Magdalena 2012, cóctel explosivo

Magdalena Álvarez, como ministra de Fomento y el 2012 como plazo imposible para la finalización del AVE del que no han sabido o no han querido desengancharse los socialistas gallegos, cuando en realidad trabajan con la fecha de referencia del 2015.

Éste es el explosivo cóctel que amenaza con amargarle a Emilio Pérez Touriño algunos, sino bastantes, de los días que faltan hasta las próximas elecciones autonómicas, mientras continúa la cacería contra la ministra andaluza de los que antes encumbraron a Álvarez Cascos, cuyo historial en Galicia no es precisamente para echar cohetes.

Pero la ministra pone mucho de su parte para no ser grata en Galicia. El pasado miércoles vetó el acuerdo al que habían llegado en la comisión de Fomento del Congreso de los Diputados el BNG, el PP y los representantes gallegos del PSOE para concretar los plazos de las obras ferroviarias en Galicia.

Probablemente ese pacto no iba a impedir que PP y Bloque aprobasen en el mismo órgano de las Cortes la creación de la comisión de seguimiento del AVE gallego, pero sí habría dado más margen de maniobra política a los socialistas para administrar ese revés. Álvarez dice estar escaldada por los retrasos en Cataluña y se niega a avalar la fecha del 2012 que han dado Touriño y Zapatero.

El miércoles por la mañana en el Senado la ministra hizo la concesión de hablar del “horizonte del 2012”, a lo que el senador del BNG, Pérez Bouza, respondió que el “horizonte tiende al infinito”. Por la tarde, en el Congreso, al contestarle al popular ourensano Celso Delgado, la ministra ya ni siquiera se refirió a ningún horizonte.

El retraso en las obras del AVE entronca una larga tradición en Galicia. En los años 20, durante la dictadura de Primo de Rivera, se aprobó el ferrocarril A Coruña-Zamora, que se concluyó en 1957. A comienzos de los 70, todavía en el franquismo, se aprobó la Autopista del Atlántico, que debería estar lista para el mundial de fútbol del 82 y que no se terminó entre A Coruña y Vigo hasta 1992, mientras que a Ferrol llegó en el 2003. En 1990, Fraga y el Gobierno socialista firmaron el convenio para que las autovías de la meseta estuvieran listas en 1995, pero no se acabaron hasta el 2002.

Según estén en la oposición o  en el Gobierno, PSOE y PP se van intercambiando las posiciones, de criticar y justificar los retrasos, mientras el BNG denuncia las demoras, aunque el año pasado se implicó en ese juego de los dos grandes partidos españoles al impedir la reprobación de Magdalena Álvarez, como también había sucedido cuando respaldó los presupuestos del Estado.

Con el tramo Lubián-Ourense, la Pedrafita del AVE, sin adjudicar siquiera, la del 2012 es una quimera peligrosa para el PSOE, que ya no se puede apear de ella hasta después de las elecciones autonómicas. El carácter de Magdalena Álvarez y su mala relación con Touriño complica todavía más el escenario, mientras en el socialismo gallego se empiezan a preguntar por los verdaderos motivos de que Rodríguez Zapatero y José Blanco no pongan en su sitio a la ministra.

La posición minoritaria del PSOE en el Congreso de los Diputados amenaza con generar nuevas contradicciones, como ya ha sucedido con la creación de la comisión de seguimiento en la que Anxo Quintana intenta hacerse la foto de la solución para el AVE gallego.

El PSOE renuncia a unos 7.000 votos en el exterior
Unos 7.000 votos. Ésta sería la cantidad aproximada de sufragios a los que renunciará el PSOE al recortar de ocho a tres días el plazo de espera para realizar el recuento de la emigración en las autonómicas.

Con las tendencias de las generales de marzo y la experiencia acumulada en los últimos años en la recepción de las polémicas sacas, se puede calcular que los populares cederían 3.500 votos y el BNG, unos 350. Así que los perjudicados  serán, en principio, los socialistas, lo que ha llevado a Núñez Feijoo a reconsiderar la postura inicial del PP de oponerse a la reforma que han pactado PSOE y Bloque por iniciativa de los nacionalistas.

En las autonómicas del 2001 llegaron fuera de plazo 11.399 sobres electorales de emigrantes, un 12,6% de los recibidos. Para que entrasen en la urna, Fraga impulsó una reforma de la ley electoral gallega a fin de retrasar el recuento del miércoles posterior a las elecciones al lunes de la semana siguiente.

En el 2005 en ese plazo suplementario llegaron 12.318 sobres, un 9%, a los que se les puede añadir los 3.414 recibidos el miércoles, porque para ser aceptados deberían estar en las juntas electorales a las ocho de la mañana. Así que como mucho serían 15.732 que significarían 13.373 votos reales, ya que un 15% de los sobres son rechazados por distintas irregularidades. Y entre los últimos en llegar el porcentaje que se desecha es mayor, por problemas con el matasellos, según se vio en el 2005 con los envíos de Venezuela.

En el PSOE consideran que lo pierden es muy poco, porque además hay que repartirlo por provincias. Creen que les llega con su espectacular 58,5% de los votos de las generales en la emigración gallega, que se puede convertir fácilmente en las autonómicas en más del 60%. Lo que subyace en el fondo es que los socialistas no le conceden al PP ni la más mínima posibilidad de recuperar la presidencia de la Xunta con una mayoría absoluta, lo que sí les obligaría a pelear hasta el último voto.

El plazo del escrutinio es lo que más ha cambiado desde que en 1976 el Gobierno de Adolfo Suárez implantó el voto emigrante en España. Entonces el recuento se hacía en las mesas, en la noche electoral. A partir de 1985, con la Ley Orgánica del Régimen Electoral General y a fin de elevar la participación, el escrutinio pasó a efectuarse en las juntas electorales, cinco días después de las elecciones, es decir el viernes siguiente. En 1991, una reforma de la citada ley acortó el plazo a tres días, hasta el miércoles. Pero Galicia, en el 2004, y Canarias, en el 2007, lo ampliaron a ocho días. Instituciones y dirigentes de la emigración, como el ahora diputado del PP Castelao Bragaña, habían pedido esa prórroga.

La reforma realmente necesaria es la de instalar urnas en los consulados. El cambio de los plazos supone un parche, aunque sí ayudará a reducir un poco la agonía de un sufragio marcado por la irregularidad y que genera gran controversia social. En todo caso, con el cambio de plazos del escrutinio del voto por correo, PSOE y BNG reconocen implícitamente que no va a haber urnas en las próximas autonómicas.

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