Los Castros, una nueva ruina para una avenida que no acaba de brillar

El interior del hotel representa un peligro para los intrusos. El exterior afea una de las calles más populosas de Poio
La basura puebla las salas y habitaciones de las cuatro plantas del hotel, que ha sido saqueado varias veces
photo_camera La basura puebla las salas y habitaciones de las cuatro plantas del hotel, que ha sido saqueado varias veces

El Concello de Poio procederá en breve a abrir expediente por la situación del Hotel Los Castros para tapiarlo. El alcalde, Luciano Sobral, reconoció el lunes que la gracia de algún vándalo que colocó al borde del último piso una silla, con el consiguiente riesgo de que cayese sobre la calle, no pilla por sorpresa al bipartito. Dos informes de la Policía Local recogen la situación del inmueble, un gran edificio en pleno corazón de la Avenida de Andurique, en el que el deterioro avanzó a pasos galopantes.

El responsable de Urbanismo del Gobierno local, Gregorio Agís, aclaró el martes que el tapiado de los accesos, a pesar de ser una medida no deseada, será lo más útil para garantizar la seguridad. "Sabemos que está entrando xente para facer o que lle peta dentro e non son só un perigo para eles, senón para os demais". El inmueble ha sido objeto del vandalismo más absoluto y está totalmente destrozado en todas sus habitaciones. Por faltar, faltan hasta los ascensores, lo que convierte la construcción en un peligro por el riesgo de caída desde un quinto piso en el interior. Lo que no se han llevado se ha podrido o afeado en un abrir y cerrar de ojos, desde el momento en que los ladrones de metal se apoderaron de ventanas y cerramientos. Hay vecinos de Poio que no dan crédito al rápido declive del inmueble, que hace unos años todavía estaba en funcionamiento. "Sabemos que está en mans dun banco despois dunha recente subasta e esperamos que respondan aos requirimentos", explicó Agís, que reconoce que un hotel en ruinas no es el mejor aliado a la hora de hacer que una calle de referencia como la Avenida de Andurique, continuación de la de A Barca, luzca su mejor aspecto.

"NON É FEÍSMO". En la zona, además, otras casas han tenido que ser tapiadas en los últimos meses. "Non é que haxa un problema de feísmo, sobre o que se pode actuar coa normativa na man, senón de que os propietarios non teñen recursos para mantelas, en especial as casonas de pedra que hai na Avenida da Barca. O Concello pouco pode facer, porque esta zona non é como Combarro, onde co ARI se fomenta o arranxo dos inmobles con axudas de ata o 40%", apuntó el edil.

"Queremos que a entrada en Poio desde Pontevedra sexa mellor. Para iso temos proposto ante a Xunta un plan para humanizar este tramo da PO-308 con mellores beirarrúas, iluminación e pasos de peóns. Na zona temos un centro da terceira idade e un hospital. É preciso facilitar o uso de cadeiras de rodas e nin iso podemos", lamenta Agís, que recuerda que "a interlocución coa Xunta neste asunto non é a mellor".

Del mismo modo, el edil insiste en reordenar el tráfico y en que la actuación en el puente de A Barca traerá dinamismo. "Na ponte atopamos unha barreira: beirarrúas estreitas, madeira deteriorada, choiva... Á xente non lle apetece cruzar cara a Poio. Aí tamén é preciso intervir". El Concello apuesta por reordenar el tráfico y rescatar espacios para el ciudadano en dos calles que, además de ser la carta de presentación de Poio, componen el lugar más poblado del municipio y una de sus zonas comerciales más densas.

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