"La magia es arte"

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De profesión mago. El mejor de España, dicen. De carácter risueño y sempiterna sonrisa. De pelo largo y discurso franco. Juan Tamariz es eso y también un estudioso de su profesión que ha creado una ordenación mnemónica propia de la baraja y es autor de varias teorías psicológicas aplicadas a la magia. El próximo fin de semana estará en Pontevedra (Centro Social Novacaixagalicia, sábado 15 y domingo 16 de enero, 21.00 horas, entradas -21 y 26 euros- a la venta en www.servinova.com y 902504500) con el espectáculo ‘Magia potagia’, en el que reúne algunos de sus mejores números. «Hay mucha fuerza y mucha alegría, muchos juegos de naipes, pero también juegos mentales, visuales, una telepatía musical...». ¿Una telepatía musical? «Sí, un juego en el que le pedimos a la gente que tararee una canción mentalmente, se la adivinamos y la tocamos al piano».

 

Con esta propuesta celebra 40 años encima de los escenarios. A usted esto de que retrasen la edad de jubilación le dará risa.

 

Ah, no, por mí perfecto. Pero por mí, claro, no por los demás. De todas maneras sí que tengo previsto jubilarme. Ahora tengo 68 años. Pues dentro de otros 25 o 30 casi seguro que sí, que me retiraré.

 

¿Sigue estudiando la psicología del espectáculo?

 

Es que la mitad del espectáculo se basa en conocer cuáles son las reacciones de los espectadores. Jugar con la percepción y la memoria es fundamental para lograr la ilusión.

 

Así que los magos son unos tipos que le dan mucho al coco.

 

Bueno... (se ríe). El mago lo que hace es desafiar a la lógica, convencer al espectador de que lo que acaba de ver no es posible. Para conseguirlo hay que darle muchas vueltas al coco, claro.

 

Pero es que además la Wikipedia dice que usted tiene una ordenación mnemónica propia de la baraja y que es autor de teorías psicológicas aplicadas a la magia.

 

Nunca he leído mi entrada en la Wikipedia, la verdad. Pero sí que es verdad que hay una parte de la magia con naipes que se basa mucho en la psicología. Y como yo estoy muy interesado en esto me llaman para dar seminarios a otros magos en distintos países. Así que compagino mis espectáculos en los teatros con estas clases. Precisamente acabo de volver de Argentina y Chile. Y el mes que viene voy a los Estados Unidos.

 

¿Sabe en qué otro sector dicen que se aplican mucho las técnicas psicológicas? En la política.

 

La diferencia está en que los políticos tienen una función y nosotros tenemos otra. Si nosotros nos movemos en el mundo de la ilusión, ellos lo hacen en el de la realidad. Cambia mucho la cosa.

 

¿Es la magia una gran mentira o solo una forma de espectáculo?

 

La magia es arte. Y como toda forma de arte es ficción. Nadie cree contemplando el cuadro de la Gioconda que haya una mujer ahí. Pero la vemos. Es una ilusión que se crea a base de unas manchas de color a través de una serie de códigos pactados con el espectador. En el cine pasa lo mismo: todos sabemos que lo que le pasa a la heroína no es verdad; que esa actriz riquísima y guapísima que la interpreta no es ella; que, de hecho, ni siquiera está en la pantalla, que lo que vemos es producto de la técnica. A la magia le pasa exactamente igual: es una creación de ilusión. Todo tipo de arte comparte eso. Y ahí radica su belleza, por cierto.

 

Ha dicho alguna vez que «de ilusión también se vive». No sé si atreve a mantenerlo hoy en día.

 

A saber de qué estaba hablando. Aunque una cosa está clarísima: sin ilusión no hay quien viva. Una de las cosas más bonitas de la magia es que uno sale del espectáculo con más fuerza para enfrentarse a la vida, con un plus de energía y de ilusión.

 

Creo que no hay un mago en España que no le cite como referencia.

 

Es que les mando jamones a todos en Navidad (se ríe).

 

Yo pensaba que, en buena parte, era porque varias generaciones hemos crecido viéndole en televisión. Si quitamos ahora mismo a Luis Piedrahita en ‘El hormiguero’...

 

En televisión siempre ha habido poca magia. Cuando yo llegué, por ejemplo, no había nada. Si he trabajado en ella no ha sido por gusto, porque no me gusta demasiado el medio, ha sido por mostrar al público que la magia existía. Cuando vi que había cumplido más o menos el objetivo, me retiré. La televisión se rige bastante por modas. Cada época televisiva está marcada por fenómenos de ficción, por otros programas, por realitys... Precisamente ahora, época de mucho cotilleo, no tiene mucha cabida la magia. Pero en los teatros sigue encontrándose, afortunadamente. Es más: yo diría que vivimos un momento muy muy bueno, con muchos y grandes magos no sólo en España sino en todo el mundo. Yo disfruto enormemente con todos ellos.

 

¿Despertó usted más vocaciones en su momento que hoy en día Harry Potter?

 

Vocaciones diferentes, sin duda. Él igual ha despertado más vocaciones literarias.

 

¿Nunca le ha interesado la magia a gran escala, a lo David Copperfield?

 

Me interesa, me interesa, pero para verla, como espectador. Para hacerla no. Yo llevo un estuche de violín con unas cartas y unas cuerdas y tengo bastante. Menudo lío transportar cosas. Quita, quita.

 

¿Sigue afinado su violín?

 

Perfectamente afinado. Es lo bueno de los violines imaginarios, que nunca se estropean ni se rompen, se mantienen perfectos. Pero lo de su estuche te lo decía en serio: lo llevo conmigo de verdad. Es real.

 

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