José Abreu: "En Marruecos no existe ningún control del hachís, ahí reside el problema"

La Comisaría Provincial colabora de forma continuada con sus compañeros del Sur de España para combatir la oleada de alijos de hachís. Sin embargo, sin la cooperación de las autoridades magrebíes, la solución "es imposible"

José Abreu, jefe del Grupo II de la Udyco de Pontevedra. GONZALO GARCÍA
photo_camera José Abreu, jefe del Grupo II de la Udyco de Pontevedra. GONZALO GARCÍA

EL MÁXIMO exponente de uno de los grupos de investigación que mejor conoce el modus operandi de las redes dedicadas al transporte de hachís desde el Sur hacia Galicia desvela a este periódico que "somos un receptor claro de estas sustancias" y pone el acento en un cambio en las políticas que se llevan a cabo en Marruecos, país en el que se produce más del 80 por ciento del derivado cannábico que se consume en Europa.

¿Cómo determinaron la existencia de un grupo pontevedrés de estas características?
Sabemos que Galicia es un receptor claro de hachís, un mercado muy importante, y esta droga viene del Sur. A través de investigaciones determinamos que iba a entrar un cargamento que pretendían recoger para transportar aquí. A partir de ahí, la colaboración entre las distintas unidades sirvió para decomisar la droga.

Hacía tiempo que los gallegos no aparecían en escena en el Sur, aunque supongo que nunca se habrán ido...
El mundo del narcotráfico está en la actualidad muy globalizado. En el pasado, los narcotraficantes gallegos trataban directamente con las organizaciones marroquíes. Ahora, sin embargo, han comprobado que para ellos es más sencillo llegar a acuerdos con personas afincadas en el Sur de España y, mediante el empleo de camiones y de vehículos todoterreno, traerse la droga hacia el Norte. Para ellos es una alternativa más segura.

En la operación de los 1.500 kilos, el helicóptero llegó a confundirse de objetivo ante la gran presencia de lanchas

En los últimos meses se ha producido un espectacular repunte de la actividad alrededor del hachís en el área del Estrecho. ¿A qué lo achaca?
En primer lugar, a la sobreproducción que se está detectando en Marruecos. Del mismo modo que está sucediendo con la cocaína en Colombia, en el Norte de África hay un gran excedente de mercancía, lo que hace que las organizaciones criminales intenten transportarla hacia Europa de una forma constante. En Marruecos no existe ningún tipo de control. Ahí reside gran parte del problema.

Por otra parte, también se ha incrementado la violencia en la zona.
Es cierto. Hay que decir que las organizaciones que operan en esa zona, que calculamos en más de 30 en estos momentos, han dado un paso importante que nunca se había visto en España. Los rescates de narcotraficantes en comisarías y en hospitales son preocupantes. Hasta ahora no se habían atrevido a liberar a presos, habían respetado eso, pero ahora parece que no piensan hacerlo.

¿Qué medidas ha tomado la Policía?
Se ha reforzado mucho la presencia en la zona, tanto con los agentes de la UIP (los conocidos como Antidisturbios) de la Policía Nacional como con los GRS (Grupos de Respuesta y Seguridad) de la Guardia Civil.

¿Qué destacaría del narcotráfico en la zona?
La gran cantidad de movimiento que existe. Las lanchas suben llenas y bajan vacías de forma continua. Un ejemplo de ello fue en la operación de los 1.500 kilos en el Guadalquivir. El helicóptero llegó a confundirse de objetivo ante tal presencia de embarcaciones.

¿Cuál es el perfil del gallego que opera en el Sur?
Son narcos de segunda y tercera generación que mueven distintas cantidades y se aprovechan del escaso reproche penal.

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