La Moda Ideal, "un monumento más" que fue pasto de las llamas

Abrió sus puertas en el número 5 de los soportales de A Ferrería en 1896 y desde 1904, cuando fue adquirida por Luis González García, estaba en manos de la misma familia

Interior de La Moda Ideal, en 2013
photo_camera Interior de La Moda Ideal, en 2013


La Moda Ideal era hasta este lunes un monumento más de Pontevedra. Muy pocos turistas abandonaban la ciudad sin una fotografía de esta tienda de tejidos que parecía desafiar al tiempo.

Como contaba su actual propietaria, Mayte Ramírez Baltuille, en un reportaje de la Revista publicado el 14 de abril de 2013, sus paredes, convertidas ahora en cenizas, llegaron a presenciar cómo dos caballeros se batían en duelo por una mujer. Entonces el calendario todavía paseaba por el siglo XIX y el número 5 de los soportales de A Ferrería acogía un caféconcierto con una salida a la calle Michelena por la que huyó, malherido, uno de los combatientes.

La música y los duelos cesaron en 1896, cuando dos socios, Romero y Bobillo, convirtieron el animado local en una tienda de tejidos. Nacía así La Moda Ideal, constituida por dos establecimientos: la moda de arriba y la de ‘abaixo’. Ya solo con el segundo de los fundadores al frente, llegó a la tienda un jovencísimo Luis González García, quien, primero como aprendiz, luego como socio y, desde 1904, como propietario, estuvo tras el  mostrador hasta los 90 años de edad. Con él aprendieron muchos de los que después montaron un negocio en Pontevedra y también su hermano Dalmiro que, en los años 60, tras la separación de los dos comercios, se quedó con A Moda Dabaixo, mientras que la de arriba permaneció en manos de Luis. En ellas estuvo hasta 1984, cuando su sobrinanieta, Mayte Ramírez Baltuille, a la que había criado como a una hija, se hizo cargo del negocio.

"Yo había estudiado Derecho y estaba preparando oposiciones, pero, como la ilusión de mi tío era que alguien siguiera, me quedé aquí", contaba Mayte. Además de superar los miedos infantiles a la húmeda trastienda, fue, poco a poco, aprendiendo las claves de un negocio que le era totalmente desconocido.

Con ella La Moda Ideal sufrió algunas modificaciones: "Cambié el suelo, los mostradores y la iluminación. También dejó de estar orientada a caballero y suprimí cosas como alfombras, edredones o paraguas", explicaba en 2013. Eso sí, todo ello sin perder "el sabor a viejo". Por mantener tradiciones, durante mucho tiempo incluso continuó con la costumbre de tener a una pareja de hermanos entre los empleados, cuyo número ascendía a seis en los mejores tiempos. Aunque la crisis lo redujo a uno, José López Villarreal, también trajo cosas buenas.

"Ahora está de moda aprender a coser y hay gente de todas las edades que viene a comprar telas", comentaba. Otros, procedentes de pueblos y aldeas, "vienen porque venían ya sus abuelas". Y muchos turistas, gallegos que emigraron a Latinoamérica o madrileños que veranean en Sanxenxo, lo hacen porque, recalcaba Mayte, "tiendas como esta ya quedan pocas". Pese al disgusto inicial, la propietaria de La Moda Ideal esperaba seguir, como su tío, "hasta que no pueda más y, si continúa alguien, me gustaría que la mantuviera como está". El futuro era entonces una incógnita. Casi tres años después, el fuego la ha resuelto.

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