‘Maras’

Durante toda la entrevista miraba hacia un pequeño rincón de la habitación asumiendo que la juventud en El Salvador, poco o nada, puede hacer para evitar el nocivo fenómeno de las pandillas. En su pequeña colonia, que se encuentra ubicada en un departamento al sur del país, convive a diario con quienes pertenecen a la ‘mara’ MS. Él lo tiene claro: “ver, oír y callar”. Utiliza ese paradigma para evitar males mayores. Alex cuenta como fue extorsionado. Se siente impotente por no poder hacer nada. Recordar aquella situación parece que le asfixia, por momentos. Su abuela había sido objeto de una petición económica. Exigían el pago de mil dólares en un plazo de 24 horas. Él buscó la clemencia de la pandilla ante aquella injusta petición. No existía un motivo aparente para estar amenazado. Llegó a enfrentarse sólo a una de las estructuras de la delincuencia más peligrosas del planeta. Buscan el desarraigo, la pobreza y la vulnerabilidad para extender un manto de perdición entre las futuras generaciones: armas, drogas y delitos son los tres puntos fuertes de una realidad que aplasta toda posibilidad de crecer y desarrollarse como persona. Ser joven y pobre en este país es perseguido por la fría sombra de una imparable injusticia social y humana.   

 

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