La OCDE prevé una disminución del crecimiento económico para el 2012 en la zona euro

La OCDE prevé para el año próximo el estancamiento en la zona euro y la ralentización de los otros grandes países del G20, aunque no descarta una fuerte recesión.

El Producto Interior Bruto (PIB) de la zona euro no crecerá más que un 0,3 % en 2012, después de haber cerrado este ejercicio con un alza del 1,6 % y en 2013 la recuperación será limitada, del 1,5 %, según las cifras presentadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en vísperas de la cumbre del G20 de Cannes los próximos 3 y 4 de noviembre.

Sin dar estimaciones desglosadas por países en la eurozona, sí estimó posibles caídas de actividad de unos u otros.

La ralentización está siendo generalizada en el G20, y así en Estados Unidos el crecimiento se quedará este año en el 1,7 %, en el 1,8 % el próximo antes de alcanzar el 2,5 % en 2013.

En los países emergentes de este grupo también se hará sentir esa disminución, pero con unas magnitudes nada comparables: el incremento del PIB del 7,2 % en 2011 será del 6,7 % en 2012 y al 7,4 % en 2012.

Y en el principal de los emergentes, China, la subida del 9,3 % que se calcula para este año será del 8,6 % en 2012 y del 9,5 % en 2013.

Japón sigue una evolución en parte desconectada del resto a causa del impacto directo del tsunami y de la catástrofe nuclear de comienzos de año, que le va a acarrear un descenso de la actividad del 0,4 % en 2012, antes de un repunte del 2,1 % en 2012 y de alinearse en 2013 con el ritmo de la zona euro, el 1,5 %.

Pero más allá de este escenario central, la OCDE advirtió de que el grado de incertidumbre ha aumentado "de forma dramática" en los últimos meses, y por eso no hay que descartar unas estadísticas mejores si las medidas de la cumbre de la zona euro del pasado día 26 se aplican rápidamente y con fuerza, puesto que "van en la buena dirección y pueden ayudar a restablecer la confianza".

Pero paralelamente previno de que si eso no ocurre, y sobre todo si hubiera un contagio de la crisis de la deuda soberana a otros países de la moneda única europea, y si la tensión por la política fiscal en Estados Unidos se agravara, la situación podría ser mucho peor.

En concreto, un deterioro de las condiciones monetarias de una magnitud equivalente a la que se dio en la crisis global de 2007-2009 podría provocar un hundimiento del PIB de algunas de las grandes economías de la OCDE de hasta el 5 % hasta el primer trimestre de 2013.

Con esa amenaza planeando, el conocido como el "club de los países desarrollados" insistió en la importancia de que se clarifiquen y se apliquen íntegramente y con resolución los acuerdos de la cumbre de la zona euro de la semana pasada, y que para dar credibilidad se ofrezca información detallada de cómo se hará.

También se pronunció por un recorte de los tipos de interés en la eurozona y que los bancos centrales de los países avanzados sigan garantizando la liquidez para anular las tensiones en los mercados financieros.

A juicio de la OCDE, restablecer la confianza exige ajustes fuertes, creíbles y con una planificación de medio plazo, pero también señala que los países ricos que dispongan de margen pueden aportar acciones de estímulo económico

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