Laura y Juan, los 'devoradores' de libros de la villa marinense

Estos hermanos son los 'súper lectores' de Marín. Son los socios de la Biblioteca que más libros se llevaron en préstamo en 2016
Juan y Laura se hicieron socios de la Biblioteca con poco más de cuatro años y aún conservan el carné
photo_camera Juan y Laura se hicieron socios de la Biblioteca con poco más de cuatro años y aún conservan el carné

Roald Dahl, el famoso novelista y autor de cuentos británico, dejó al mundo una frase reveladora: "Si piensas llegar a alguna parte en la vida, tienes que leer muchos libros". Es una recomendación que, aunque pueda aplicarse a cualquier edad, aumenta su eficacia si se enseña en la infancia. Regalar a un niño un libro es siempre una buena decisión, y ya no digamos hacerle socio de la biblioteca pública de su pueblo. Eso es darle las llaves de las puertas de todos los mundos imaginables.

Hace tiempo que Laura y Juan Reis Boullosa tienen en su haber la tarjeta plastificada que les permite retirar libros de la biblioteca marinense Vidal Pazos. Ahora está gastada, con las esquinitas dobladas por el uso y el tiempo, y es que estos dos hermanos son los súper lectores de Marín, los dos niños que más libros leyeron en el 2016. Sólo uno les separa de estar igualados, pero eso no les importa, porque son conscientes de que, en esto de las letras, más vale la calidad que la cantidad.

En tiempos en los que la infancia coquetea cada vez más con las nuevas tecnologías y los bebés nacen ya con un Ipad debajo del brazo, Sheila Boullosa inculcó a sus hijos la importancia de la lectura. "Desde pequeños les regalé libros, siempre adecuados a su edad", explica esta madre, que se sorprende de la velocidad con la que sus devoradores de letras terminan las historias que se esconden entre las solapas.

De hecho, "los libros que les trajeron Papá Noel y los Reyes Magos ya los han acabado. Los empezaron a leer nada más abrir el paquete". Se ve que Sus Majestades conocen bien la debilidad de estos niños, que, también por Navidad, pidieron cultura.

Laura es la mayor. Tiene once años. Su hermano, Juan, nueve. Son compañeros de fatigas en esto de pasar páginas y tienen un lugar fetiche al que acudir cuando su madre está haciendo recados. "Son ellos mismos los que me piden que les deje un rato en la Biblioteca y que les recoja cuando termine", cuenta entre risas Sheila, que reconoce que no es lo habitual a estas edades pero cuyo tono no es capaz de disfrazar un orgullo totalmente justificado.

Para premiar su constancia y dedicación a la letra impresa, el Concello de Marín, junto con la Biblioteca, ha otorgado a ambos lectores un cheque regalo de 25 euros por cabeza a gastar bien en libros, bien en material didáctico, en cualquiera de las librerías de la villa portuaria. La Corporación municipal decidió dividir el galardón porque "nada más que les separa un libro de diferencia entre ambos", detallan fuentes municipales.

En la tarde de este martes, la concelleira de Cultura, María José De Pazo, les hizo entrega de un diploma acreditativo, aprovechando la conmemoración a nivel autonómico del Día do usuario/a das Bibliotecas, una de las fechas marcadas en rojo en el Calendario do Libro e da Lectura de la Xunta de Galicia. No es el único día reseñable en enero, pues el día 30 se celebrará el aniversario del nacimiento de Castelao.

La madre de estos dos pequeños amantes de la lectura subraya que "leen de todo". Eso sí, tienen sus preferencias. "A mí me gustan mucho los libros de misterio", cuenta Laura. "A mí los de fútbol", añade Juan.

Pero, de elegir un libro favorito, ambos lo tienen claro: "Los diarios". Se refieren a la colección juvenil de libros de El diario de Greg y El diario de Nikki, que narran las andanzas y aventuras de estos dos niños, que, en este caso, comparten edades con sus lectores.

Laura y Juan son el ejemplo de cómo la lectura es la mejor compañera en la infancia siempre y cuando se cultive de forma productiva y no por imposición, sino dejando a los más pequeños encontrar su propio camino literario.

Ya lo dijo Borges: "Hablar de lectura obligatoria es como hablar de felicidad obligatoria".

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