La insolvencia de Pescanova abre una etapa de incertidumbre para acreedores y accionistas

La insolvencia de Pescanova abre una etapa de incertidumbre para acreedores y accionistas, sorprendidos por un goteo de informaciones de pasivos ocultos y venta de acciones al margen de la Comisión Nacional del Mercado de Valores que ponen a su presidente, Manuel Fernández de Sousa, bajo la sombra de la sospecha.

Fernández de Sousa Faro ocultó a la CNMV las ventas de acciones realizadas en diciembre, enero y febrero, lo que supone un retraso de hasta 5 meses respecto a los cuatro días con los que cuenta para informar.

Así queda reflejado en la información que consta en los registros oficiales de la CNMV consultados por Efe, en los que figura que -sin contar la comunicación de ayer- la última información de transacciones que realizó Fernández de Sousa fue el 26 de septiembre de 2012, fecha en la que el máximo ejecutivo de Pescanova aún mantenía una participación del 14,42 %.

Tanto la CNMV como el consejo de administración de Pescanova y el resto de accionistas minoritarios han desconocido durante cinco meses que el presidente de la empresa pesquera ha vendido -de diciembre de 2012 a febrero de 2013- la mitad del capital que poseía en la compañía, lo que dejaba su participación del 14,42% (en septiembre) al 7,42% (en febrero).

Desde esa fecha el presidente de Pescanova no había realizado ninguna comunicación al máximo órgano de control bursátil hasta este lunes, lo que pone en tela de juicio la información que ayer realizó la compañía en alusión a que había informado a principios de febrero de que había concedido un préstamo a Pescanova con el saldo neto de la venta de estas acciones.

Las comunicaciones de ayer revelan que el presidente de Pescanova ha realizado un goteo de venta de títulos en 26 ocasiones: dos, a primeros de diciembre; 18 transacciones durante el mes de enero, que empiezan el 4 de enero y acaban el día 25; y 6 en febrero, desde el día 20 al 27.

La solicitud del concurso de acreedores de la compañía, que ayer presentó en el registro mercantil de Pontevedra minutos antes de las tres de la tarde, abre ahora un plazo de incertidumbre para el consejo de administración, acreedores y accionistas, que esperan que el juez y los administradores concursales que nombre puedan arrojar más luz y claridad a la situación en la que se encuentra Pescanova.

El juez deberá también pronunciarse, en vista de los datos que obran en su poder, sobre si mantendrá a los actuales gestores la potestad de administrar la compañía o se las retirará en favor de unos administradores concursales que tomen las riendas de la dirección y lleven a cabo un convenio de acreedores.

Mientras, el consejo sigue dividido entre los que apoyan al presidente y los que no, y sin conocer a día de hoy las cuentas de la compañía que dice haber entregado a la CNMV y sobre todo a cuánto asciende la deuda de la compañía, que ha reconocido la existencia de pasivos ocultos, aunque no los ha cuantificado hasta la fecha.

Por su parte, la banca acreedora está más organizada, a sabiendas de que el concurso supondrá una quita de sus deudas y que cabe la posibilidad de que incluso capitalicen parte de sus créditos si así se plantea y lo aprueban.

Por otro lado, los accionistas son los peor parados al no contar con ninguna garantía -como en cualquier concurso de acreedores-, a excepción de su presidente, que es a la vez accionista y acreedor al haber concedido, como asegura, un préstamo a la compañía pesquera.

La atención también la centrará la auditora KPMG, quien además de ser la asesora de la banca acreedora realizará el análisis forensic de Pescanova, lo que supondrá una exhaustiva investigación para detectar presuntos fraudes financieros y económicos.

Los accionistas minoritarios de Pescanova han sido los primeros en mover ficha en los juzgados con la presentación, por parte de un pequeño grupo, de la primera querella contra la empresa pesquera, la totalidad del consejo, Sabadell Bolsa, la auditora BDO y la CNMV.

Falta saber las acciones que adoptarán los consejeros más críticos con la gestión del presidente de Pescanova -5 de los 12 consejeros votaron en contra del concurso de acreedores y la revocación del auditor-.

Sobre todo Damm, que ha declarado estar "sorprendida e indignada" tras revelar Fernández de Sousa que vendió un 7% del capital de Pescanova y que le dio un préstamo. 

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