PONTEVEDRA. Enmacosa, una empresa dedicada a la consultoría técnica y otros servicios, despedirá al 20,8 por ciento de su plantilla a través de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE). La medida afectará a 33 de sus 158 trabajadores y no a los 48 que en un primer momento había previsto la compañía, que justifica el expediente por causas económicas, organizativas y de producción.
La asamblea de empleados celebrada ayer en la sede central de Enmacosa, en Adina (Sanxenxo), ratificó el preacuerdo al que patronal y parte social habían llegado el pasado lunes durante la cuarta reunión negociadora del ERE. El texto recibió 53 votos positivos, 14 negativos y cinco en blanco.
La propuesta final prevé indemnizaciones de entre 20 y 22 días por año de servicio para 29 operarios y un plan de bajas incentivadas para los cuatro restantes. Estas últimas habrían solicitado ser incluidas en la regulación.
El plan de acompañamiento social del ERE irá acompañado de una bolsa de empleo que contempla la reincorporación de afectados por el expediente en el caso de que Enmacosa realice nuevas contrataciones. La dirección de la empresa se compromete además a tratar de mantener la estabilidad laboral en lo que resta de año. "Pactouse que no caso de que se produza algún despedimento, este deberá ser debidamente xustificado. Ademais establecerase un tope de rescisións en cada un dos centros de traballo", explicó ayer Ramón Vidal Trillo, el secretario comarcal de UGT, único sindicato con representación en el comité.
Los asesores jurídicos de la central obrera y de Enmacosa deberán reunirse esta semana para redactar el acta final del ERE, que con toda probabilidad afectará solo a tres de los más de una decena de centros de trabajo que la consultora técnica tiene en España. La instalación de Sanxenxo, que es la matriz del grupo y que concentra a más del 62 por ciento del personal que existe a nivel estatal, será la más perjudicada.
El ERE inicial, presentado a finales de marzo, concentraba los despidos en tres oficinas: la de Sanxenxo (41 afectados), Oleiros (cinco) y Mos (dos). Las delegaciones que se libraban del expediente eran las de Lavacolla, Lugo, A Portela y Noia, todas ellas en Galicia. Los centros de fuera de la comunidad tampoco se verán afectados por la regulación. Concretamente los ubicados en Madrid, Zaragoza y Menorca, en los que trabajan diez, tres y una persona, respectivamente. El motivo: mantienen una aceptable carga de trabajo.
La caída en picado de la obra civil y la crisis en la construcción están detrás del ERE de Enmacosa. Así lo plasmó ayer la empresa a través de un comunicado en el que advierte de la reducción de actividad desde el año 2008 en sectores como el control técnico y de calidad e edificios. La firma, que inició su andadura en Sanxenxo en 1986, facturó algo más de 9,8 millones de euros en 2010. Así lo recoge el informe Ardán, que revela que en aquel año la empresa tenía con 214 empleados, 56 más que en la actualidad.
El precedente. No es la primera vez que Enmacosa presenta un ERE. Lo hizo en abril del año pasado para reducir la jornada de trabajo (y, por tanto, de salario) a su plantilla. A pesar de los contratiempos de la crisis, la compañía muestra una gran fortaleza en sectores punteros como la geotecnia, el I+D+i, o la vinculada a la Entidad de Control de Licencias Urbanísticas (Eclu) del ayuntamiento de Madrid, una iniciativa público-privada nacida en 2010 para la tramitación de licencias "que se prevé que teña un rápido crecemento polo resto de España".
La inspección técnica de atracciones de feria es otra de las líneas de negocio pioneras de Enmacosa a nivel estatal. Entre sus clientes figuran el Concello de Pontevedra, que anualmente requiere sus servicios para garantizar la seguridad de estas en las Festas da Peregrina.
