Juegos Olímpicos y rítmica para despedir el curso del Campus HQR!

Las sorpresas y las emociones fueron las grandes protagonistas de este acto de clausura del segundo Campus HQR!- Los Sauces de gimnasia celebrado este sábado en el pabellón del colegio pontevedrés
Foto de familia este sábado en el pabellón de Los Sauces
photo_camera Foto de familia este sábado en el pabellón de Los Sauces

Nervios, lágrimas, ilusión…. Un popurrí de emociones se vivieron este sábado en la ceremonia de clausura del campus HQR!- Los Sauces, donde las alumnas representaron muchas de las nuevas técnicas adquiridas. 

El escenario elegido para dar carpetazo a esta semana de aprendizaje fue el pabellón del mismo colegio Los Sauces donde se impartían las clases, repleto este sábado de familiares, amigos y visitantes que no quisieron perderse este acto de alto nivel. 

La temática de la gala fueron los Juegos Olímpicos, aprovechando que estamos en uno de esos veranos en los que se celebra el mayor evento deportivo multidisciplinar, esta vez con Río de Janeiro como anfitrión. Las deportistas desfilaron hasta el tapiz bajo la sintonía de ‘Carros de Fuego’, como si de las heroínas de un estadio se tratase, mientras una voz en off retrotraía al pabellón a la antigua Grecia. 

La primera representación trataba sobre el inicio de los Juegos, con el fuego como símbolo de la antorcha olímpica: "En la Antigua Grecia, una llama eterna era colocada frente a los principales templos...". Posteriormente, el espectáculo derivó en un montaje con los cinco emblemáticos aros como hilo conductor y una especial referencia a la gloria olímpica que ponía en contexto lo que vendría a continuación. 

El colofón lo puso Pascual, la única medallista olímpica individual de la historia

Llegó el momento más emotivo de la jornada. Las medallistas y maestras de este proyecto, del que Diario de Pontevedra fue promotor, Nuria Cabanillas y Carolina Pascual, fueron homenajeadas por sus alumnas. Una de las pequeñas recreó el ejercicio individual de mazas de Carolina Pascual y, posteriormente, otro grupo de alumnas realizó la obra que la gimnasta con más logros europeos y mundiales, Nuria Cabanillas, interpretó en Atlanta 1996 para convertir a la gimnasia española por primera vez en campeona olímpica. 

Como la mañana iba de emociones fuertes y sorpresas, dos de las niñas saltaron al escenario para agradecer el cariño de las profesionales haciéndoles entrega, en nombre de todas las alumnas, de dos cuadros con una foto del grupo, que las gimnastas acogieron con especial ilusión y las ofrecieron al público, que rompía en aplausos. 

El colofón lo puso la única medallista olímpica individual de la historia de la gimnasia rítmica nacional, que, para sorpresa de todos los allí presentes, escenificó el ejercicio con aro con el que logró subirse al podio en los Juegos de Barcelona 92 y alzarse con la plata. A sus 40 años recién cumplidos, Pascual demostró que sigue siendo un hito en esta disciplina a nivel nacional y mundial. 

Antes de despedirse definitivamente de esta aventura, la voz en off que venía emocionando desde el comienzo resumió lo vivido durante estos idílicos días para hacer brotar las lágrimas de participantes y asistentes. Las niñas se deshacían en llantos al sentir tan cerca la despedida de sus compañeras tras esta corta etapa de convivencia en las que compartieron su pasión.

Remataron con un baile general para liberar tensiones y finalmente las benjaminas recibieron de parte de la organización y de las entrenadoras un pequeño obsequio del Campus y una flor. 

Quizás el sueño de estar entre las mejores del mundo sea todavía lejano para las jóvenes, pero siempre recordarán el camino que van diseñando paso a paso de la mano de las más grandes profesionales. Hay quienes ya piensan en la andanza del próximo año y en qué les deparará esta ilusión por la que decidieron luchar. Pero, durante esta larga espera, guardarán el buen sabor de lo vivido durante la jornada del sábado.

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