Los nuevos anticoagulantes solo llegan al 30% de los pacientes debido a la crisis

La crisis económica está limitando la utilización de los nuevos anticoagulantes, más eficaces, que podrían aplicarse al 75 por ciento de los pacientes pero solo llegan al 30 por ciento en la actualidad.
 
Así se ha puesto hoy de manifiesto en la XI Reunión Anual de la Sección de Electrofisiología y Arritmias de la Sociedad Española de Cardiología, inaugurada hoy en A Coruña.
 
En España hay actualmente 450.000 personas que se tratan con anticoagulantes por distintas razones médicas, sobre todo de tipo cardiovascular, y la más común es la fibrilación auricular.
 
En el marco de la XI Reunión de la Sección de Electrofisiología y Arritmias de la Sociedad Española de Cardiología se han presentado esta mañana las novedades en el tratamiento de enfermedades cardiovasculares mediante anticoagulantes.
 
La enfermedad que más se trata con estos fármacos es la fibrilación auricular, arritmia cuya prevalencia en la población general se estima que es de un 3 por ciento.
 
Esta arritmia se caracteriza por la formación de un trombo que se desplaza por la sangre hasta producir una embolia. Para evitar que se formen estos coágulos, se administran fármacos anticoagulantes a los pacientes que los necesitan.
 
Los nuevos anticoagulantes orales (dabigatrán, el único autorizado en España; rivaroxaban, cuya aprobación está prevista en las próximas semanas, y apixaban, un poco por detrás en el tiempo) tienen dos ventajas principales frente a los clásicos.
 
"La primera es que permiten simplificar la vida del enfermo, ya que no hace falta ajustar las dosis, le evitan numerosas analíticas, así como acudir a las unidades de hematología y a diversos controles de salud, y la segunda es que son más eficaces en determinados subgrupos de pacientes", ha explicado Ignacio Fernández Lozano, presidente de la Sección de Electrofisiología y Arritmias de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
 
Ha precisado que los pacientes que más van a beneficiarse de los nuevos anticoagulantes orales son los que no consiguen un control con los antagonistas de la vitamina K (que son los anticoagulantes clásicos), los que no pueden ir a hacerse controles con mucha frecuencia, los que sangran mucho y en los que se aprecia un muy alto riesgo de sufrir una embolia.
 
"Estos son los tres subgrupos en los que sabemos que los nuevos anticoagulantes pueden ser más efectivos que acenocumarol. Entre los tres podrían representar entre un 25%-30% de todos los pacientes anticoagulados", ha afirmado Fernández Lozano.
 
También ha destacado que la eficacia de los nuevos anticoagulantes y sus ventajas respecto a determinados subgrupos de pacientes es "clara".
 
"Si no importara el dinero, los nuevos anticoagulantes sustituirían a los clásicos en el 75% de los casos. Pero debemos ser conscientes de que en la actual situación de crisis económica debemos restringir estos fármacos a los pacientes para los que resulten más beneficiosos", ha señalado el facultativo.
 
No obstante, ha precisado que los nuevos anticoagulantes también tienen sus limitaciones médicas, ya que existe poca experiencia de uso en determinadas situaciones clínicas.
 
Así, por el momento, el dabigatrán no se puede usar en enfermos con prótesis cardiacas, que aún no han sido incluidos en los estudios.
 
Estos anticoagulantes de nueva generación (dabigatrán, rivaroxaban y apixaban) surgieron como una alternativa a los clásicos, como acenocumarol (Sintrom), que es el más administrado en España, y warfarina, el más administrado en el resto del mundo. 

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