Unas 200 personas con más de un centenar de perros se concentraron ayer por la mañana delante del Concello para reclamar el derecho a acudir con sus mascotas a la playa, cuando menos, en los meses en los que no hay afluencia de bañistas.
En la movilización, que luego incluyó un pequeño recorrido hasta la Alameda antes de disolverse, no hubo pancartas, salvo algunos pequeños carteles reivindicativos portados por los perros, ni tampoco cánticos. "Solo nuestra presencia y la de nuestras mascotas es más que suficiente para dejar claro nuestro mensaje", indicó una de las organizadoras de la protesta, que contó con el apoyo de la Asociación Os Palleiros de Pontevedra.
Los asistentes criticaron las advertencias del Concello de Marín de multar a aquellos propietarios que acudan con los perros a los arenales, llegando la sanción hasta los 750 euros. En paralelo, reclamaron que las mascotas también puedan disfrutar de las playas, aunque sea cuando estas no estén llenas de gente tomando el sol o bañándose.
"No es de recibo esta política sancionadora y recaudatoria", señalaba José Ángel González, quien matizaba que "si quieren multar y conseguir bastante dinero solo tienen que vigilar las calles y sancionar a aquellos que no recogen los excrementos de los animales, que, desgraciadamente, hay bastantes".
María Casal, por su parte, resalta que "hay dos normativas municipales que se contradicen, aunque el Concello parece querer aplicar la que prohíbe que los perros vayan a las playas durante todo el año. En realidad durante el verano ya casi nadie va con la mascota a la playa, pero al menos que habiliten alguna zona para el esparcimiento de los animales".
"Es entendible que durante el verano no se permitan los perros, ya que hay que respetar unas normas de convivencia, pero en invierno, que los arenales están vacíos, tienen derecho a disfrutar sin molestar a nadie", reflexiona Andrea Barcala.
Solución intermedia
Otros de los asistentes, como María del Puerto Martínez, señalan que se deberían buscar soluciones intermedias que no perjudiquen a nadie. "En lugar de tratar de alcanzar acuerdos entre los que queremos disfrutar de la playa (unos con animales y otros sin ellos), se opta por prohibir. Podría ser que de mayo a septiembre se evite la presencia de los perros, porque no es normal acudir en pleno mes de julio con el arenal lleno, pero si nos ponemos a prohibir hay gente a la que le molestan los niños, las pelotas o que fumen", señala.
Asimismo, añadió que "en lugar de prohibir deberían estar vigilando los abandonos y que los perros lleven su chip. Sin embargo, en Marín se opta por criminalizar a la gente que tiene este tipo de mascotas y las tiene en condiciones".
"Los animales necesitan espacios públicos para correr y las playas son lugares ideales, ya que también les permite hacer natación. Yo tengo una minusvalía pero accedo a los arenales, los suelto y están enseñados para que vuelvan y es un espacio público que hay que reivindicar para ellos también", añade María del Carmen Castro.
Manuela Franco, de la Asociación Protectora de Animales de Marín, opina que en Marín en lo que al respeto a los animales se refiere parece que se va hacia atrás. "O Grove, por ejemplo, quiere habilitar alguna playa para los perros", señala, para añadir que "entendemos que en verano hay mucha gente en los arenales, pero no que en invierno no se permita tampoco".
Además, resaltó que "los que llevan los animales a las playas suelen ser los más responsables y recogen las cacas y no dejan latas, ni pañales ni otros residuos tirados”. En este sentido, expresó su apoyo a la iniciativa “porque todos podemos convivir perfectamente en el mismo lugar".
"Personalmente voy todos los días del verano a la playa de Portocelo y estoy harta de encontrarme pañales enterrados, mondas de frutas y otras porquerías. Cuando voy con el perro no causo ningún tipo de problema", indica Mónica Hernández, quien considera que "está muy bien que multen a los que dejan las cacas por la calle, ya que las aceras están que dan asco, pero no por ir a la playa en los meses que no son de máxima afluencia de gente".
