"Llevaba unos nueve años sola, desde que su hijo se mudó a Poio"

El pozo al que cayó la vecina de Lourizán. S.M.
photo_camera El pozo al que cayó la vecina de Lourizán. S.M.

Los pocos vecinos que al mediodía de este jueves se encontraban en las vivendas próximas a la de Nélida Souto no ocultaban su profunda tristeza por el desafortunado final que tuvo una mujer de la que no dudan en destacar su buena salud. "La veías y no pensabas que tuviese 82 años. Tenía los achaques propios de la edad y en invierno se 'agripallaba' mucho, pero por lo demás estaba estupenda", comentaba Leticia Santiago Carabelos, que vive a escasos metros de la poza donde fue hallado el cadáver de la anciana.

Sobre el manantial, explica que "a esa poza solo accedía Nélida y un vecino, que la utiliza para regar las fincas. Los otros residentes en el lugar solíamos acudir a otro manantial, llamado 'la mina', que se encuentra a varios metros de distancia, pero un vecino hizo el cierre de su casa tan pegado al camino que ahora la gente apenas va a buscar agua allí".

Leticia Santiago se mostraba visiblemente afectada por la noticia. "Conocía a Nélida desde que yo era pequeñita. Había enviudado hace más de 20 años y se quedó viviendo con su hijo, hasta que él se casó hará unos nueve años y se fue a vivir a Poio", comenta, tras destacar que "Arturo –su hijo– venía casi a diario a visitarla".

MUY MADRUGADORA. Una costumbre de la anciana que todos sus vecinos coinciden en destacar es la de levantarse casi al alba. "Se levantaba muy temprano, incluso en invierno, cuando aún no había amanecido y se sentían las bajas temperaturas. Muchas veces que yo acudía a trabajar a primera hora me llamaba la atención que Nélida tuviese las persianas ya levantadas...", indican.

"Me acabo de quedar helado. Me crucé ayer por la tarde –por este miércoles– con ella mientras paseaba el perro", se lamentaba otro residente. Su acompañante agrega que "nos la cruzábamos todos los días en el camino, se paraba y nos saludaba. Era muy sociable, agradable y dicharachera. Nos poníamos a hablar y estábamos un buen rato, siempre nos contábamos nuestras cosas, qué tal nos iba todo, nos interesábamos por la salud..., porque, al fin al cabo, vivía sola y siempre es bueno saber de tus vecinos".

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