostrado siempre buena disposición en todos los contactos que han mantenido hasta el momento.

Además de numerosos objetos inservibles, tónica general en cualquier traslado, las estancias que ocupará en breve la empresa coruñesa presentan a día de hoy algunos destrozos, como los cables de la instalación eléctrica cortados, rectificadores estropeados, las puertas de seguridad de las salas de visionado de películas dañadas en la zona más próxima al marco, plafones tirados por los pasillos, numerosas baldosas rotas donde estaban colocadas las butacas...

«No sabemos quién ha sido, pero esto lo ha hecho para hacer daño», apunta Severino Pato, que subraya que no quiere culpar a nadie. «Los responsables de Adif en la zona ya vieron cómo ha quedado esto», añade.

Según el empresario coruñés, asumir estas reparaciones supondrá alrededor de 400.000 euros más a las obras de Galicine. Por el momento, la firma ha invertido más de 800.000 euros en máquinas proyectoras digitales y butacas.

«No nos esperábamos algo así. Nuestra idea era aprovechar el continente y ahora nos encontramos con que tenemos que llevar a cabo estos arreglos y, aún encima, pagar a una empresa para que se lleve todos los objetos inservibles, algunos de ellos de mucho peso», se queja Pato.

Pese a todo, reconoce que el local de los cines de Pontevedra «es una monada». «Es amplio, de calidad, muy bien diseñado. Es casi cuadrado y tiene una dimensión que hace que el sonido sea perfecto. Se nota que fue construido especialmente para la proyección de películas», indica.

Aunque cada vez está más cercana la fecha de apertura de las salas pontevedresas, Pato evita ofrecer ninguna declaración definitiva sobre la posibilidad de contratar al antiguo personal de Ábaco-Cinebox en la ciudad, 15 trabajadores.

«Nuestra política es formar a nuestra plantilla. No necesitamos gente especializada en películas de 35 mm, sino en digital. Además, solo contrataremos a seis o siete personas. En cualquier caso, aún no tenemos nada claro», afirma.

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