Los productores de aceite buscan terrenos en la comarca de Pontevedra

Los comuneros de Campañó estudian la posibilidad de destinar 20 hectáreas al cultivo de olivos en los montes de A Tomba y O Castrove ► El coste de la plantación, que ronda los 7.000 euros por hectárea, ha llevado a comunidades de montes de Poio a replantearse la inversión
Manuela González en un olivar plantado en Meaño hace cuatro años
photo_camera Manuela González en un olivar plantado en Meaño hace cuatro años

La olivicultura quiere abrirse paso en las Rías Baixas. Lo hace como alternativa a los usos tradicionales del campo en la zona, como puede ser la explotación de la vid, y con el objetivo de consolidar una industria aceitera propia. En este sentido, los productores de aceite "cien por cien gallego" siguen buscando terrenos en Pontevedra y su comarca para poner en marcha nuevos campos de olivos.

"Temos plantaciones en Meaño, Sanxenxo, Cambados, Meis o Ribadumia, muy ligadas a los viñedos, y hay comunidades de montes y propietarios que se han interesado por este sector", explica Manuela González Chao, responsable del departamento de Agro de Aceites Abril, una empresa con sede en Ourense que envasa y distribuye aceite a más de 30 países.

"El perfil de cultivadores ha cambiado. Ya no son gente de campo. Ahora esto se ve como una inversión", dice la jefa de Agro de Aceites Abril 

La compañía recorre las provincias de Ourense y Pontevedra explicando los detalles de este negocio mediante charlas con distintos colectivos. Es en estos foros en donde se establecen los contactos con los posibles socios. ¿Y qué es lo que se les plantea? A grandes rasgos, que compren los olivos, los planten en una superficie vallada y garanticen el riego. A cambio, la empresa se compromete a comprar la producción anual de aceitunas y a ofrecer la asistencia técnica necesaria.

"Hay que tener en cuenta que no se pueden plantar olivos en cualquier lugar. El espacio debe ser el adecuado. La zona de Ourense y las Rías Baixas son las idóneas, ya que hay un microclima óptimo para la arbequina, que es la variedad que estamos utilizando en la actualidad", apunta la jefa de Agro de Aceites Abril, que señala que la empresa investiga la introducción de «una segunda e incluso una tercera variedad».

EN CAMPAÑÓ. La posibilidad de contar con ingresos fijos ha llevado a varias comunidades de montes del municipio de Pontevedra a interesarse por este incipiente sector. Una de ellas es la de Campañó, que, sin embargo, aún no ha decidido dar el paso definitivo para explotar olivos. "Estamos expectantes porque hai que facer investimentos. Proxectos deste tipo hai que levalos con calma. Despaciño e boa letra", reivindica el presidente de los comuneros de esta parroquia, José María Domínguez.

La entidad parroquial valora la posibilidad de destinar 20 hectáreas de terreno al cultivo de este árbol frutal en los montes de A Tomba y O Castrove, ambos en los límites con el concello de Poio. "Os olivos serían un xeito de ter ingresos fixos anuais na Comunidade, que non nos veñen mal a aquelas que non os temos, pero temos que ser prudentes", señala Domínguez. Además del estudio y adecuación de la parcela en la que se plantarían los olivos, este tipo de proyectos precisa el visto bueno de la Xunta.

Los comuneros de Campañó plantan 700 castaños como alternativa al eucalipto y al pino. "Hai que diversificar o monte", señala su presidente

La apuesta por la olivicultura no solo se plantea como un nicho de negocio para los comuneros, sino también como una alternativa más rápida para generar recursos económicos. Más rápida que plantaciones como el pino o el eucalipto, cuyo proceso de crecimiento es más lento. Se calcula que un olivo puede generar aceitunas desde el cuarto o el quinto año.

Campañó no solo sondea la oportunidad de cultivar este tipo de árboles frutales, muy extendidos en Andalucía, sino que también ha puesto en marcha un programa para que sus montes sean lo heterogéneos. En este sentido, la entidad parroquial ha llevado a cabo la plantación de 700 castaños en el lugar de A Cachada, en Soutonovo. "E temos previsto plantar máis no monte da Tomba. Non só podemos ter piñeiros ou eucaliptos nos nosos terreos. Hai que diversificar o monte", subraya el presidente de la Comunidade de Montes de Campañó.

EN POIO. El coste de las explotaciones de olivos han llevado a comunidades de montes de Poio a replantearse la inversión. La jefa del departamento de Agro de Aceites Abril asegura que en un proyecto de estas características, en el que se recomienda el cultivo de entre 1.700 y 1.800 árboles por cada 10.000 metros cuadrados, implicaría un presupuesto de entre 6.500 y 7.000 euros por hectárea.

Este horizonte ha llevado a la Comunidade de Montes Regra do Agros, de Combarro, a "paralizar" una iniciativa que había sido aprobada "por ampla maioría" de la asamblea de la entidad. "Demos un parón porque as condicións que se nos ofreceron ó principio cambiaron. E, segundo os nosos cálculos, precisaríamos un investimento superior ós 100.000 euros para levalo a cabo", explica su presidente, Manuel Carramal.

El máximo responsable de los comuneros de Regra do Agros explica que la intención inicial era plantar olivos en 20 hectáreas de la ladera del monte Castrove, la más cercana a los miradores. "O custe é moi elevado, porque nos esixen o rego por goteo, o valado da explotación e teríamos que contratar vixilancia, xa que o centro de produción estaría moi lonxe de Combarro", añade Carramal, que asegura que la empresa les ofreció inicialmente el alquiler de los terrenos para la plantación.

Aunque la producción de aceite en Galicia no es una novedad, los propietarios de olivares se ha modificado en los últimos años. "El perfil de cultivadores ha cambiado. Ya no son solo gente dedicada al campo ni personas mayores ni gente joven que volvía al agro. Ahora esto se ve como una inversión", apunta la responsable de Aceites Abril.

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