Julia Patricia Santamaría

Pobre jueza Julia Patricia Santamaría. La sociedad reclamando más y ella amparándose en la legislación y en lo que se juzga en toda la pantomima de la Operación Puerto. Aunque sea complicado de entender, muy complicado, en la vista oral de la Operación Puerto no se está juzgando un delito de dopaje, porque eso en 2006, cuando se hizo el operativo policial, no estaba penado en nuestro país, simplemente se está juzgando un caso contra la salud pública, por eso interesa saber cómo se guardaba la sangre y no a quién pertenecen las bolsas de sangre que se comisaron durante esos días de mayo de 2006. El proceso judicial pone en evidencia nuestras carencias, la falta de interés en luchar contra el dopaje durante muchos años en nuestro país. Es sorprendente que la magistrada rechazara el ofrecimiento de Eufemiano Fuentes de desvelar a quién pertenecían las bolsas de sangre, pero es que ella no tiene por qué saberlo, ya que, aunque sea muy importante para la sociedad y para el deporte, es absolutamente secundario en el proceso que se está llevando. Imposible de entender, pero esa es la realidad y eso es lo que pone en entredicho al deporte español fuera de nuestras fronteras. Un simple vistazo a la prensa extranjera nos demuestra que en Europa dudan de nosotros porque es imposible de comprender que no se quiera saber los nombres de los dueños de las bolsas de sangre o que la Guardia Civil tuviera la agenda de Eufemiano Fuentes y se la devolviera sin abrir. La realidad es que el juicio es una farsa porque la operación ha sido una pantomima por las prisas que hicieron que se llevara a cabo cuando nuestro país no tenía una legislación antidopaje adecuada. Se buscaba algo que no era delito. Fuera de España nos siguen sacando los colores. En Italia han descubierto la vinculación de Cipollini con Fuentes y nosotros mantenemos silencio. De aquellos barros vienen estos lodos. Así nos va en temas de dopaje.

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