La Audiencia absuelve a los gestores de Marfrío, que habían sido acusados de un delito societario por Freire

El presidente de la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo, ha absuelto a los gestores del grupo Marfrío de un delito societario, del que les acusaba uno de sus socios minoritarios, José Luis Freire, presidente de Conxemar.

El fallo, que se ha dado a conocer este lunes, estima que no hay pruebas para declarar culpables a los acusados --Pedro Otaegui, José Ramón Pérez, Justo Ojeda y Javier Otaegui-- de falsear las cuentas de Marfrío, negar información a Freire con fines lucrativos, de administración desleal o de fraude de los intereses económicos de la sociedad.

El grupo Marfrío, que se dedica a la comercialización de productos del mar congelados, tenía su capital social dividido entre los accionistas Copemar --propiedad de la familia Ojeda--, Pesquera Echalar --propiedad de la familia Otaegui-- y la familia Freire, que tenía un tercio de las acciones. A su vez, este grupo era cabecera de otras sociedades como Marfrío Pesca --participada por Marfrío, Echalar y Copemar--, Marfrío Marín y Pralisa.

En marzo de 2002, se acordó el cese como consejero delegado de José Luis Freire y, en julio de ese mismo año, el Consejo de Administración decidió, debido a la precaria situación económica de Marfrío, vender su participación en Marfrío Pesca a Echalar y Copemar. Posteriormente, gracias a la venta de un barco y al cobro de una subvención para poner en marcha una sociedad mixta, Marfrío amplió su capital hasta los 6 millones de euros, por lo que la participación de Freire se redujo al 0,54 por ciento de las acciones.

Ante esta situación, Freire denunció a sus socios por presuntos delitos societarios --de los que ahora han sido absueltos--, al considerar que se le apartó del consejo de administración y que no se le informó de las posteriores operaciones, pese a haber solicitado esos datos por escrito. A lo largo del juicio, los acusados justificaron esas decisiones empresariales por la mala situación financiera de la sociedad, y advirtieron de que no facilitaron información a Freire para evitar que obstaculizara esos proyectos.

La Fiscalía pedía para los acusados penas de 2 años y medio de prisión --excepto para Javier Otaegui, para el que solicitaba año y medio--, mientras que la acusación particular elevaba su petición hasta los 6 años de cárcel para cada uno, y pedía una indemnización de 2,4 millones de euros para la familia Freire por el daño patrimonial sufrido.

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