Los presidentes de las comunidades de montes de Santomé de Piñeiro, San Xulián, Santa Cristina de Cobres y San Martiño de Vilaboa firmaron ayer el acta de constitución de la Fundación Lago de Castiñeiras-Cotorredondo, que tendrá como objetivo fundamental «dinamizar este enclave natural mediante a unión de esforzos e recursos para a súa posta en valor social, turística e cultural».
La pretensión es que se convierta en un ente con gestión y financiación pública y privada a través de la Xunta, la Deputación, los concellos de Marín y Vilaboa y empresas de la zona. «A nosa idea é acadar a consolidación dun modelo de xestión do monte baseado na biodiversidade, na posta en valor do patrimonio cultural e en afondar na función social que debe ter o monte galego, que se debe traducir na dinamización económica da comarca coa conseguinte creación de postos de traballo», señalaron los presidentes, que representan a más de 1.200 comuneros de la zona, que son los propietarios del terreno que ocupa el área.
El primero de los proyectos que tiene en mente la nueva Fundación es la creación del primer jardín botánico de Galicia, con una extensión de 13 hectáreas y situado en la zona que ahora ocupan la mayor parte de las mesas y asaderos, que se reubicarían en otros espacios del parque, que, además, pasará de 44 a 77 hectáreas de superficie. «Esta actuación poñería en valor a diversidade botánica xa existente no contorno do lago, completandoa coa introdución de plantas e árbores dos cinco continentes», señalaron.
Biodiversidad
Las comunidades de montes entienden que la creación de diversos ecosistemas, ordenados mediante criterios científicos, divulgativos y educativos «contribuirá a conservación da biodiversidade e a súa divulgación». En este sentido, el proyecto también incluirá la puesta en marcha de un insectario, «co obxectivo de contribuír ao coñecemento dos principais grupos de insectos presentes en Galicia por medio da investigación e da educación ambiental».
Otra de las actuaciones que tienen en mente los comuneros es la recuperación del mirador de Cotorredondo y aprovechar la infraestructura y su privilegiada ubicación para crear un centro de interpretación de las Rías Baixas, con paneles informativos. Asimismo, la idea es promover la conservación y promoción del legado arqueológico existente en la zona, donde ya existen cuatro mámoas localizadas.
Con este proyecto, que será presentado en breve a las administraciones y a empresas de gran tamaño para que contribuyan económicamente, se aguarda la creación de entre cuatro y ocho puestos de trabajo fijos. Además, se prevé la eliminación del campo de tiro. «Poñeremos a disposición da sociedade estos terreos e, ademais, a nosa idea é que a xestión deste parte en toda a súa extensión sexa o modelo que se poida levar a cabo nos montes galegos», indicaron los responsables de las comunidades, que quieren que «o contorno do lago volva ser o que foi anos atrás, cunha grande asistencia de veciños e visitantes».
La posibilidad de la explotación del espacio para la educación ambiental y el sector turístico están en el fondo de las propuestas, con un jardín botánico con acceso limitado (mediante el abono de una entrada que contribuya a su sostenimiento), zonas de senderismo, yacimientos arqueológicos, espacios para comer y otros muchos atractivos. La creación de la Fundación, señalaron, se maduró después de observar el deterioro del entorno del Lago de Castiñeiras en los últimos años y de la falta de atención por parte de las administraciones.
Firma pública del acta de constitución
Los presidentes de las Comunidades de Montes de San Xulián, Santomé de Piñeiro, Santa Cristina de Cobres y San Martiño de Vilaboa firmaron ayer ante los medios de comunicación el acta de constitución de la Fundación Lago de Castiñeiras-Cotorredondo.
Manuel Estévez Quintela, Daniel Rosales Rivas, Xosé César Blanco Poceiro y José Luis López García expresaron su convencimiento de que las administraciones y las empresas de la zona se implicarán, ya que el espacio tiene un gran atractivo para la comarca.
