''Los pregones dan mucho trabajo, por no hablar de madrugar un domingo''

Concede la entrevista mientras da un paseo a la vuelta de la playa, una tarde de esas de lunes al sol, aunque trabajo, justo, no es lo que le falta a Carlos Blanco Vila (Vilagarcía de Arousa, 1960), al menos en las próximas semanas. ''No me puedo quejar nadiña'', admite. La intensa gira que le queda por delante esta primavera y que deja boquiabierto a más de uno en Facebook lo traerá este fin de semana por la comarca del Ulla- Umia. Concretamente, el sábado por la noche actuará en el Mercantil de Caldas y el domingo pronunciará el pregón de la Fiesta de la Lamprea, en Pontecesures.

Dos actuaciones muy diferentes las del próximo fin de semana. ¿Qué espectáculo ofrecerá el sábado en el Mercantil de Caldas?

Pues este es del que menos te puedo contar. El viernes empecé una maratón en Poio, con 'Solo', y no pararé hasta el domingo 17. Los que me han visto actuar saben que a veces decido en el momento. Funciono así, según el día y según el público, como un músico de jazz. Cojo la melodía y dejo que la inspiración me lleve.

Ya es la tercera vez que subirá a las tablas del Mercantil en dos años. ¿Tiene buen recuerdo de las actuaciones anteriores?


Tengo un cargo de conciencia porque a un amigo lo multaron con 600 euros por beber allí durante el monólogo. Parece que lo de beber y lo de reír va parejo. El Mercantil es un sitio muy agradable para actuar y el año pasado se llenó. Desde que entraron las mujeres de la nueva directiva todo fueron facilidades y es un local muy interesante.

Su espectáculo no suele ser para todos los públicos, por mucho que algunos se empeñen, ¿no?


Yo siempre aviso: no actúo para niños, pero allá los padres como quieran educarlos. No entienden los monólogos, cansan, se aburren... Por eso también obligo a que se cobre entrada, para evitar que se convierta en una guardería, que ya me tiene pasado.

No obstante, por lo que deja entrever en su perfil de Facebook, parece que el pregón de la Fiesta de la Lamprea lo tiene más preparado. ¿Qué nos puede adelantar?

He hecho una especie de borrador e intentaré que sea mínimamente novedoso dándole una vuelta al pregón, que será algo así como ‘Vida lamprea', inspirándome en una canción muy interesante del grupo Nación Reixa (www. youtube.com/watch?v=KA-I-ZkbcrU). Estos días le iré metiendo algún detalle más. Es que los pregones dan mucho trabajo, ¡por no hablar del que significa madrugar un domingo!

Al menos le gustallará la dama del Ulla, porque sino más que un trabajo parecería un castigo...

Sí, sí que me gusta. Mi madre sabía prepararla muy bien y he celebrado cenas con amigos a base de lamprea. Yo soy de comer de todo, pero sí me ha pasado de dar un pregón de un producto que no conocía, como la chanfaina. Hay que informarse. Lo que pasa con los pregones es que los hago muy excepcionalmente. Parto de la base de que los haces de un asunto ante gente que sabe de él más que tú. ¿Qué le voy a explicar del Ravachol a uno de Pontevedra? ¿Y de la Fiesta del agua a uno de Vilagarcía? Bueno, en cuyo caso aún sí porque soy de ahí. Es un poco incómodo, pero en este caso de Pontecesures fueron tan insistentes... Llevaban dos años o más pidiéndomelo.

Su relación de actuaciones del vértigo de mirarla. ¿No piensa en descansar un poquito?

Estuve de vacaciones en Brasil en enero y unos días en Bélgica. Ahora vengo de la playa, procuro cuidarme... Hasta junio será intenso; después, salvo que salgan nuevos proyectos audiovisuales, la idea es tener un verano descansado. Luego ya veremos.

Proyectos como lo de la película que está rodando y que lo llevó en marzo a Lituania, un thriller sobre asesinatos rituales en la División Azul

Sí, se llama ‘Sangre en lana nieve', está dirigida por Gerardo Herrero y comparto cartel con Carmelo Gómez y Juan Diego Botto. Justo en medio de todas estas actuaciones volaré la Alicante el jueves 14 para rodar al día siguiente. Esto después de actuar en Poio, Caldas, Pontecesures, lunes y martes en Santiago y miércoles en Monforte. ¡Son los Pirineos! Pero no me puedo quejar nadiña.

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