La Biblioteca de Marín expone un ejemplar de coleccionista del Quijote

La obra fue donado por Manuel Torres y está escrita íntegramente en gallego
Ejemplar donado por Manuel Torres a la Biblioteca de Marín
photo_camera Ejemplar donado por Manuel Torres a la Biblioteca de Marín

Hubo un tiempo en el que la letra impresa era objeto de culto. No tanto por la calidad de su conjunto, sino más bien por lo escaso de su existencia. Eran momentos en los que poseer un libro conllevaba un poder. Había algunos que, de ser cazados en la estantería de un hogar, podrían sentenciar a los que en él se cobijaban. Eran épocas en las que la edición no caía en picado, en el que los bebés sabían pasar páginas sin confundir el papel con la fría pantalla de una tablet, en el que el amor se escribía y se encuadernaba como un poemario.

Ahora el mundo ya no se duerme con una vela arrojando luz sobre una historia. Se sigue leyendo, es cierto, pero en menos cantidad y, sobre todo, con menos romanticismo.

Por suerte, hay momentos en esta tecnológica era en la que tesoros de un pasado más literario salen a la luz y se descubren como auténticas piezas de coleccionista. Una de ellas puede verse en la Biblioteca Municipal de Marín.

Dos tomos de piel marrón, con una anchura que no se corresponde con lo liviano de su peso. Dos partes de un mismo libro, el Quijote de la Mancha, de un Cervantes más vivo que cualquier alma contemporánea. La joya, que se expuso para conmemorar el Día de las Bibliotecas y que mantendrá durante un tiempo a la vista, fue donada por Manuel Torres, el pintor que ha sellado su nombre con el de la villa marinense.

"Recuerdo el día que los trajo, acompañado de un sobrino", relata María Engracia Vicente, directora de la Biblioteca, quien le pidió al artista que dejara su huella sobre la página en blanco que iniciaba el primer tomo.

"El pintor Manuel Torres dona esta primera y segunda parte del Quixote a la Biblioteca Municipal de Marín". Así versa la dedicatoria que en agosto de 1992 firmó el que donó el "mayor orgullo que tenemos en nuestra colección", expresa Vicente.

EN GALLEGO. Si la encuadernación que tienen los tomos que Manuel Torres regaló a la biblioteca no fuera suficiente, la prosa cervatina que se extiende entre tapa y tapa está en gallego.

Es difícil encontrar una traducción de tanta calidad en su edición. La que ahora luce en el edificio de la avenida de Ourense forma parte de una edición para bibliófilos realizada por Xuntaza Editorial. Se trata de una tirada de 350 ejemplares. Manuel Torres poseía el número 59. Una pieza de coleccionista que el pintor quiso incorporar al patrimonio del lugar donde vivió.

En sintonía con la lengua a través de la cual se narran las aventuras del famoso hidalgo, los ejemplares expuestos están ilustrados con originales de Laxeiro, en mayor medida, y algún otro pincel gallego, como Abelenda.

Historias dibujadas cuya calidad no se ve desmerecida por uno de los más importantes textos escritos hasta la fecha. Se presupone que una buena novela, y más si es de caballerías, aunque sea sólo su esperpéntico reflejo, ha de llevar una buena armadura. Así ocurre con este número 59.

Todo aquel que se acerque por la Biblioteca Municipal de Marín podrá verlo con sus propios ojos. Y lo que es todavía mejor, podrá leerlo, hojearlo y sentirlo, tal y como se hacía tiempo atrás.

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