La incógnita del cuarto partido en Ponte Caldelas

La AVP irrumpe en las elecciones en el municipio formada por los descontentos con la licencia a un crematorio. Puede restar votos al PP o favorecerle: dependerá todo de la participación
La conselleira de Medio Ambiente desembarcó la semana pasada en A Calzada para destacar este logro: la primera bandera azul de río
photo_camera La conselleira de Medio Ambiente desembarcó la semana pasada en A Calzada para destacar este logro: la primera bandera azul de río

El Gobierno local de Ponte Caldelas está compuesto por nueve concejales del PP, dos del BNG y dos del PSOE. Ese reparto, con ligeras oscilaciones, es el que habitualmente viene haciendo el electorado cada convocatoria, con la única variación de que, en la última de ellas, el PSOE cedió un edil.

La crisis ha hecho mella en la moral y en los bolsillos de la ciudadanía y el PP no es el partido bien valorado que concurría a las elecciones de 2011, aunque las municipales siguen siendo las elecciones en las que menos funciona la fidelidad a las siglas.

En Ponte Caldelas, en donde Perfecto Rodríguez lleva ya tres convocatorias elevando el listón, un inesperado tropezón al final del mandato puede influir en el resultado: la licencia a un crematorio en el polígono de A Reigosa.

El alcalde siempre trabaja con el eje argumental de los ''dos pulmones'', el turístico, con el Balneario como promesa principal y el industrial, con el polígono de A Reigosa. En los últimos años ambas promesas se desinflaron. La del Balneario es la que más. Por mucho que Rodríguez intenta reactivar la venta de la parcela y del proyecto, en manos del banco malo después de quedarse sin financiación, su resurreción es complicada. Eso sí, el poder de atracción de la idea no se puede negar, toda vez que en esta ocasión hasta el PSOE incluye reflotar el proyecto en su programa.

BNG y PSOE repiten candidatos, con las ventajas y riesgos que eso supone. En el caso del PSOE, el PP señala a Díaz por mentir

La promesa de la creación de empleo a través del polígono funciona, en parte, como un espejismo. Sí se instalan empresas en la superficie industrial de A Reigosa, aunque, de momento, no las suficientes como para que el espacio se llene. Las firmas que lleguen crearán empleo para el municipio, pues se han firmado algunos protocolos fiables para ello (el más reciente, con la conservera Orbe, que está construyendo su nave), pero la traducción a la realidad no es de lectura fácil. Ponte Caldelas cerró el 2014 con 732 parados. Una cifra de las más altas de la comarca en proporción a la población, por encima de las de A Lama, Campo Lameiro y Cotobade (municipios menos poblados), también por encima de Barro, que cuenta con otro polígono industrial recién construido en el que la actividad es escasa y solo por debajo de Soutomaior, de población similar, pero con 850 parados en 2014.

En todo este contexto, hace dos meses, el Concello concedió la licencia al crematorio de la discordia. El tipo de empresa es poco popular en términos sociales, después de que en Pontevedra se redactase una normativa ‘ad hoc’ para no conceder licencia a ninguno de los que pretendían abrir instalaciones en la ciudad (en núcleo a 50 metros de las casas o menos). Los vecinos encontraron que haber aprobado esa licencia sin comunicar al pueblo la decisión era una traición. Así nació una corriente de descontento que corrió como la pólvora en su ámbito de influencia, tal vez fertilizada por efecto de la crisis y por otra polémica reciente: la implantación de una planta de compost a dos kilómetros del linde municipal, en A Canicouva. En menos de un mes, pasaron de manifestarse a realizar una lista y presentarse como agrupación ciudadana. Quieren tener sus propios concejales en el salón de plenos y su lema es ''vota por tí''.

En Ponte Caldelas, en donde Perfecto Rodríguez lleva ya tres convocatorias elevando el listón, un inesperado tropezón al final del mandato puede influir en el resultado: la licencia a un crematorio en el polígono de A Reigosa

Las estadísticas dicen que la presencia de partidos independientes no tiene por qué ser negativa para el PP. La última vez, en los 90, cuando se presentó Esqueda Galega, esa formación no consiguió un edil y restó votos a las otras dos de la oposición, por lo que el PP alcanzó los nueve. Pero esta vez podría ser diferente. Las cuentas de los independientes, que han puesto una chimenea en su logotipo para reseñar que su preocupación es la contaminación, no hablan de quedarse en puertas del primer concejal, sino de conseguirlo y el PP calcula que A Reigosa ha dejado, temporal y virtualmente, de ser uno de sus grandes feudos.

BNG y PSOE repiten candidato, con el riesgo que esto supone. En el caso del BNG, porque Manuel Muíños ha concordado en bastantes ocasiones polémicas con el alcalde. Ello no le ha dado oportunidad de marcar diferencias en público. En lo últimos tiempos, el regidor incluso alaba su talante en los mítines. En el caso del PSOE existe riesgo porque Andrés Díaz sí se ha empeñado en distinguirse y su oposición ha sido bien patente. Pero, del mismo modo, se ha hecho visible en acciones como insinuar en las redes sociales que el alcalde fue imputado en la Operación Pokémon, un gesto que lleva repitiendo más de dos años sin aportar pruebas y que sirve al PP para dejarle en evidencia por mentir. Un error de bulto.

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