La lluvia volvió a frustar la salida de una procesión esta Semana Santa, y una de las más importantes: la General del Santo Entierro.
Si ya el Jueves Santo los fieles y todas las personas que participan en este tipo de actos religiosos se tuvieron que marchar para casa por culpa del mal tiempo, al pasado Viernes Santo ocurrió otro tanto de lo mismo.
Eran pasadas las siete de la tarde cuando la Junta Coordinadora de la Semana Santa pontevedresa decidía anular la salida de los pasos por las calles de la ciudad en conmemoración del Santo Entierro de Jesucristo.
Por segundo día consecutivo la lluvia ganaba la batalla y obligaba a proteger a los pasos. ''Estábamos preocupados porque ya el jueves se habían mojado los pasos y se nos planteaba exactamente la misma situación el viernes'', explicaba ayer Ramón Peón desde la Coordinadora pontevedresa.
''Nos pusimos en contacto con Meteogalicia y nos dijeron que no nos íbamos a librar de mojarnos, que iba a haber un poco de claros pero que predominarían las lluvias intermitentes, que al final no las hubo'', aclaró. ''Es muy raro el año en el que podemos sacar todas las procesiones al completo. Siempre te toca la lotería algún día. Pero también es muy raro que las dos procesiones principales se frusten. No recuerdo esta situación desde hace 25 años'', apuntó.
Para no correr el mismo riesgo del día anterior, en el que tuvieron que tapar las imágenes precipitada y malamente con plásticos cuando se vieron sorprendidos por la lluvia, decidieron, tras una reunión de más de media hora, que comenzó a las siete menos cuarto de la tarde, abortar la salida de la procesión. ''Pensamos también en las autoridades que iban a participar, ya que nosotros, al ir emcapuchados, no nos mojamos tanto, pero las bandas de música, tanto la de la Escuela Naval, como la de la Brilat como la municipal terminarían empapadas'', aseguró. Entre otras cuestiones, valoraron acortar el recorrido de la procesión, ''cortar por Michelena'', pero era ''un riesgo muy grande y la Junta Coordinadora no se atrevió a tomar esa decisión''.
''Nos pareció que era la mejor decisión para todos, ya que había algunas cofradías que querían salir y otras que no. Es una decisión que se toma por consenso porque hay algunas que tienen mucho que mojar y otras que prácticamente no tienen nada que mojar y que se solidarizan con las otras aunque no estén de acuerdo''. De hecho, desde la Cofradía de la Vera-Cruz se quejaban ayer de que no se hubiese esperado a que el tiempo mejorase un poco y aludían a un problema de coordinación.
En algunas ocasiones, las procesiones se sustituyen por actos religiosos en el interior de las iglesias, aunque no es el caso de la del Santo Entierro. ''Además, hubiera sido imposible porque había mucha gente en las calles, era difícil avisarles y no entrarían todos'', señaló Peón, que recalcó que más que desilusión entre los fieles había ''incomprensión'', ''porque nos decían que si nos habíamos mojado el jueves, por qué no arriesgarse el viernes''. ''La desilusión y la rabia es más por parte nuestra, de las cofradías, porque ya teníamos el paso de Nuestra Señora de las Angustias prácticamente montado con un esfuerzo tremendo de los participantes desde las nueve de la mañana'', confesó.La procesión del Santo Entierro congrega a siete cofradías y numerosas imágenes, lo que la convierte en una cita inexcusable en la Semana Santa pontevedresa.
Último día
Para hoy esperan no tener problemas teniendo en cuenta las previsiones meteorológicas, que son favorables. El pograma, último día de la Semana Santa, incluye la Misa del Domingo de Pascua, en Santa María, y la Misa Bautismal en Buen Pastor, San Bartolomé, San José, Santiago Peregrino de O Burgo, Virgen del Camino y Santa María.
Tras la misa de San José, sobre las siete y media de la tarde, saldrá la procesión de la Sagrada Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Participará la Cofradía de Nuestra Señora del Amor Hermoso y recorrerá las plazas de la Constitución y Galicia, las calles Andrés Muruais, García Camba y Oliva, la Praza de San Xosé, Augusto González Besada, las plazas de Galicia y Constitución, para regresar a la Igleisa de San José.
