"Los deberes desmotivan al niño y consolidan aprendizajes erróneos"

Margarita Pino Juste, experta didáctica de la Universidade de Vigo es una mujer del futuro en un mundo, el de la educación, anclado en el pasado. Sueña con una sociedad en la que los niños aprendan en el parque, dibujen en las nubes y lean en la arena. Y pase a que reconoce que aún quedan cosas pora hacer, está segura de que se ha logrado mucho
Margarita Pino Juste
photo_camera Margarita Pino Juste

Estuvo hace unas semanas en la presentación de Afundación sobre sus actividades educativas para este nuevo curso. ¿Qué cree que pueden aportar?

Lo bueno de estas actividades es que están muy enfocadas en las necesidades del alumnado y tienen mucho que ver con el contexto, con cosas que les pueden motivar. Y no hay mucha oferta de eso en Galicia. Además, abarcan toda la comunidad, lo que es muy interesante.

¿Es suficiente o habría que abordar esto desde otra perspectiva?

Nunca es suficiente. Lo ideal sería tener una oferta mucho mayor. Una cosa muy importante y necesaria es llegar al medio rural. Hay centros a los que los niños pueden ir, pero hay otros que, debido a la lejanía, suponen un gran gasto en transporte para los padres. Moverse a Vigo, Santiago o A Coruña a veces es muy complicado.

¿Qué solución puede haber?

El otro día, cuando estuve en Santiago, ellos mismos [se refiere a responsables de Afundación] me decían que tienen residencias de personas mayores. Una idea sería aprovechar esos recursos para acercarse al medio. Otra, que haya programas en el propio medio rural, pero a veces eso es complicado. Sería una nueva estrategia que yo no sé si puede ser o no.

¿Se refiere a programas de carácter público, promovidos por la Xunta o por el organismo competente?

Claro, eso sería lo ideal. Incluso desde los ayuntamientos, a través de iniciativas del animador sociocultural. De hecho, en algunos yo lo estoy proponiendo mediante comunidades de aprendizaje en las que el Ayuntamiento se involucre.Se trata de implementar estrategias
didácticas en el propio medio.

¿Hay algún ejemplo de esto en Galicia o es todavía una utopía?

Pasa muy poco. Un ejemplo muy claro es lo que está haciendo el Ayuntamiento de Pontevedra. Yo no lo conozco a fondo, pero creo que está haciendo un diseño de ciudad muy educativo. Tú paseas por la ciudad y los niños pueden ir solos, hay muchísimas zonas de esparcimiento, la propia estética de la ciudad está muy cuidada... Los niños pueden educarse en el propio medio; aprenden de la estética, del diseño. Tiene cosas muy positivas en los últimos años.

Movilidad

"Es necesario llegar al rural. Hay centros a los que los niños no pueden ir porque supone un gasto en transporte inasumible"

Modelo educativo

"No es el óptimo. Los últimos estudios estudios no revelan que es importante aumentar la motivación del alumno y su autoestima"

Usted es una firme defensora de que el modelo educativo actual está, en cierto modo, obsoleto. ¿Por dónde habría que empezar a cambiar las cosas?

Es obvio que el modelo con el que se vino trabajando muchos años no es el óptimo. ¿Por dónde están yendo las investigaciones? Básicamente apuestan por dos cosas: aumentar la motivación del alumnado y su autoestima y autoconcepto, así como sus expectativas de logro. Eso implica que las estrategias didácticas que adoptemos eleven esas características, y eso pasa por cambiar los modelos metodológicos que estamos trabajando. Yo opino que el mejor es el de investigación en la escuela.

¿En qué consiste?

Aprender haciendo. Que para lo que se enseña en la escuela planteemos problemas que el alumno vive en su vida diaria.

Que sean prácticos.

Exacto. Muy prácticos, muy plausibles. Muy funcionales. Que los niños encuentren lo que hacen útil para lo que están aprendiendo. No es que lo que están aprendiendo ahora no sea útil, ya que empiezan a leer y a escribir. Pero si tienen que reproducir esos conocimientos fuera del aula, no son capaces.

¿Un ejemplo?

En primero de Eso se trabaja siempre comunicación: cómo hacer una instancia, cómo redactar una reclamación, cómo comunicarse con el otro. Tú le preguntas a uno de esos chicos si sabe cómo hacer una reclamación y te dice que no. Claro que sabe hacerla...

Pero nunca la ha hecho.

Efectivamente. ¿Cómo no va a saber lo que opina y la situación? El problema es que nunca lo ha hecho. Él no une lo que está haciendo en lengua castellana o en ‘lingua galega’ con lo que después tiene que hacer en el contexto cotidiano. Al no unir esas dos cosas, da la sensación de que no sabe, cuando realmente sabe. Pasa mucho con el inglés. Te dice que no sabe inglés, pero cuando está allí una semana fluye el vocabulario y empieza a expresarse mejor. Lo que no sabe es expresión oral, porque eso es lo que no hace.

¿Más práctica y menos teoría?

Yo no diría menos teoría. La teoría es importante, pero es un poquito al revés. En vez de que el profesor dé una información al alumno, debería ser este alumno el que la buscase, la localizase y la analizase. ¿Con el profesor qué harían? Pues aplicar esa información y buscar soluciones a los problemas a partir de esa información.

¿Eso no requiere mucho tiempo?

Eso me lo pregunta mucha gente. Y sí, lleva mucho más tiempo. La cuestión está en que los chicos, cuando estén en casa, hagan una entrevista a un mayor de reconocido prestigio en su comunidad, a sus abuelos, a un persona con experiencia en la inmigración... Que analicen su propio contexto para dar soluciones a un problema que tengan en la vida real. Y que ese problema después lo analicen de forma científica con el profesor. Así, dedicarían más tiempo en casa que en la clase. El problema es que el profesor tiene que hacer un esfuerzo de reconversión, de manera que, en vez de ser él el que ofrezca información, sean los alumnos los que la busquen. Él sería el que organice la estructura en el proceso de enseñanza.

Entonces,  de  toda  la  polémica generada en torno a los deberes, usted opina que sí, que son necesarios, pero de un modo distinto.

Efectivamente. La cuestión es que tú envías deberes, o lo que tradicionalmente llamamos ejercicios de la consolidación del aprendizaje, que son repetitivos y lo único que hacen es consolidar a veces aprendizajes erróneos, porque los hacen sin ayuda de nadie. Los niños al final vienen a clase saturados, y eso genera un nivel de desmotivación altísimo. El alumno necesita ver que lo que hace sirve para algo, que le ayuda, y esto no es así.

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