La comprensión con los furtivos de Carril sorprende a la Consellería do Mar

VILAGARCÍA. Jornada tranquila en Carril (Vilagarcía). Ayer bajaron a faenar a la zona de A Fangueira en torno a una veintena de mariscadores, varios de ellos sin permiso. Es posible que hoy se repita una escena que es habitual, o que actúe de nuevo el Servizo de Gardacostas, requisando el marisco y los aparejos a los infractores, además de abrirles expedientes sancionadores, y que la mañana finalice entre gritos, insultos y amenazas, como ocurrió el 31 de enero.

El conflicto que está latente en Carril se puso de relieve durante la etapa del bipartito al frente de la Xunta, cuando un grupo de vecinos se organizó en un colectivo, denominado Lazareto, para reclamar permisos de marisqueo.

Después de haber protagonizado varias movilizaciones, lograron que su demanda fuese atendida cuando el PP ya había vuelto al poder, pero solo parcialmente, porque recibieron el carné 14, de un grupo de 30, segun el patrón de la Confraría, Fernando Franco, o 60, asegura Salvador Ribadomar, que se autoproclama su portavoz.

Antes y después, los furtivos extrajeron almejas y berberechos. Bibiana Vidal, que fue la abanderada de Lazareto y ahora es mariscadora legal, se muestra comprensiva porque trabajan «en zonas donde no molestan a nadie ». Salvador Ribadomar no se cansa de repetir que furtivismo es un término «técnico» que no debería aplicarse a quien coge marisco sin permiso porque lo hace a plena luz del día y sin esconderse.

«Non son furtivos, son mariscadores ilegales en camiño de regularizar a súa situación», exponía en un escrito que hizo público en verano del año 2012, puntualizando que, según el diccionario, furtivo es el que roba con la cara tapada y con nocturnidad.

Legales e ilegales comparten faena en A Fangueira, una zona de libre marisqueo que fue balizada el fin de semana pasado por la Consellería do Mar para diferenciar con claridad los espacios que corresponden a los mariscadores a pie de aquellos en los que se trabaja desde un barco.

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