La Marea de Pontevedra es Lores

Hay vida y triunfos y desastres electorales más allá de los candidatos de los ocho partidos que se presentaban el 24M en la ciudad del Lérez. Adrián Rodríguez nos guía en un recorrido por los principales protagonistas de la noche electoral del domingo, también en el resto de la provincia

Miguel Anxo Fernández Lores. El modelo de ciudad rozó el domingo la mayoría absoluta en Pontevedra. Frente al desplome generalizado del BNG, Miguel Anxo Fernández Lores alcanzó su mejor resultado. Lo más destacado son dos aspectos. Por un lado, que él es la Marea. Fue el único líder de la izquierda capaz de aplastar a la coalición de Podemos con AGE. Lores es la persona que aglutina el descontento de la gente, el líder capaz de atraer a los indignados. Por otro lado, y relacionado con lo anterior, Lores ha certificado la cuadratura del círculo: presentarse como un antisistema tras 16 años en el poder y resultar absolutamente creíble para el electorado. No hay líder igual en todo el espectro político pontevedrés y no lo ha habido en la ciudad desde los tiempos de Rivas Fontán . Pasará a la historia como el alcalde del modelo de ciudad, el que situó a la capital en el mapa del siglo XXI y devolvió a los vecinos el orgullo de ser pontevedreses.

EXPECTATIVA. Su punto negro, las expectativas. Aspirar a la mayoría absoluta y no alcanzarla se puede interpretar como un semifracaso. Evidentemente, no lo es. Se abre un nuevo escenario y la posibilidad de un gobierno en minoría, sin pactos, resopla con fuerza en el horizonte.


Jacobo Moreira. La mayor cualidad de Jacobo Moreira es su capacidad para encajar golpes. El domingo recibió uno de tal calibre que cayó a la lona de forma inmisericorde. Podría empezarse este espacio con un titular alternativo. Sería: Lo que mal empieza, mal acaba. Estos cuatro años de liderazgo de Moreira han sido una sucesión de malas noticias para el PP. Tras la marcha de Telmo Martín , Moreira parecía la mejor opción para sucederlo. Lo pensaba el partido y lo pensaba mucha gente. Pronto se descubrió que quizás la idea no era tan buena.

EN ENTREDICHO. Los problemas empezaron pronto, con la crisis de los díscolos, que a punto estuvo de reventar el grupo y que hizo correr la lista hasta puestos insospechados. El liderazgo de Moreira siempre estuvo en entredicho. Si a eso se le suma el carisma de Lores y el hecho de que mucha gente de Pontevedra no lo veía como uno de los suyos, el candidato ‘popular’ se fue hundiendo en el fango. Para rematarlo, llegó el lento declive del PP a nivel nacional y la aparición de dos opciones, Ciudadanos y Tod@s por Pontevedra, a las que los votantes podían acudir como alternativa. Las altas esferas del PP querían a Moreira en 2019. Habrá que ver si siguen pensando lo mismo.


Agustín Fernández. La cuestión de las expectativas, que deja un punto agridulce en la boca del BNG pese a su extraordinario resultado, se puede aplicar, en sentido contrario, para el PSdeG. Un peso pesado del partido dijo en privado la semana pasada: ''Si dura una semana más la campaña sacamos cero''. Otro aventuraba: ''O uno o dos. No hay más''. Al final han sido tres bastante holgados, lo que casi puede interpretarse como un triunfo, pese a que se repite un resultado que en 2011 se interpretó como desastroso.

RELEVANCIA. El hecho de que el Bloque no haya alcanzado la mayoría absoluta le permite aspirar, además, a un papel relevante en el escenario postelectoral. Durante el último tramo del mandato, Agustín Fernández cruzó algunas líneas rojas al llamar traidor y mentiroso a Lores, lo que reduce muchísimo las opciones de reeditar el pacto. El Bloque tiene fuerza más que suficiente para gobernar en minoría, pero el PSOE puede ser llave en algunas votaciones del Pleno, al igual que Ciudadanos o Marea. ¿En quién se apoyará Lores para sacar adelante los presupuestos? ¿Y los sueldos? El resto de las votaciones se pueden considerar, casi, irrelevantes, pero para esas dos necesitará el respaldo del Pleno.


Luis Rei Núñez. La encuesta de Sondaxe lo situó durante muchos momentos fuera de la Corporación. Al final, dos concejales en una distribución sin mayorías absolutas. Todo depende de la comparativa. Si se atiende al resultado de otras mareas en Galicia, como la de Santiago, A Coruña o Ferrol, el equipo de Luís Rei Núñez sale perdiendo. Si no, no tanto. El factor diferencial de Pontevedra es la figura de Lores. Contra eso es contra lo que luchaba Marea Pontevedra. En el resto de la comunidad, si se deja a un lado el singular caso de Vigo y su ‘abelcaballerismo’, el Bloque significaba el pasado y las mareas el futuro y la indignación del pueblo contra los recortes y la vieja política. En Pontevedra, no.

CONTRA LORES. El ejemplar proceso para la formación de la Marea y la elección de un escritor de prestigio para encabezar la candidatura han dado para dos concejales. Una de las preguntas que cabría hacerse es cuánta gente en Pontevedra, fuera del mundillo intelectual, conocía a Luís Rei. Pero quizás sería injusto interpretarlo de esa manera. En otras ciudades tampoco los candidatos eran figuras muy conocidas. Por eso, la clave es otra muy distinta. La clave es que enfrente estaba Lores.


María Rey. Ciudadanos tantea las municipales, titulaba una crónica política de este periódico hace más de un año. La foto le correspondía a María Rey como líder del proyecto. Haber aventurado en ese momento que Ciudadanos entraría en la Corporación se habría interpretado como una broma. Imposible. Después, pasó lo que pasó: Albert Rivera se convirtió en el yerno perfecto y en el político de la regeneración. La versión edulcorada de Pablo Iglesias. Los descontentos con el PP ya tenían una opción a la que votar. El partido ha sido muy consciente de eso y ha explotado su imagen hasta el infinito. La muestra más clara ha sido la de los carteles electorales, en los que la imagen de Rivera era el doble de grande que la de María Rey. Así que un titular alternativo a esta crónica podría ser: ''Rivera consigue un concejal en Pontevedra''.

LLAVE NO. Ciudadanos podría haber sido llave para un pacto de gobierno, pero el partido ya ha anunciado que solo atenderá a acuerdos puntuales. Otro análisis paralelo a tener en cuenta es ver qué habría ocurrido si Ciudadanos y Tod@s por Pontevedra hubiesen unido sus fuerzas: habrían alcanzado un segundo concejal y se lo habrían quitado al BNG de Lores.


María Biempica. Los resultados de Ciudadanos certifican que había un buen nicho de mercado en el que se podían pescar los votos de los descontentos con el PP. Hace un año María Biempica parecía la persona adecuada para captar esos apoyos. Su salida del PP tras romper la disciplina en una votación sobre la reforma de la ley del aborto le otorgó una imagen perfecta para afrontar unas municipales. Desde el atalaya que le otorgaba su posición como concejal no adscrita mantuvo una fuerte presencia mediática. Además, a diferencia de Moreira, ella era una PTV y en base a ese concepto montó una candidatura llena de apellidos ilustres de la ciudad.

DESINFLE. Sus problemas llegaron después. Por un lado, su formación se fue desinflando por sus propias carencias y, por otro, surgió con fuerza Ciudadanos, que le comió absolutamente el campo en el que podía moverse. Si no hubiese eclosionado la formación de Albert Rivera, ese concejal podría haber ido para María Biempica, pero se lo llevó María Rey. La campaña fresca, barata y diferente de la última semana llegó demasiado tarde. Ahora corresponde a Biempica decidir qué va a ocurrir con Tod@s por Pontevedra.



Pilar Dopazo. Ha sido muy difícil que alguien hablase mal de Pilar Dopazo pese a estar en campaña electoral. Sus rivales valoraban su personalidad y sus ganas. Los contrincantes no fueron los únicos. Había más gente. El ejemplo más paradigmático fue el de Teresa Casal . La exteniente alcalde socialista, ajustando cuentas con el partido que la dejó abandonada en 2011, dio su apoyo público a la candidata de CxG en lo que constituyó una de las bombas de la carrera electoral. Obviamente, no fue bastante como para que Dopazo entrase en la Corporación, porque Casal tampoco hace milagros.

COMPLICADO. El voto nacionalista está copado por Lores y el galleguismo de centro que encarna CxG no tiene base social suficiente. Dentro del nuevo paradigma dominante en política, el de lo nuevo y lo viejo, el que supera la diferencia izquierda-derecha y el nacionalismo-no nacionalismo, el electorado parece haber situado a Compromiso en el segundo grupo. En ese escenario, Dopazo no ha sido capaz de mejorar los resultados de su partido a nivel autonómico, que, pese a un balance general discreto, ha estado mejor que en Pontevedra. Un futuro complicado.


Carlos Maestro. El candidato desaparecido. Sorprendió incluso que decidiese presentarse y que lograse cerrar una candidatura. Los malos resultados de hace cuatro años no aventuraban nada bueno y la situación actual de la marca UPyD está mucho peor ahora que entonces. Es decir, ni le ayudaba su cartel ni le ayudaba su partido, que se ha visto claramente superado por Ciudadanos a todos los niveles. Si en el caso de Ciudadanos hay que mirar a Albert Rivera para entender los resultados, en el de UPyD hay que mirar a Rosa Díez. Fue la responsable de no formar una coalición con Rivera y también de que el partido no esté muy bien visto por Galicia con su famosa frase en la que utilizaba la palabra ‘gallego’ en el sentido más peyorativo.

MISIÓN IMPOSIBLE. La de Carlos Maestro era una misión imposible desde el principio. Si a eso le sumamos que estuvo desaparecido en combate durante toda la campaña y que apenas hubo noticias de actos públicos, mítines, reuniones o convocatorias, el resultado final de más de 250 votos incluso parece una proeza. Maestro ya ha anunciado que no se presentará a las municipales de 2019. Habrá que ver también dónde está su partido para entonces.

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