Catalina González: "Lo he pasado mal, muy mal. La imputación fue un impacto terrible"

Le queda un año antes de abandonar el despacho de la Alcaldía de Sanxenxo. De carácter fuerte, avisa de que no bajará el pistón en los meses que le quedan por delante y no se muerde la lengua al hablar de las imputaciones judiciales y de sus consecuencias, del futuro del partido o de sus relaciones con Rafael Louzán o Paz Lago

la noticia de que no será candidata en las elecciones municipales del año que viene la dio este periódico hace una semana. Desde entonces, Catalina González Bea (Sanxenxo, 1965), no ha parado de recibir llamadas.

¿Alguna de esas llamadas le ha hecho especial ilusión?

No. Me ha llamado mucha gente de aquí, vecinos y amigos que me han parado por la calle, pero lo de dejarlo es algo que ya había dicho en 2011, esa era mi intención, así que no creo que haya cogido a la gente por sorpresa.

¿Del partido no le han llamado muchos compañeros?

Del partido me han llamado amigos, no jefes del partido. Amigos alcaldes y gente en otros puestos. Llamadas, mensajes...

¿Hay alguna posibilidad de que dé marcha atrás?

Ninguna.

¿Se ha quitado un peso de encima?

No. De hecho, a mí me gustaría que las circunstancias fuesen otras y que yo pudiese plantearme ser candidata. Porque estoy haciendo el trabajo que más me gusta hacer y tengo el mejor empleo que uno pueda tener, que es ser alcalde de su ayuntamiento. Es un desgaste muy grande pero también un reto y una responsabilidad muy interesantes. A mí me gusta mucho la política municipal desde siempre. Lo que me gustaría es que las circunstancias fuesen otras y que de verdad yo pudiera tener alguna opción de seguir siendo candidata.

¿Cuál es la razón fundamental por la que lo deja?

Hay muchas razones. La principal es el poco peso que tiene la autonomía municipal dentro de los partidos y de los gobiernos. Soy una gran defensora del municipalismo. La descentralización real se da en los ayuntamientos, que es donde se dan los servicios más cercanos, y eso se está pasando por alto de una forma muy alarmante. A mí me preocupa muchísimo lo que está sucediendo. Quitar competencias a los ayuntamientos... Se está ninguneando a los concellos de forma muy considerable en los últimos tiempos. Y todo eso perjudica la gestión.

No cita como causa las imputaciones judiciales por el urbanismo.

Yo ya planteé lo de dejarlo en 2011, así que mi decisión no tiene nada que ver con las imputaciones. Tengo muy claro que en mi caso la imputación no tiene ningún sentido. Diga lo que diga el juez, yo conozco la verdad y sé cuál es la realidad: no hay ninguna base para la imputación. Entiendo que el juez tenga que investigar y que llame a todo el mundo para aclarar las dudas que tenga sobre los expedientes urbanísticos, que sé que son muy complejos. La imputación no me preocupa lo más mínimo. Lo que sí me preocupa es el impacto mediático y el impacto que tiene sobre la familia. Es algo que una vez que sucede no tiene vuelta atrás porque quedas marcado de por vida. Ahora todos tenemos que demostrar que somos inocentes porque en otros muchos casos se ha demostrado que había mucha gente que era culpable. Es la dinámica actual. Y también había una serie de prácticas que eran habituales en muchos lugares que a lo mejor ni los propios políticos entendían que era delito. Que un vecino te llame para pedir que le quites una multa o para que le des un puesto de trabajo a su hijo es muy habitual para los alcaldes. Lo que es delito es que tú des un trato de favor, no que los vecinos te llamen.

De todos modos, una de sus imputaciones es por cohecho, que es algo más serio y menos difuso que el tráfico de influencias. De puertas afuera, sorprende.

La primera sorprendida soy yo. Tengo claro que si su señoría hubiese pedido a Hacienda, como pidió a posteriori, todo mi patrimonio y los movimientos de mis cuentas, lo del cohecho lo habría descartado desde el primer momento. No lo hizo. Primero imputó y luego pidió la información. ¿Por qué cree que está imputada?

Se están estudiando unos expedientes urbanísticos muy complejos realizados siendo yo alcaldesa. La alcaldesa firma absolutamente todo. No informa prácticamente de nada, pero firmar lo firma todo. En una investigación así es inevitable que el alcalde esté imputado.

Usted habrá revisado todos los expedientes por los que está imputada. ¿Hay algo de lo que se arrepienta de esos procesos?

Creo que no. Todo lo que hicimos lo hicimos con la voluntad de solucionar problemas al ayuntamiento. Hay cuestiones en tela de juicio, como el edificio de Balboa y Chan, por haber dado una licencia en una parcela con dos ordenanzas distintas, pero no hicimos nada nuevo ni los técnicos informaron de nada nuevo que no se hiciera en cientos de licencias anteriores. Era un criterio que se fue aplicando porque había una casuística en el ayuntamiento con parcelas en las que había dos ordenanzas. No hay trato de favor en ningún caso.

Cuesta creer que la presión de los últimos siete u ocho meses tras la imputación judicial no haya tenido nada que ver en su decisión definitiva de dejar el Concello.

No, porque estoy muy tranquila y conozco la realidad.

¿Lo ha pasado mal?

Lo he pasado muy mal, muy mal. Sobre todo el primer mes. Para mí fue un impacto terrible. Yo nunca pensé en estar imputada en ningún caso. Y digo que fue un impacto terrible sobre todo por mi familia. Lo primero que hice el jueves por la tarde cuando la Guardia Civil me notificó la imputación fue irme a mi casa y sentar a mis padres y a mis hijos para contárselo. Fue uno de los peores momentos que yo he vivido en el Ayuntamiento. Sobre todo porque yo sé que el cliché ya no tiene vuelta atrás. Da igual lo que luego resuelva la Justicia.

¿Qué razones hay detrás de las denuncias?

Depende del denunciante. Fundamentalmente hay un enfrentamiento muy directo conmigo en el caso de una de las denunciantes porque solicitaba insistentemente una licencia que no se le podía conceder y que intentó conseguir a través de todos los estamentos posibles. Hay un empecinamiento muy importante en ese sentido. A partir de ahí viene todo lo demás. Uno de los denunciantes es hermano de esta señora, el otro es un compañero guardia civil que también es amigo y que vive en esa misma zona... Todo eso el juez no lo tiene en la cabeza. Lo que él tiene que hacer es dilucidar si esa trama urbanística que denuncian existe.

Alguno de los denunciantes es familiar de la concejala Paz Lago. ¿Ha afectado eso a las relaciones dentro del grupo de Gobierno?

No. Yo entiendo que Paz no tiene nada que ver. Todos tenemos familiares y no podemos ser responsables de sus actos. La relación entre Paz y yo es la misma que en los últimos tiempos. No ha cambiado para nada.

Dice que lo ha pasado mal. ¿Ha llorado?

¡Buf! Soy muy llorona. Lloro por cualquier cosa, imagínese por esto. He llorado mucho por esto y por muchas otras cosas.

¿Qué le dicen en casa?

Hay distintas opiniones. Mi padre lo primero que me dijo fue que si estaba tonta, que si estaba segura de lo que había hecho que por qué tenía que preocuparme. Yo me preocupaba por el impacto de la noticia en la calle y que eso les afectase a ellos. Mi padre no le da más importancia. Sabe que es un proceso que en este puesto y en Sanxenxo es muy posible. La polémica en el urbanismo de Sanxenxo siempre ha estado encima de la mesa. Aquí la presión del sector privado sobre la Administración ha sido siempre muy fuerte. Todos los que hayan pasado por algún cargo que tenga que ver con el Gobierno pueden estar en tela de juicio. A mí me duele que haya sido precisamente yo, que si tengo compañeros enfrentados es porque en 2007 hice una limpieza profunda de personas que habían sido concejales conmigo y que yo entendía que no eran las adecuadas por la vinculación que tenían con el urbanismo. 2007 fue un momento durísimo a la hora de hacer la lista y me parece muy injusto que sea yo precisamente la imputada cuando yo he sido la que quiso hacer una separación.

Supongo que se refiere a Francisco Villaverde, pero él sí iba en esa lista de 2007 en los últimos puestos.

Iba en esa lista pero sin posibilidades de salir. Cuando yo le comenté a Francisco Villaverde que no contaba con él, me pidió mantenerse aunque no fuese en puestos de salida. A partir de ahí, entre él y Manuel Otero y algunos intereses más que se juntaron nació SAL. SAL no nace de la nada. Nace de una serie de compañeros concejales resentidos que se quedan fuera del Gobierno municipal con unas pretensiones de cuestiones urbanísticas que sí serían objeto de investigar si llegaran a producirse y que no se han producido. He mantenido el rigor de la legalidad municipal por encima de todo. Y por eso me parece tan injusta la imputación.

¿Cree que Telmo Martín no está imputado por su condición de aforado?

Pues posiblemente, porque muchas de las licencias de las que se está hablando están relacionadas con él.

¿Se ha sentido respaldada por el partido?

El partido es muy genérico. Para mí el partido es mi gente.

Concretemos: Rafael Louzán.

Yo con el presidente provincial me siento respaldada en muchas cosas y en otras no. Como todo el mundo. Siempre he tenido muy buena relación con él. Todo lo que le he tenido que decir se lo he dicho y a la inversa lo mismo. Hablamos francamente los dos. Nos conocemos bien. Sí es cierto que en algunos momentos se tuvieron dudas que no deberían haber surgido.

¿A la hora de confirmarla como candidata en 2011?

A la hora del respaldo social o del respaldo de votos que podía tener el Partido Popular local frente a una lista alternativa con exconcejales que estaban fuera del partido. A veces la ambigüedad daña a quien está haciendo un esfuerzo muy grande por mantener la unidad del partido. Si ese apoyo no se traslada a otras esferas, al final lo que hace la gente es dudar y votar a otro partido.

¿Ha discutido mucho con Louzán?

Mucho. Yo con él y él conmigo.

¿Se reconoce en la etiqueta de superviviente?

Yo lo comento a veces, pero no diría superviviente. Aquí no hay cuestiones de heroicidad. Sí me reconozco en la faceta de luchadora. Trabajo desde los 15 años. Siempre he sido trabajadora y siempre lo seré.

¿De lo hecho en estos ocho años, de qué está más orgullosa?

De haber cogido un ayuntamiento con un presupuesto con 114 millones de euros, tener hoy un presupuesto de 36 millones y mantener absolutamente todos los servicios para los vecinos y que no lo hayan notado en absoluto.

Algunos servicios sí se eliminaron, como el transporte municipal.

No tenía un uso que haya supuesto un perjuicio fundamental. Lo importante se ha mantenido todo, e incluso hay servicios que se han incrementado.

¿Alguna decisión de la que se arrepienta?

50.000. De las que tomo por la mañana seguramente por la noche ya me arrepiento de varias. Sanxenxo es un ayuntamiento muy complicado. Aquí todo se sobredimensiona. Por presupuesto, por número de vecinos, por la cantidad de personal que hay que gestionar, por el puerto deportivo municipal. Todo eso supone una carga de trabajo muy intensa que obliga a tomar decisiones en 20 segundos, y cuando tomas decisiones en 20 segundos seguro que en alguna te equivocas.

¿Cómo se imagina el partido después de su marcha?

Funcionando igual que funcionó siempre. Los partidos sobreviven a todas las personas y yo soy una persona más. No tengo ninguna importancia en lo que es el Partido Popular. Lo que sí me gustaría es que se celebre el congreso local cuanto antes. Hay muchísima gente con ganas de tener un partido fuerte y participativo.

¿Le tiene miedo al futuro?

No. Tengo preocupación porque sería una irresponsable si no la tuviera. Tengo dos hijos que dependen de mí. No sé lo que va a pasar en el futuro. Tengo un año con mucho trabajo por delante en el Concello de Sanxenxo y obviamente me estoy planteando otras historias porque tengo que pensar que después de esto existe vida. Nunca le he tenido miedo al futuro. El único miedo que yo tengo es no tener salud.

«Habrá un acercamiento a SAL. No tengo dudas»

¿Cree que habrá un acercamiento a SAL?

No tengo dudas. Cuando haya otro candidato, si consigue mayoría absoluta, SAL acabará diluyéndose. Y si no, SAL y PP formarán gobierno.

¿Ve a su sustituto dentro del Gobierno local actual?

Cualquiera de los concejales del grupo sería mejor alcalde que los portavoces de los grupos de la oposición. Y no lo digo porque sean los míos. Dicho esto, yo tengo mis preferencias y mis propuestas, aunque voy a ser neutral.

¿Cuáles son?

No las voy a decir y seguramente son propuestas que no cuajarán porque son personas que no quieren dar ese paso.

¿Las va a trasladar al partido?

Ya se las he trasladado.

Le voy a dar varios nombres para que me dé una valoración de cada uno. Salvador Durán.

Creo que sería un gran alcalde de Sanxenxo. Es una persona seria, sensata, responsable, muy trabajadora, pero puedo anticipar que no va a ser candidato por decisión propia.

Paz Lago.

Tiene muchísimo carisma, es muy aceptada entre las asociaciones y el público en general. Está haciendo una labor muy importante en Madrid y la veo como diputada nacional. La veo y la vi en su momento, y se lo llegué a plantear también, como candidata a la Alcaldía. Ella dijo que no, al menos me lo dijo a mí, que no era su opción y yo lo respeto.

¿Usted le planteó que ella fuera candidata?

Le pregunté si tenía interés en ser candidata y me dijo que no. Sus comportamientos posteriores lo acreditan. Está en política nacional pero desde luego sería una candidata muy aceptada por el público.

María Deza.

Sería una gran candidata. Es una de las personas más trabajadoras y responsables con las que me he encontrado. Tiene un potencial muy importante, mucho carácter, es difícil doblegarla. La veo muy válida.

Marcos Guisasola.

Exactamente igual. También tiene mucho carácter. Tiene una capacidad con los números muy importante y lleva la política en la sangre porque es hijo de exalcalde. Sabe perfectamente lo que supone dedicarse a la política.

Telmo Martín.

Telmo Martín ya fue candidato.

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