La AED defiende el pequeño comercio

La plantilla del híper Eroski de Lalín confía en su continuidad tras la venta

La mayoría de los operarios son cooperativistas de la firma, que les reingresará lo invertido
El Centro Comercial Deza, en el que se asienta Eroski, está situado en la calle Areal de la capital dezana
photo_camera El Centro Comercial Deza, en el que se asienta Eroski, está situado en la calle Areal de la capital dezana

Los trabajadores del hipermercado Eroski de Lalín afrontan con relativa tranquilidad la compra del negocio por parte de Carrefour. El grupo vasco asegura que la operación contempla la subrogación de todos los puestos de trabajo y, en este sentido, los operarios confían en que sus nuevos jefes cumplan lo acordado. Sin embargo, y aunque ningún sindicato de trabajadores mayoritario tiene representación en la plantilla, sí es cierto que en los últimos días algunos de los empleados afectados se han puesto en contacto con formaciones sindicales para informarse sobre su situación tras saber del cambio de grupo.

La mayoría de los empleados del híper tienen parte en la empresa, primero como socios desde los inicios —en 2003— hasta 2011 y, a partir de ese año, como cooperativistas, según detalló este martes su gerente, Geni Sánchez. Esta aseguró que están tranquilos respecto a su futuro. Señala que "pasarán a un contrato diferente" con la nueva empresa y que "o capital investido váiselle revertir integramente aos socios" (48 en total). A día de hoy, en el híper trabajan 53 operarios, a los que hay que sumar los tres de la gasolinera que, al igual que la galería comercial, también pasa a manos de Carrefour. Sánchez estima que el cambio no será efectivo hasta dentro de, como mínimo, tres o cuatro meses, puesto que la operación todavía debe superar trámites administrativos, entre ellos la aprobación por parte de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia.

Aunque a la expectativa por los cambios a nivel organizativo y de condiciones de trabajo que para ellos supondrá mudar de empresa, los trabajadores reconocen que ahora están más tranquilos al saber que se mantendrán sus puestos. Pero han visto transcurrir los acontecimientos con "inquietud" durante los últimos meses, especialmente desde el pasado verano, cuando les comunicaron que el negocio "no iba bien". Su máximo temor era que el centro cerrase. "Ahora estamos mucho más tranquilos porque se van a quedar con la plantilla", reconocía este martes uno de sus miembros.

DIEZ EN LA GALERÍA. En el Centro Comercial Deza trabajan otras diez personas en la galería, es decir, las zonas comunes que incluyen seguridad, limpieza, mantenimiento y gerencia, según datos de Pilar Suárez, la responsable de este departamento, también absorbido por Carrefour. A ellas habría que sumar el personal eventual contratado para momentos puntuales. Aunque reconoce que el nivel de clientela y la ocupación de los locales —hay siete con actividad y doce cerrados— "siempre se puede mejorar", confía en que el cambio de propiedad sea positivo.

"Creo que no va a haber cambios a nivel de locales", señala Suárez, con respecto a los ya existentes, si bien asegura que hay "en marcha alguna negociación" para nuevos negocios. Preguntada por la posibilidad de reabrir las salas de cine, cerradas desde hace años, la gerente dice desconocer su futuro hasta que Carrefour no exponga su estrategia de negocio.

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