Las luces de alarma saltan en Balaídos

La luz de alarma se ha encendido en el Celta de Vigo ante los rumores que sitúan a Luis Enrique como sustituto de Tito Vilanova, que ayer anunció que deja el banquillo del FC Barcelona por problemas de salud.

El técnico asturiano ha dirigido con normalidad la sesión de trabajo que la plantilla celeste ha realizado esta mañana en la localidad portuguesa de Melgaço ante la presencia del presidente del club, Carlos Mouriño, que no ha querido hablar sobre el futuro de Luis Enrique.

No obstante, varios medios de comunicación catalanes han anunciado que el entrenador celeste, exfutbolista del Barça y extécnico del filial azulgrana, es el elegido por la directiva de Sandro Rosell para sustituir a Vilanova.

Esa noticia ha generado cierta inquietud en la directiva y la afición del Celta, que se había ilusionado con el fichaje de Luis Enrique en sustitución de Abel Resino, sobre todo porque con él llegaron varios jugadores con pasado en La Masía, como Andreu Fontás, Nolito o el brasileño Rafinha.

En su contrato, Luis Enrique tiene una cláusula que le permitirá abandonar el club gallego previo pago de una cantidad que rondaría los tres millones de euros. Además, según ha podido saber la Agencia EFE, el Celta todavía no le ha tramitado su ficha en la Federación Española de Fútbol (RFEF).

En el caso de que el Celta diera ya de alta a Luis Enrique como entrenador, el asturiano no podría fichar por otro club de la liga BBVA la temporada venidera porque incumpliría los artículos 162 y 187 del reglamento de la RFEF.

Esta tarde, el Celta tiene programada una nueva sesión de trabajo en Melgaço. Mañana el cuerpo técnico ha dado descanso a la plantilla, por lo que hoy podría despejarse el futuro de Luis Enrique, al que esta mañana los aficionados que se desplazaron a Portugal le han pedido que no se marche de Vigo.

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