La revolución de la globalización

la industria financiera está en crisis, algunos políticos emplean técnicas antidemocráticas, interna y externamente, separándose de los ideales que deben defender al confundir los objetivos ideológicos con los intereses personales. Las organizaciones políticas internacionales miran para otro lado cuando la mitad de la población del mundo pasa miserias, hambre, sed, y para amortiguar los golpes de conciencia crean organismos de ayuda, que en la mayoría de los casos son secuestrados por dirigentes autóctonos que lo único que hacen es enriquecerse personalmente. Sólo algunas ONGs públicas o privadas actúan con honestidad, aunque de vez en cuando, más frecuentemente de lo conveniente, salta algún caso de corrupción. ¡Qué verdad es la afirmación de Robespierre «al decir que toda institución (organización) que no suponga que el pueblo es bueno (en este caso tonto), y el magistrado (dirigente) corruptible, es viciosa»! Con la convicción de que el pueblo es tonto y fácilmente manipulable, no están percibiendo que la globalización empieza a dar un cambio al mundo. Siguen pensando solamente en dimensiones económicas, y las usan para acumular poder. Se olvidan del nuevo orden informativo y de la capacidad que un elemento de la estructura mundial como es la información tiene para influir en la dinamicidad del todo, aunque de momento el todo influya, aún en las partes que lo componen. Con la globalización han dejado de dominar las fuentes de la información. Podemos comprobar cómo la familia, el aula y el púlpito han sido sustituidos por la comunicación, de tal forma que habría que reescribir el famoso libro titulado ‘La función del orgasmo o el origen del estado’ y empezar a pensar en la función de la comunicación en un mundo globalizado, y en su control. Los medios de comunicación, gracias a su multiplicidad, son prácticamente imposibles de controlar, sobre todo el acceso a las fuentes informativas, con lo que se hace imposible manipular el flujo informativo. Hoy hasta en la aldea más remota de la Tierra puede llegar una señal informativa, lo que ha producido la posibilidad de ver las diferencias que existen entre los distintos habitantes del Universo. Las fuentes se han universalizado y ahora todos pueden introducir información en las “autopistas comunicativas”, efectos que estamos comenzando a ver. Muchas voces que no se oían han desembarco en el mundo global «globalizando» sus problemáticas, primero en un nivel nacional y después internacional. El ser humano está despertando y empieza a exigir los mismos derechos que los pueblos libres. Algo que algunos dirigentes parece que no quieren ver, siguiendo con sus burdas maniobras manipuladoras. Pero lo que es evidente es que en aquellos lugares donde se empieza a conocer el dulce sabor de la libertad, y no tienen nada, o casi nada, que perder, se dan comienzo acciones que muchos fariseos de la libertad no podían ni imaginarse. Vean lo que está ocurriendo en Iberoamérica o en EE.UU. Hace unos pocos años ningún dirigente se lo creía. Estamos entrando en una época de grandes cambios sociales que crearán una nueva economía y una nueva filosofía política y social. Dentro de pocos años veremos un mundo nuevo con un hombre nuevo.

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