Jacobo Eireos: ''He mostrado al pueblo gitano con consentimiento y respeto''

A pesar de su juventud, el periodista Jacobo Eireos (Lugo, 1975) puede presumir de un extenso currículo, fundamentalmente en televisión, donde ha trabajado en programas como ‘Pekín Express’ o ‘Pocholo 007’, hasta liarla parda con el ‘docureality’ ‘Palabra de gitano’.

«sí que se ha liado», admite el periodista gallego Jacobo Eireos respecto a su proyecto más querido, ‘Palabra de gitano’ (Cuatro), contra el que han arremetido asociaciones de todo el país por considerarlo un espectáculo morboso, estereotipado y sesgado sobre el pueblo gitano. Todo lo contrario de lo que defiende él, su director.

Su carrera la ha desarrollado prácticamente en el género del ‘reality’ o ‘docureality’. ¿Ha sido oportunidad o vocación?

Es casualidad, aunque me gusta mucho la televisión. Aunque respecto mucho vuestro trabajo, el de los redactores de prensa, no me veo sentado escribiendo. Me gusta más estar fuera, grabando. Así que soy periodista de vocación, y de entretenimiento, de ocasiones.

Las oportunidades, como ‘Palabra de gitano’, le traen además alegrías como unas estupendas audiencias.

Sí, en lo que se refiere a ‘share’ -cuota de pantalla- nos gana en el ‘prime time’ del domingo ‘Salvados’, pero de todos modos tenemos 2,5 millones de espectadores.

¿Cómo nace el proyecto?

La productora de este espacio es La Competencia. No siempre estamos grabando y siempre estamos mirando lo que se hace fuera. Nos fijamos en un programa de la cadena Channel 4 británica, que hace dos años empezó a emitir un programa cuya traducción sería ‘Mi gran boda gitana’. A partir de ahí pensamos en adaptarlo. Empecé a buscar asociaciones y una en Huesca nos dijo de una boda y nos invitaron a ir. Congeniamos y fue muy positivo.

¿Cuál ha sido el proceso de documentación para abordar los diferentes conceptos o capítulos que tratan en ‘Palabra de gitano’?

La documentación la hago yo, pero en lo que es la preproducción siempre nos reunimos con los protagonistas del programa para ver cómo podemos abordar un tema. Siempre hemos trabajado con ellos, para desarrollar esos conceptos de vida, familia, ley y honor o luto, que dan título a los capítulos. Después también hay un proceso de búsqueda de los protagonistas, viajando por mercadillos, barrios de diferentes puntos de España, que lo hacen los redactores.

¿Y cómo han visto el resultado los protagonistas? ¿Se han quejado? Porque mire que la han liado.

Ellos no se han quejado, les ha gustado mucho, y de hecho algunos volverán a salir en la segunda temporada, que ya estamos preparando. Y las asociaciones que se han quejado han sido pocas.

¿Pocas las veinte del Consejo Estatal del Pueblo Gitano o la fundación Secretariado Gitano?

Bueno, hay muchísimas más. El caso es que yo tengo mi opinión pero no quiero darla.

Defiéndase.

En mi programa no hay opinión. Yo soy testigo y son los protagonistas los que cuentan, los que hablan. Y ya hay programas que han dado otra imagen sobre el pueblo gitano, el del chabolismo, con niños pasando drogas...

‘Callejeros’, también en Cuatro.

Yo no quería mostrar esa realidad.

Aunque sea real.

Yo quería mostrar otro pueblo gitano, un pueblo gitano que sale adelante, con su cultura, sus celebraciones... Por eso no quiero decir mi opinión. Pero tengo la conciencia muy tranquila.

¿También con los racistas tuits que han surgido como «hay que aniquilar a la raza gitana»?

Ya, pero eso es como si yo trabajo en la radio y comienzo con un «buenos días» y el que me escucha dice «serán para ti, hijo de puta». De los 20.000 mensajes en Twitter no llegan al dos por ciento los que son ofensivos. Pero eso también pasa con otros programas, como ‘Gran Hermano’.

Así que orgulloso y tranquilo.

Sí, porque he enseñado una parte del parte del pueblo gitano con consentimiento y respeto.

¿Cuál ha sido la mayor dificultad?

Sobre todo, en el día a día. El encontrar gente de a pie. Al gitanto que ya ha participado en el programa le gusta enseñar su cultura y sus costumbres. Pero al principio era complicado porque nos decían si éramos de ‘Callejeros’ o de ‘Conexión Samanta’. Ahora que ha calado ‘Palabra de gitano’ te dicen que qué bonito es el programa y lo orgullosos que están.

¿Y el mayor reto?

Hay dos temas que aún no hemos tratado y que lo haremos en la segunda temporada. Por una parte, el destierro, y por otro, la mediación, que es cuando entre ellos surgen conflictos. Ellos no acuden a la ley paya. Por no hablar de asistir a un entierro. Ellos le llaman lamento; la muerte y el luto son unos temas muy delicados.

En esta segunda temporada pretenden darle otro enfoque o seguir incidiendo en lo ya hecho.

Sí, seguiremos abundando en los temas que definen la cultura y costumbres gitanas. Ya he adelantado algo y no quiero reventar todo, pero te puedo decir que también trataremos el éxodo, como la emigración gitana a Argentina, y lo que se define como duende, lo que es la forma de talento gitano, el flamenco.

La cultura gitana, al igual que la gallega, posee un gran patrimonio inmaterial, una gran tradición oral.

Sí, de hecho cuando estábamos en preproducción nos chocaba que entre ellos las leyes van pasando de generación en generación vía oral.

¿Cree que ‘Palabra de gitano’ puede ayudar a la mitad de la población española que, según las encuestas, rechaza a esta etnia?

No creo que se pueda ver ‘Palabra de gitano’ si se les rechaza.

¿No se puede ver un programa con rechazo y morbo a la vez? ¿Ver, por ejemplo, el polémico ritual del pañuelo del primer capítulo por curiosidad?

No sé.

Usted hace programas, pero también es espectador.

Puede que haya curiosidad. Y el último fin de cualquier programa es el entretenimiento.

Críticas

Los protagonistas no se han quejado y, de hecho, algunos volverán a salir en la segunda temporada

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