Testimonio: Dos ancianos liberan su casa de las llamas

Luchan en Cervantes para salvar una de sus áreas más valiosas

Vecinos de Cabana Xaraz pusieron en riesgo sus vidas para evitar que ardiesen decenas de castaños centenarios ► Los fuegos dejan un reguero de destrucción en la reserva natural de Os Ancares, que ha sufrido pérdidas incalculables

El manto de humo que envolvía estos días la reserva natural de Os Ancares se disipaba este martes dejando a la vista un escenario de destrucción tras los voraces incendios que han calcinado ya miles de héctareas y causado pérdidas incalculables. En medio del caos se podían vislumbrar pequeños espacios de vida que sobrevivieron, en muchos casos, gracias al esfuerzo de los lugareños que se enfrentaron al fuego que pretendía aniquilar sus propiedades.

En el lugar de Cabana Xaraz, en la parroquia cervantina de Donís, los vecinos arriesgaron sus vidas en una titánica lucha para lograr poner a salvo un souto con miles de castaños y decenas de árboles centenarios. "Cando vimos que comezaban a arder non dubidamos en plantarlle cara ao lume", relataba Celia González, una de las cuatro propietarias del inmenso souto, con decenas de hectáreas.

"As lapas iniciáronse na tarde do domingo cando estaba ardendo a zona da Vilarello. Pensamos que estaba baixo control ese foco pero de repente saltou dunha ladeira a outra e prendeu no noso souto", explica González, quien vive en Lugo, aunque tiene su casa natal en Cabana Xaraz, dónde residen sus padres actualmente.

Los lugareños se enfrentaron durante toda la noche a las llamas para evitar que se calcinase un souto con miles de árboles

"Ao ver como as lapas corrían pola ladeira avisei a miña irmá e a meu cuñado e marchamos correndo a facerlles fronte para que non acabasen con todo", dice la mujer, quien relata cómo su padre octogenario también los acompañó para enfrentarse al fuego. "Son árbores que plantaron os nosos antepasados e nós mesmos con moito esforzo", lamentaba González.

Las llamas avanzaron por la ladera rápidamente calcinando árboles jóvenes y centenarios sin control y saltando de un lado a otro movidos por el fuerte viento. "Foi moi duro, iamos de un lado para outro sen parar, apagabámolo nun lado e prendíase noutro".

Vecinos de otras parroquias cervantinas también se acercaron para tratar de contener el fuego. Incluso, otro de los dueños de los castaños, Jesús Posín, oriundo de Cabana Xaraz pero residente en Madrid, regresó esos días para saber cómo estaba la situación y también se enfrentó a las llamas. "Tiñamos que defender o que era noso", exclamaba Posín. 

SIN DESCANSO. Los lugareños lucharon contra las llamas toda la noche, sin descanso, durante más de doce horas. Cortaban el paso del fuego con palas y retiraban el manto de hojas de la base de los árboles haciendo un círculo para parar el avance de las llamas.

"Cada un tiramos cara a un lado sofocando o lume ata quedar sen folgos e logramos organizarnos chamándonos por teléfono para dirixir onde actuar", recuerda la mujer. "Era como unha hecatombre, escoitabamos caer unha árbore que baixaba rodando e tiñamos que escaparlle. Foi moi duro".

"É unha desgraza todo isto, non son só árbores, para min é moito máis"

González señala que dado el rápido avance de las llamas, en un momento de la noche tuvieron que optar por dejar de proteger sus castaños y frenar el avance del fuego en el fondo de la ladera en la que se extiende la plantación, ya que las llamas amenazaban con saltar el río y cercar la parroquia de Castelo. "Primeiro está a vida dos nosos veciños que as árbores".

Gracias al enorme coraje de estos vecinos se evitó que el incendio afectase a otros lugares cervantinos y muchos de los castaños lograron salvarse. "Quedamos rendidos pero valeu a pena", comenta González.

La mujer recorría este martes la zona visiblemente consternada relatando las horas de angustia que pasaron. "Intentei salvar un dos castiñeiros máis fermosos que tiñamos, era centenario, herdado dos meus antepasados e tíñalle moito apego". Al intentar salvar al centenario árbol las llamas prendieron en la cazadora de la mujer que tuvo que actuar de inmediato para evitar quemarse. "Nese momento tes tanta rabia que nin ves o perigo", comentaba.

VALOR SENTIMENTAL. "É unha desgraza todo isto, non son só árbores, para min é moito máis", decía la mujer, quien recordaba sus paseos de niña junto a su hermana y padres por el souto, ahora cubierto de ceniza, o las largas tardes en familia recogiendo castañas. "As perdas son incalculables porque aquí había pedaciños da nosa vida", lamenta la mujer. Señala apesadumbrada que "non creo que isto volva a ser nunca o que foi nun tempo". No obstante, los lugareños mantienen la esperanza de que por lo menos se logre recuperar cuanto antes el verdor y aroma a aire puro que se percibía antaño en su pequeño paraíso.

REALOJO DEL VECINO DE PANDO QUE PERDIÓ SU VIVIENDA. Antonio González, el vecino de la parroquia cervantina de Pando que perdió su casa por uno de los fuegos, recibió este martes la visita de José Manuel Balseiro, delegado de la Xunta en Lugo, que le ofreció varias opciones para realojarlo. Balseiro le propuso la posibilidad de solicitar bonos de alquiler social, acceder a una vivienda de protección oficial o solicitar una subvención del programa Infravivienda para rehabilitar su casa. Además, le recordó que este jueves la Xunta tiene pensado anunciar una línea de ayudas para compensar las pérdidas por el fuego.

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