Los delitos se mantienen estables en la provincia, por encima de 72.000

Los delitos telemáticos se reducen a menos de la mitad en la provincia

La labor disuasoria e informativa de la Guardia Civil y de la Policía Nacional pone freno al cibercrimen en Pontevedra
José Torres, experto en delitos telemáticos de la Guardia Civil
photo_camera José Torres, experto en delitos telemáticos de la Guardia Civil

Los datos estadísticos que refleja la Memoria 2016 de la Fiscalía Provincial ponen sobre la mesa un dato que rompe la tendencia que se venía repitiendo año tras año: la criminalidad informática se ha reducido. Esa es, al menos, la conclusión que se extrae de las cifras, que desvelan la comisión de 513 delitos a través de Internet en 2015, menos de la mitad de los que se registraron en el ejercicio precedente.

Entre los motivos principales que han ayudado a la reducción de las investigaciones por este tipo de delito se encuentran la labor de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, tanto en el aspecto disuasorio (a través de operaciones exitosas) como a nivel informativo, poniendo a disposición de toda la ciudadanía los datos necesarios para poder protegerse del cibercrimen por sus propios medios.

Un claro ejemplo de ello es el trabajo de José Torres, uno de los responsables de la Brigada de Investigación Tecnológica de la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra, que fue premiado este año por el Ministerio del Interior por su trabajo divulgativo mediante charlas y conferencias que efectúa de forma periódica en centros escolares y vecinales, exponiendo los riesgos de Internet y ofreciendo los mecanismos más útiles para evitar ser objeto de las personas que se dedican a delinquir a través de la red.

En cuanto a los delitos más habituales, el más repetido volvió a ser el de estafa a través de las nuevas tecnologías (494 casos). La cifra, aún siendo muy inferior a la del año anterior, sigue siendo preocupante. Esta modalidad delictiva incluye el conocido phinshing (en el que el delincuente se hace con los datos bancarios de la víctima para quedarse con su dinero o bien hacer compras con sus tarjetas), pero también otra clase de engaños, como las ventas de artículos que finalmente no son tales o los alquileres ficticios. Además, prácticas como el famoso Virus de la Policía (en el que el ciberdelincuente se hace pasar por la Policía para, después de infectar el ordenador, solicitar un rescate a cambio de la recuperación de los datos) también se considera un delito de estafa.

En cuanto a los delitos de pornografía infantil a través de Internet, los datos se mantienen estables en un nivel relativamente bajo (once en 2015, 15 en 2014).

Destaca, por último, el claro descenso de las amenazas, las coacciones y el acoso a través de la red.

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