La poderosa reina de los tabloides toca fondo

Rebekah Brooks, la reina de los tabloides británicos, era hasta esta semana una de las mujeres más influyentes del mundo de la comunicación gracias a una mezcla infalible de ambición, encanto personal y habilidad para codearse con el poder.

La pelirroja periodista de 43 años, que dimitió este viernes como consejera delegada de News Internacional y este domingo fue detenida por el escándalo de las escuchas ilegales, ha mantenido desde hace años una estrecha relación, casi familiar, con el magnate Rupert Murdoch, para quien trabajó más de media vida.

Su carrera fue meteórica. En 1989 entró a trabajar en el dominical sensacionalista News of the World como secretaria y en 2000, con 32 años, llegó a ser su directora, lo que la convirtió en la mujer más joven al frente de un periódico de ámbito nacional en el Reino Unido.

En los tres años que permaneció al frente del News of the World, ese periódico llevó a cabo numerosas escuchas ilegales con el fin de obtener información de políticos, famosos, deportistas y hasta víctimas de crímenes, como la niña Milly Dowler, que ha desencadenado el escándalo y la caída en desgracia de la poderosa Brooks.

La ambiciosa periodista, siempre rodeada por un halo de misterio, llegó al mundo de los tabloides británicos pisando fuerte y demostrando desde el principio falta de escrúpulos a la hora de conseguir un buen titular.

Al poco tiempo de ponerse al mando del tabloide dominical, una niña de ocho años, Sarah Payne, fue asesinada por un pederasta, suceso que conmovió a los británicos.

La directora de News of the World puso en marcha entonces una campaña con la que animaba a los lectores a identificar a pederastas, iniciativa que la policía consideró altamente irresponsable.

MÉTODOS 'PERIODÍSTICOS' DE BROOKS
La voracidad por conseguir exclusivas llevó a Rebekah Brooks a utilizar durante toda su carrera métodos poco ortodoxos.

El periodista Piers Morgan, que trabajó con ella, cuenta en su libro de memorias The Insider cómo su entonces compañera no dudó en llenar de micrófonos una habitación de hotel que ocupaba James Hewitt para demostrar que tenía una relación con Diana de Gales.

El libro revela también cómo Brooks se disfrazó de señora de la limpieza del periódico The Sunday Times, también del imperio Murdoch, para robarle la exclusiva sobre una biografía del príncipe Carlos, que finalmente consiguió.

AL GRUPO PASANDO POR 'THE SUN'

Después de tres años en el News of the World, Brooks pasó a dirigir The Sun, otro diario del grupo y el más leído del Reino Unido, en el que permaneció hasta 2009 cuando fue nombrada consejera delegada de News Internacional.

Así se puso al frente de la división británica del imperio mediático de Rupert Murdoch, que incluye además The Times y el 39 por ciento de la plataforma de televisión por satélite BSkyB, con diez millones de abonados en el Reino Unido.

Esta periodista ha dirigido durante los últimos dos años un conglomerado mediático con 3.000 empleados.

Su dimisión de la empresa se produjo el viernes, el día que al parecer le comunicaron que este domingo debería presentarse en comisaría.

PODER

En toda su carrera, Brooks se ha movido siempre cerca del poder: mantuvo muy buenas relaciones con el ex primer ministro laborista Tony Blair y mejores aún con el actual "premier" conservador David Cameron.

La prensa británica ha publicado que Brooks invitó a Cameron a su fiesta de Navidad el año pasado y que montaban juntos a caballo en el condado de Oxfordshire, donde ambos tienen una casa de campo. El primer ministro la invitó al menos dos fines de semana a la mansión de Chequers.

En 2009, la ejecutiva se casó, por segunda vez, con el escritor y entrenador de caballos Charlie Brooks, de quien adoptó el apellido, y a la boda invitó tanto al entonces primer ministro laborista Gordon Brown como a Cameron.

Según el periódico The Guardian, Brooks fue quien convenció a Murdoch para que apoyara abiertamente a Cameron en las elecciones de mayo de 2010, todo un giro de timón para un imperio mediático que durante trece años había respaldado al Partido Laborista.

Su éxito, según sus conocidos, se debe a una mezcla perfecta de frialdad implacable para los negocios, encanto irresistible en lo personal y ambición sin límites, que ahora ha llevado a la reina de los tabloides a tocar fondo.

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