Juan Picos: "Si fuera algo organizado, sería más fácil acabar con ello"

El director de la Escola de Enxeñaría Forestal advierte de los efectos de los incendios en la inversión de los comuneros, la fertilidad del monte y las captaciones de agua
Juan Picos
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Todavía no ha tenido la oportunidad de investigar todos los incendios ni dispone de pruebas fehacientes. No obstante, la experiencia le dice que las hipótesis que vinculan los fuegos con un grupo organizado no superarán el grado de presunción. Juan Picos, director de la Escola de Enxeñaría Forestal, cree que "si fuera una cosa organizada, sería más fácil acabar con ella". ¿Por qué? "Porque hemos tenido bandas terroristas y de traficantes que hemos podido contrarrestar, incluso grupos de terrorismo islámico. Sin embargo, en el caso de los incendios no hemos podido, porque probablemente no hay esta causa".

Picos maneja otra "conjetura" que se apoya en los más de 20 años que lleva examinando incendios. "Obviamente hay que investigar cuando los fuegos estén apagados, pero creo que los motivos no deberían ser distintos a los de otras ocasiones y supongo que habrá múltiples causas con las que lidiamos en los últimos años". El experto alude al informe emitido a raíz de los incendios de 2006 por parte de Fiscalía, uno de los entes que "más trabajó" para esclarecer las causas. El documento hace referencia a un sinfín de causas, incluidas negligencias, fuegos intencionados, casos de venganza, incendios accidentales y hasta ritos satánicos. Ahora, como entonces, "es difícil encontrar una única causa". Picos prefiere hablar de un conjunto de factores que han desatado la tragedia con la ayuda de unas condiciones meteorológicas propicias para que las llamas se propagaran a una velocidad de vértigo. Entre los detonantes incluye los fuegos intencionados pues, "si uno quiere quemar, el mejor momento es cuando hay incendios, pues se topará con menos problemas".

SECUELAS. Cuando le preguntan sobre las consecuencias de la oleada de fuegos, el director de Forestais indica que "es muy difícil saber si es más importante el impacto económico o el psicológico", teniendo en cuenta la magnitud de los incendios y las escenas que se sucedieron por el territorio gallego. En el supuesto de que uno se ciña a las secuelas directas, destaca la repercusión económica que tendrá para las comunidades de montes, dado que "habían hecho una importante inversión y han perdido mucho dinero, aparte de la ilusión, otro daño que va más allá de lo económico".

En el campo medioambiental subraya que "habrá zonas en las que se perderá la vegetación y otras en las que se llegará a perder la materia orgánica del suelo, uno de los activos más importantes de un monte del que depende la fertilidad". Aparte, advierte de que existe el "riesgo" de que las cenizas puedan ser arrastradas a captaciones de agua, cursos acuíferos y zonas de mar. Todo dependerá de la cantidad de ceniza depositada en cada zona, la pendiente y la cantidad de lluvia.

Para terminar emplaza a las personas que quieran brindar su ayuda a contactar con las comunidades de montes o, en su defecto, los ayuntamientos. Su recomendación trasciende a raíz de algunos mensajes que están corriendo por las redes sociales y que, entre otras cosas, animan a plantar semillas en los terrenos quemados. "Muchas veces lo primero que se la pasa a uno por la cabeza es cómo puedo ayudar, pero el 98% del monte tiene dueño y lo mejor es ponerse a su disposición. Los propios alumnos de Forestais han dicho que quieren hacer algo y ya se lo he comunicado a la Comunidad de Montes de Vigo para ver cómo. Se pueden hacer muchas cosas, pero serán más eficaces de esta manera".

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