Portonovo atesora una riqueza patrimonial y paisajística que va más allá de su núcleo y del entorno portuario. La fachada costera de buena parte de la localidad es una gran desconocida para numerosos visitantes, que ignoran la existencia de parajes como el de Punta Cabicastro, donde, además de poder practicar senderismo, se puede disfrutar de unas vistas envidiables de la ría de Pontevedra.
A pesar de su encanto, el estado actual del lugar deja mucho que desear. La maleza y los restos de papeles y botellas se acumulan en varias zonas. Sin embargo, esto podría cambiar si finalmente prospera un proyecto ideado por José Manuel Prieto. El presidente de la Plataforma da PO-308 lleva varios años defendiendo la necesidad de habilitar una senda entre las playas de Canelas y Paxariñas, que permitiría a los usuarios caminar sobre los acantilados que unen ambos arenales.
Prieto tiene previsto reunirse la próxima semana con la jefa provincial de Costas, Cristina de Paz-Cubera, para abordar esta actuación. El impulsor de esta iniciativa calcula que serían necesarios "uns 70.000 ou 80.000 euros aproximadamente" para acometer los trabajos. La senda se iniciaría en Canelas y acabaría conectando con el paseo que ya existe actualmente entre Paxariñas y Montalvo. "Hai espazo suficiente para camiñar durante máis dunha hora", asegura José Manuel Prieto, que también hablará con la Asociación de Veciños de Adina, a fin de solicitar fondos europeos para hacer realidad el proyecto, siempre y cuando reciba el visto bueno de Costas.
Los trabajos se centrarían en habilitar una pista de zahorra, siguiendo una senda que existe en la actualidad, pero que está "moi descoidada". Prieto reconoce que "agora mesmo apenas se pode camiñar por varias zonas. É unha mágoa, porque as vistas que hai en Punta Cabicastro son impresionantes, coas illas Cíes e Ons ao fondo".
José Manuel Prieto tiene claro que, de hacerse realidad esta actuación, supondría un reclamo turístico muy importante para Portonovo. "Agora mesmo apenas temos sendas deste tipo na vila". Su impulsor apuesta por colocar una pasarela de madera en algunas partes del acantilado, a fin de garantizar la seguridad. Asimismo, prevé habilitar áreas de descanso e instalar paneles informativos. Además del OK de Costas, también será necesario negociar con los propietarios de algunas parcelas privadas.
