La Comisión Europea no ha pedido expresamente a España el recorte adicional de 10.000 millones de euros en sanidad y educación a escala regional que anunció este lunes el Gobierno de Mariano Rajoy, aseguraron hoy fuentes del Ejecutivo comunitario.
"No lo hemos dicho nosotros", afirmaron las fuentes acerca de la supuesta exigencia de esfuerzos adicionales a España por parte de la Comisión. Sí reconocieron, no obstante, que ha habido contactos técnicos y que el anuncio de la nueva medida, de la que aún no se han notificado los detalles, no ha cogido por sorpresa a Bruselas.
España se ha comprometido a aportar todos los detalles antes de finales de mes, señalaron las mismas fuentes, que recalcaron que hasta entonces la CE no podrá hacer un análisis completo. "No podemos comprometernos ahora a dar un cheque en blanco diciendo que todo es perfecto sin tener todos los elementos", sostuvieron las fuentes, que aclararon que los datos que esperan tienen que ver con el déficit y el gasto de las Comunidades Autónomas, así como con las reducciones y las reformas que piensan acometer.
Lo que sí recordaron las fuentes es que en caso de incumplimiento de los umbrales de déficit pactados con la UE para este año y el próximo -el 5,3 % del PIB y el 3 %, respectivamente- será el Ejecutivo central el que tenga que responder antes sus socios europeos. "La única autoridad que es responsable por el conjunto de las autoridades españolas delante del Eurogrupo es el Gobierno", recordaron. "No tenemos manera de sancionar a las regiones, sólo podemos sancionar a España", añadieron.
Estas declaraciones se produjeron después de que la Comisión acogiese hoy "favorablemente" los recortes adicionales de 10.000 millones de euros y considerase que confirman el "compromiso" del Gobierno para lograr los objetivos de déficit.
El anuncio "confirma la determinación" del Gobierno español a poner en marcha las reformas necesarias para sanear las cuentas públicas, así como su "compromiso para cumplir los objetivos de déficit" para este año y 2013, dijo Oliver Bailly, un portavoz de la Comisión, durante la rueda de prensa diaria de la CE.
