HEMEROTECA. Jesús Hermida: "En la tele de hoy, la gente como yo no tendría lugar"

Con motivo de su fallecimiento, recordamos la última entrevista de Jesús Hermida para los medios del Grupo El Progreso.
Jesús Hermida, en los estudios de RNE, en 2012
photo_camera Jesús Hermida, en los estudios de RNE, en 2012

*No por ser un tópico deja de ser  cierto que este hombre es un mito viviente de la televisión. Compartió redacción con el legendario Edward R. Murrow —«un lujo y un orgullo»—, narró la llegada del hombre a la Luna desde su corresponsalía en EE.UU., fue el rostro de algunos de los programas de  referencia en la Transición, dirigió una cadena de televisión y la propia Academia de la TV... Y todo ello siendo, «siempre y ante todo», Hermida: sin despegarse de su estilo personal, de sus pausas, de su increíble capacidad de adjetivación. Tras cuarenta años  de carrera, ahora vive rodeado por la naturaleza y disfrutando de una «relativa tranquilidad».

Lo suyo suena a retiro dorado.
Aquí me tiene, en el campo, a pie de montaña. Dedico mi tiempo a la libertad: a hacer lo que me gusta, leer lo que me gusta, ver lo que me gusta... y todo sin ningún tipo de obligación.

Y en ese contexto idílico, tengo entendido que está volcado en el estudio de Jane Austen...
Y no se equivoca, llevo meses dedicado a la tarea. Me gusta especialmente porque retrata una época en la que se tenían unos determinados valores: la caballerosidad, el valor de la elegancia, de la cortesía y de la educación. El mundo del que hablo se ha perdido y nos haría mucha falta en los momentos que vivimos. La convivencia educada nos vendría muy bien.

Veo que es un convencido de aquello de que «las maneras reflejan un tipo de moral»...
Es que es así. Tampoco nos engañemos, porque no creo que ningún tiempo pasado fue mejor, pero hemos perdido cosas en el camino que jamás debimos perder. Ahora solo oímos gritos, nadie habla y todo es una lucha por ver quién grita más. Y si no estás en la pelea no cuentas. Lo decía Lennon muy bien en una letra: «La vida es muy corta como para enzarzarnos y pelearnos».

En televisión, los gritos de los que habla lo están invadiendo todo, ¿qué opina usted desde su  jubilación voluntaria?
Pues de Lennon pasamos a Truman y a aquello que dijo: «Si no te gusta el calor de la cocina, salte de ella». Me pasó a mí y me fui de la cocina, aunque quedan cosas buenas en la tele. El drama es que ni nos acordamos del buen gusto ni hablamos del mal gusto. Ahora, a veces asomo la cabeza en algún proyecto que me gusta y me genera interés. Poco más.

"Me fui de la batalla diaria de la tele porque, como decía el presidente Truman: 'Si no te gusta el calor de la cocina, salte de ella"


¿Qué programas ve?
Veo lo que me ilumina e interesa. Actualmente, programas no veo casi nunca, pero me encantan los contenidos relacionados con la historia. Yo creo en la televisión, es algo genial, no piense usted que la odio aunque no consuma cierto tipo de formatos.

¿Qué condiciones tendrían que  darse para que regresase?
Para volver a la batalla diaria creo que no hay condición posible. Entre otras cosas, porque gente como yo no tendría lugar. Yo no entro en la intimidad de las personas y lo que nos ofrecen hoy es precisamente lo que te digo. No volvería a la lucha, pero no tengo ningún problema en reaparecer, como le decía, en proyectos muy puntuales y especiales.

¿Cree que volveremos a ver presentadores con un estilo tan personal como el de su admirado Murrow en la pantalla?
Me cita usted al santo patrón de la televisión y tengo que decirle que creo que ahora sería imposible que emergiese una figura así. Tal vez en el futuro, sí. A corto plazo es imposible. Las condiciones no se dan ni empresarialmente ni en términos de audiencia, porque no tendría éxito.

Aaron Sorkin acaba de lanzar una serie, ‘Newsroom’, que retrata la vida de un presentador muy famoso al que, curiosamente, le achacan lo mismo que a usted: no hablar mal de nadie y su indefinición política. ¿La ha visto?
Pues es una de las pocas cosas que le decía antes que veo en televisión. ‘Newsroom’ es una genialidad y tienen toda la razón los que me reprochan que no tome partido. Yo no hablo mal de nadie porque no soy nadie para criticar a un compañero y porque me niego a sumarme a la cultura del ataque.

¿Ha chocado mucho con la política o con los políticos?
Desde luego, y siempre reaccionaba poniendo una vaga sonrisa y negándome a entrar en el juego. Por política yo me fui de TVE, porque me plantearon una censura y les dije hasta luego. Estuve cuatro años fuera. Me callé y me fui, como he hecho en otras ocasiones.

A pesar de que dice no entrar en ataques, hace poco reconocía haber dado algunas puñaladas...
No lo puedo negar. Fue a gente que ha hecho mucho por mí y a la que, en el fragor de la batalla, olvidé.

¿Es de los que pide perdón?
Sí. Lo malo es que en algunos casos, cuando me doy cuenta de mi comportamiento, alguno de ellos ya no están entre nosotros y eso es muy duro. Yo me arrepiento profundamente de muchas cosas.

"Tienen razón los que me critican por no decantarme por nada, porque yo nunca hablo mal de nadie"

Voy a poner sobre la mesa un término que sé que no le gusta, es el de ‘chicas Hermida’...
Es que es una expresión que no puedo admitir porque no es justa. Usar el término es faltarles al respeto. Siento mucha ternura y mucha alegría cuando veo que gente que trabajó conmigo triunfó y triunfa tanto. Algunas de estas personas siguen siendo íntimas amigas mías y no creo que sea adecuado en términos profesio nales llamarlas ‘chicas Hermida’.

Una de estas profesionales que colaboró con usted, Mariló Montero, acaba de verse sometida a un linchamiento público en la red por uno de sus editoriales en ‘La mañana’. ¿Conoce la historia?
El anonimato es terrible y sirve para que haya más gritos y descalificaciones que diálogo. Pero, sabe qué le digo, uno tiene que vivir con el paisaje que le toca. Si trabajas en esto tienes que saber a qué te enfrentas, saber que existe Twitter e internet e intentar no dar alas a que pasen estas cosas. Y no hablo de Mariló en concreto, que es una persona a la que quiero y una gran amiga. Los americanos tienen un dicho que es: «El pájaro que asoma la cabeza es el primero que recibe el perdigonazo”.

¿Hay alguien, entre toda esa gente que ha trabajado con usted, que le haya sorprendido que no haya alcanzado el éxito?
No, para nada. Cada uno vive su vida y no he especulado nunca sobre el futuro o el éxito de la gente en este terreno.

Si me permite parafrasear a Ramón Arangüena, ¿qué fue de su agria polémica con María Teresa Campos?
[Risas] Mire, María Teresa Campos tiene una raza imponente. El famoso enfrentamiento no fue ningún montaje, como dijeron, pero tampoco fue algo personal, ni mucho menos. Yo sabía que ella tenía mucha raza y fui a por ella, televisivamente hablando. Me dije: «Allá voy»... Ella respondió maravillosamente bien.

"He dado puñaladas en la profesión. Lo peor es que algunos ya no están entre nosostros para pedirles perdón"

Acaban de otorgarle el Premio Nacional de la Televisión, ¿le da importancia a los galardones y reconocimientos?
Ninguna. Los premios y las gratificaciones hay que agradecerlos y no dedicarles más atención. No he redactado nunca un currículum ni he llevado la cuenta de los premios que me han dado. Eso no quita que uno esté agradecidísimo, pero los premios son cosa de un día. Después se olvidan

"SOY UNA EXTRAÑA MEZCLA DE GALLEGO CON ANDALUZ"

Por parte de padre, su familia es gallega, ¿mantiene algún vínculo con la comunidad?
Soy una curiosa mezcla de gallego y andaluz. A veces me sale el punto gallego, a veces me sale el del sur [risas]. Toda la familia de mi padre está diseminada en la ría de Vigo y, con el tiempo, he ido varias veces a visitarla. El grueso de mis parientes proceden de Monteferro, de un lugar que se llama Priegue.

Su padre era pescador, ¿no?
Mi padre se lanzó a navegar y acabó, como es lógico, viajando mucho. Por eso soy una rareza ‘galaicoandaluza’. Hoy sería algo normal que una pareja de latitudes tan distante formase una familia. Entonces, la distancia de Huelva a la ría de Vigo era algo astronómico. Debo decirlo: estoy muy orgulloso de mi sangre gallega. Además, hay pocas cosas tan gallegas como mi apellido.

Ya que antes hemos hablado tanto de televisión, hablemos un poco de música. Su último trabajo ha sido un especial sobre The Beatles...

"Estoy muy orgulloso de mi sangre gallega. Además, hay pocas cosas tan gallegas como mi apellido"

Efectivamente pero, por favor, que nadie se crea que soy un experto en el grupo aunque los admire muchísimo. Tienen 124 canciones, de las cuales 100 son de primerísima calidad. Sin duda son el fenómeno musical más importante del siglo XX, cambiaron, de cierto modo, la sociedad y el mundo.

¿Hay algún tema o álbum que ‘le pueda’ especialmente?
Es difícil, porque su mundo es muy rico, pero si tuviese que quedarme con uno, le diré que ‘A day in the life’ es algo supremo.

Para finalizar, hay otra faceta suya que no es muy conocida y es que tiene una escuela de presentadores en Madrid. Tal y como están las cosas, ¿qué consejos les da a sus alumnos?
No es nada fácil aconsejar a los jóvenes. Me centro en decirles que hagan lo que quieran, que se dediquen al género que deseen pero, siempre, siendo ellos mismo y no un loro que se dedique a repetir lo que dicen los demás.

*Entrevista publicada en la edición de papel de Diario de Pontevedra y El Progreso del sábado, 22 de diciembre de 2012.

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